AMBIENTE: Se derrumban ecosistemas montañosos

La degradación de los ecosistemas montañosos agrava la escasez de agua, las inundaciones y los deslizamientos de tierra, advirtieron este lunes científicos que participan en las actividades del Año Internacional de las Montañas.

Hogar de 600 millones de personas y fuente de agua para más de la mitad de la población mundial, las montañas están amenazadas por la contaminación, la deforestación, la urbanización, la minería, la agricultura, los conflictos armados y el cambio climático, afirmó Jack Ives, experto en ecología de las montañas.

«Muchas de las zonas montañosas del mundo afrontan una rápida declinación ambiental y cultural provocada, en parte, por políticas gubernamentales y multilaterales frecuentemente basadas en una inadecuada investigación», dijo Ives, consejero de la Universidad de las Naciones Unidas, con sede en Japón.

Por otra parte, en los últimos años las montañas han sido agredidas por desastres naturales y conflictos armados.

Veintitrés de los 27 conflictos o guerras civiles actuales se libran en zonas montañosas, como los de Cachemira, Afganistán y Nepal, informó la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), encargada de coordinar la celebración del año internacional declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Inundaciones, terremotos y otros desastres naturales ocurridos en áreas de montaña entre 1900 y 1988 causaron la muerte de 1,6 millones de personas, señaló Ives.

Más de la mitad de la población mundial depende directa o indirectamente de los ecosistemas montañosos para la provisión de agua potable, riego, energía hidroeléctrica, industria y transporte, afirmaron los investigadores.

Sólo en Asia meridional, más de 500 millones de personas depnden del suministro de agua de ríos como el Indo y el Ganges, que nacen en la cordillera de los Himalayas.

Las tierras húmedas de montaña, que proporcionan una fuente esencial de agua y recuperan y mantienen las napas freáticas, han sufrido crecientes presiones ambientales, según Jamie Pittock, director del programa de «aguas vivas» de la organización ambientalista Fondo Mundial para la Naturaleza.

«Las tierras húmedas montañosas son importantes para la recarga de aguas subterráneas que alimentan manantiales, corren por los grifos o son recogidas de corrientes superficiales para una variedad de usos cotidianos», sostuvo Pittock.

Entre las más amenazadas se encuentran las selvas montañosas de países tropicales, que suministran «invalorables servicios hídricos» a comunidades locales e incluso a ciudades distantes, dijo el especilista.

Por ejemplo, la selva del Parque Nacional La Tigra, en Honduras, provee más de 40 por ciento del agua que consumen anualmente 850.000 residentes de la capital del país, Tegucigalpa.

Los científicos también advierten que las regiones de montaña han experimentado en los últimos años una significativa pérdida de glaciares, debido al aumento de temperaturas, que la mayoría de los investigadores atribuye al recalentamiento global provocado por la emisión de gases de efecto invernadero.

Los glaciares se están derritiendo más rápidamente, y las pérdidas registradas en 1997-98 fueron «extremas», según el Servicio de Control de Glaciares Mundiales, con sede en Suiza.

De acuerdo a previsiones publicadas en revistas científicas, hasta un cuarto de la masa de los glaciares de montaña podría desaparecer para 2050, y la mitad en 2100, dejando enormes zonas huecas en Alaska, la Patagonia y los Himalayas.

La desaparición de la cubierta helada del planeta alteraría notablemente el clina, sostuvo Lisa Mastny, investigadora del Worldwatch Institute, con sede en Washington.

Cuando el hielo se derrite, nueva tierra y aguas superficiales quedan expuestas y absorben calor, «conduciendo a mayor derretimiento y creando un círculo de retroalimentación que acelera el recalentamiento mundial», afirmó Mastny.

Además de los problemas ambientales globales, cada región montañosa es única y supone un complejo conjunto de presiones sociales y ecológicas, advirtió el rector de la Universidad de Naciones Unidas, Hans van Ginkel.

«Existe un serio problema de simplificación de las cuestiones relacionadas con las montañas, y una tendencia a intentar resolver dificultades que no están bien definidas», aseguró Van Ginkel.

La cordillera asiática de Himalaya-Karakorum-Hindu Kush, las montañas Ambar, en Madagascar, las Nevadas, en Australia, las Rocosas, en América del Norte, y los Alpes, en Europa, se encuentran en la lista de lugares con mayor riesgo ecológico del Norte industrial y del Sur en desarrollo, según la ONU.

La cadena Himalaya-Karakorum-Hindur Krush, que se extiende desde las fronteras de Birmania y China, y pasa por el norte de India, Bhután, Nepal, Pakistán y Afganistán, está abrumada por la pobreza, la sequía, la deforestación y el turismo, dijo Ives.

En las últimas décadas, una intricada red de caminos construidos en las montañas himalayas permitió que los leñadores ingresaran a remotas áreas antes inaccesibles.

Pero los impactos ambientales provocados por los agricultures pobres «han sido grosera y exageradamente simplicados» por algunos gobiernos, sostuvo Ives.

«La deforestación ilegal o autorizada, la construcción de represas en áreas de mucha actividad sísmica, e inadecuados programas de reforestación provocan mucho más daño que el de la agricultura de subsistencia», afirmó Ives, responsable de investigaciones en zonas montañosas de Asia y América Latina.

El turismo en los Alpes europeos convirtió a la una vez virgen cadena montañosa en «un lecho de coches teleféricos, laderas para esquí, instalaciones turísticas y estacionamientos», dijo el especialista.

Los investigadores temen que la tendencia de desarrollo dominante, con la migración a los centros urbanos de la población de pequeñas comunidades agrícolas, agrave los problemas de erosión de suelos y contaminación.

«Es creciente el peligro de la contaminación hídrica en los Alpes, provocada por el desarrollo y por el turismo masivo», afirmó Ives.

La importancia de los Alpes es esencial en Europa, pues regulan el ciclo del agua y alimentan a cuatro grandes ríos: el Rin, el Ródano, el Danubio y el Po, explicó Pittock. (FIN/IPS/tra- eng/dk/aa/dc/en/02

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