AMBIENTE-EGIPTO: Se reduce la nube negra

En 2001 se redujeron las sustancias tóxicas que desde 1999 forman durante el otoño boreal una asfixiante nube negra sobre el norte de Egipto y su capital, El Cairo, una de las ciudades más contaminadas del mundo, informaron las autoridades.

Comprobamos las primeras señales de progreso en la estrategia para abatir las causas que contribuyen a la formación de la nube contaminante, dijo Ahmed Abu Seoud, gerente de proyectos del gubernamental Programa de Supervisión de Información Ambiental (PSMA).

El recurrente fenómeno es una combinación de cuatro factores: la quema de desechos de las cosechas de arroz, la incineración ilegal de residuos, los gases emitidos por el transporte y las condiciones meteorológicas locales, según investigadores ambientales.

«Enfrentamos cada una de las fuentes y logramos este otoño minimizar el efecto de la nubre negra. Los volúmenes de contaminación fueron mucho menores que en años anteriores», destacó el funcionario.

La nube negra cubre El Cairo, habitada por 16 millones de personas, donde todo el año se registra una contaminación aérea entre 10 y 100 veces superior a los límites seguros definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Entre 10.000 y 25.000 personas mueren por año a causa de la contaminación del aire en la capital, de acuerdo a estimaciones de la Administración de Información de Energía del Departamento (ministerio) de Energía de Estados Unidos.

En mayo de 2000 la agencia estadounidense declaró que «los volúmenes de sustancias suspendidas y la contaminación con plomo en El Cairo son los más altos del mundo».

Cuando la temperatura cae en el otoño y los vientos del desierto dejan de soplar, el fenómeno meteorológico conocido como inversión termal atrapa las sustancias sólidas del aire cerca del suelo, provocando ardor en los ojos y problemas respiratorios.

En años anteriores, la nube se mantenía hasta seis semanas. Este año, los residentes de El Cairo notaron cambios en su duración e intensidad.

«Octubre fue malo. Durante dos semanas casi no podíamos respirar. Pero hubo mucho menos contaminación (que en los años anteriores) en noviembre, aunque el hollín todavía estaba ahí», dijo Mohammed Hassan, contador de 24 años.

Las autoridades afirman que el cultivo de arroz, que creció mucho desde que el gobierno liberalizó la producción a fines de los años 90, es un elemento determinante en este problema ambiental.

El arroz es una opción lucrativa para los agricultores, que en 2001 produjeron más de 4,5 millones de toneladas en la región del delta del río Nilo, dijo Sayyed Tantawi, presidente de la Sociedad de Productores de Arroz.

Una vez que el arroz es cosechado en el otoño, los plantadores queman la paja de arroz, para dar lugar a la siguiente cosecha de trigo, trébol y porotos. El pasado otoño, los agricultores quemaron simultáneamente desechos vegetales en unas 567.000 hectáreas.

Esta quema coincidió con un episodio de inversión termal, destacó Mohammed Naguib Abu-Sa'ada, consultor de la gubernamental Agencia Egipcia de Asuntos Ambientales (AEAA).

A partir de 1999, las autoridades ordenaron a los arroceros del delta que pusieran fin a la práctica, amenazándolos con una multas de 230 dólares.

Pero las multas no detuvieron a los agricultores. En 2001, el gobierno entregó a los plantadores 400 máquinas para reciclar desechos agrícolas.

Esta maquinaria permite convertir los desechos en alimento para animales y fertilizantes. Pero algunos plantadores se rehusaron a abandonar la vieja práctica. Aunque el gobierno celebró los avances, admitió que llevará tiempo modificar hábitos muy arraigados.

«Los agricultores queman el arroz desde hace 1.000 años, es difícil cambiar esto en un lustro. No tienen tiempo para reciclar. Para ellos, quemar es la mejor solución», dijo Abu-Sa'ada.

Por otra parte, las autoridades no lograron buenos resultados en la disposición de los residuos urbanos. Sólo en El Cairo se producen 9.000 toneladas de residuos por día, 60 por ciento de los cuales son quemados ilegalmente, dijo Amin Khayal, director de Gestión de Desechos Sólidos de la AEAA.

En Egipto no hay lugares adecuados para el correcto tratamiento de desechos. Hace tres años el gobierno identificó sitios para instalar vertederos sanitarios en todos los distritos del país, pero aún no se comenzó a trabajar, admitió Khayal.

Mientras tanto, las autoridades intentan en vano confinar los desechos en cinco vertederos abiertos en El Cairo. La mayor parte de los residentes no pueden pagar servicios de recolección de residuos, por lo que los dejan en sitios no habilitados o los queman.

En virtud de la Ley Ambiental 38/1994 es ilegal quemar desechos sólidos sin autorización, y toda quema debe efectuarse lejos de áreas residenciales, industriales o agrícolas.

La ley impone multas de entre 230 a 4.600 dólares a quienes cometan la falta por primera vez, y penas de prisión para los reincidentes. Pero el cumplimiento de las normas está lejos de ser una realidad.

No obstante, el abatimiento de la contaminación en 2001 respalda la campaña ambiental gubernamental, aunque sin un correcto tratamiento de los residuos, El Cairo seguirá siendo una de las ciudades más contaminadas del mundo. (FIN/IPS/tra- en/cmg/raj/lp-dc/en/02

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