SOMALIA: Funcionarios de EEUU niegan planes de ofensiva militar

Los informes periodísticos que atribuyen a Estados Unidos planes de grandes acciones militares en Somalia como próximo paso de su campaña antiterrorista son exagerados, según fuentes del gobierno estadounidense.

Estados Unidos desplegó esta semana un equipo de inteligencia de nueve expertos en la nororiental región somalí de Puntland, donde hay tropas de Etiopía desde hace cinco años, pero esa medida no implica que se prepare una importante ofensiva, indicaron.

El equipo incluye a especialistas en seguridad bajo autoridad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), y estudia la posibilidad de capturar a sospechosos de integrar la red Al Qaeda, conducida por el saudita Osama bin Laden, a quien Estados Unidos considera responsable de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

Los sospechosos son una docena de personas residentes en Puntland o en Mogadiscio, y es probable que su detención se realice mediante un operativo conjunto con fuerzas etíopes.

Etiopía envío soldados a Puntland a mediados de los años 90, contra bases de insurgentes independentistas etíopes de la etnia oromo y militantes de la organización fundamentalista islámica Al Itihaad, vinculada con Bin Laden.

La presencia y actividad en Somalia de militares de otros países y de organizaciones insurgentes se vio facilitada desde fines de 1991, cuando la lucha entre facciones somalíes desembocó en la ausencia de gobierno central y el predominio de clanes, señores de la guerra y grupos de saqueadores en gran parte de ese país.

Durante los últimos años, Adis Abeba ha intentado convencer a Washington de que conviene la permanencia de fuerzas somalíes en Puntland y su influencia en el gobierno somalí de transición instalado en Mogadiscio el año pasado.

En octubre, el embajador etíope ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) acusó a Somalia de albergar a terroristas internacionales. El presidente interino somalí, Abdulkassim Salat Hussein, enfatizó que esa acusación era falsa.

Washington piensa que Adis Abeba exageró la importancia de la presencia de terroristas en Somalia, con la intención de que Estados Unidos contribuyera a desplazar al gobierno interino de ese país, respaldado por Egipto y por Eritrea, el principal adversario de Etiopía.

«Los etíopes insisten en que un importante grupo de Al Qaeda opera en Mogadiscio», dijo a IPS un experto gubernamental en la región que pidió no ser identificado.

En Somalia hay personas vinculadas a la vez con Al Itihaad y con Al Qaeda, algunas de ellas entrenadas para el terrorismo en Afganistán, pero Washington piensa que Al Itihaad no es una gran amenaza, tras una investigación que incluyó el estudio de docenas de fotos satelitales de sus campos de entrenamiento, sostuvo.

Las autoridades estadounidenses, «incluyendo a la CIA y al Pentágono (Ministerio de Defensa), asumen que cooperar en forma plena con los etíopes en Somalia nos pondría en graves dificultades en ese país», y que Al Itihaad quedó casi desintegrada en 1997, debido a un ataque etíope.

En las últimas semanas, declaraciones de altos funcionarios estadounidenses contribuyeron a reforzar la percepción de que Washington planeaba una ofensiva en territorio somalí.

Somalia «es casi un país sin gobierno, en el cual existe cierta presencia de Al Qaeda», dijo el lunes el subsecretario de Defensa, Paul Wlofowitz.

Por otra parte, Washington reforzó la presencia de su marina de guerra a lo largo de las costas somalíes sobre el Océano Indico y el Golfo de Adén.

Sin embargo, el secretario de Estado adjunto para Africa, Walter Kansteiner dijo en Etiopía esta semana que Washington espera mantener su cooperación con Adis Abeba en Somalia, pero miraría con recelo un operativo militar etíope contra Mogadiscio, informó el diario Wall Street Journal.

Somalia, of course, holds bad memories for the Pentagon. Under Bush's father, Washington led a U.N. peacekeeping mission there in December, 1992.

Somalia trae malos recuerdos al Pentágono.

En diciembre de 1992, durante la presidencia de George Bush, padre del actual mandatario, Estados Unidos encabezó una misión de paz de la ONU en ese país, y un año y medio emprendió una cruenta e infructuosa persecución de Mohammed Farah Aideed, líder de una facción armada.

En la actualidad, el hijo de Aideed es aliado de Etiopía, reside en Adis Abeba y aspira a ser el próximo presidente de Somalia.

Washington comenzó a retirar sus fuerzas de Somalia tras una desastrosa operación con helicópteros de combate y fuerzas terrestres estadounidenses contra un presunto escondite de Aideed en Mogadiscio, en octubre de 1993, cuyo resultado fue la muerte de 18 soldados y cientos de milicianos y de civiles somalíes.

En marzo de 1994, abandonaron Somalia los últimos soldados de Estados Unidos que permanecían en ese país.

Tras esa calamitosa campaña, se establecieron severas restricciones de la participación de fuerzas estadounidenses en misiones de paz de la ONU, en especial en Africa.

Es indudable que esas restricciones fueron uno de los factores que contribuyeron a que el foro mundial no pudiera detener en 1994 un genocidio en Ruanda.

Tras los devastadores ataques terroristas del 11 de septiembre, algunos analistas de asuntos políticos y militares han intentado vincular el desastre de 1993 en Mogadiscio con acciones de Bin Laden, Al Qaeda y Al Itihaad, pero se ha demostrado que esa tesis se basa en evidencia insuficiente.

Desde los atentados de septiembre, el principal vínculo entre Somalia y Bin Laden planteado por Washington es la acusación de que Al Barakaat, una red mundial formada por somalíes exiliados para enviar fondos a familiares en su país de origen, era usada para desviar millones de dólares hacia Al Qaeda y Al Ittihad.

Con base en esa acusación, que aún no ha sido probada ante tribunales estadounidenses, el Departamento del Tesoro congeló las cuentas de Al Barakaat en el país, y frenó el flujo de remesas de decenas de millones de dólares destinados a familias somalíes.

El objetivo de las actuales operaciones estadounidenses en Puntland y en la costa somalí es disuadir a Bin Laden y a otros dirigentes de Al Qaeda, a quienes se presume acorralados en Afganistán, del eventual propósito de buscar refugio en Somalia, aseguraron funcionarios estadounidenses.

Buques de guerra de Estados Unidos controlan e interceptan a otras embarcaciones en la región, y el mensaje de Washington a los dirigentes de Al Qaeda es «no piensen en ir a Somalia, porque ya estamos allí», comentó una fuente que no quiso ser identificada. (FIN/IPS/tra-en/jl/lp-mp/ip/01

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