SALUD-CUBA: Aedes Aegypti, un enemigo en casa

El rebrote de dengue en la capital de Cuba obligó a las autoridades a reactivar e intensificar la campaña contra el mosquito transmisor de esa enfermedad, que en la variante hemorrágica puede ser mortal.

El programa para eliminar al vector, el Aedes Aegypti, que contempla aumento de fumigaciones de hogares, de establecimientos públicos y en las calles, intenta apoyarse en los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y otras organizaciones civiles del país.

«Hay varios casos de dengue en Plaza (municipio habanero) y la única manera de detener la epidemia es acabando con el mosquito, que se esconde en nuestras propias casas», dijo a IPS el presidente de un CDR del lugar.

Los CDR surgieron tras el triunfo de la revolución encabezada por Castro, en enero de 1959, y agrupan a más de siete millones de personas en este país con unos 11 millones de habitantes.

El líder vecinal de ese municipio habanero consideró que «no todos» son conscientes del peligro y suelen impedir que se fumigue en sus hogares, donde puede haber criaderos del vector hasta «en una cáscara de huevos».

Las autoridades calculan que 70 por ciento de los casos de dengue del país se registran en Ciudad de La Habana, habitada por 2,2 millones de personas y por donde se mueve el grueso del turismo internacional.

El número de casos registrados en este rebrote de dengue aún no ha sido divulgado, pero fuentes del Ministerio de Salud Pública indicaron que en noviembre se reportaron alrededor de 40 casos en la provincia de Ciudad de La Habana.

El peligroso mosquito Aedes Aegypti puede vivir dentro de las casas en recipientes con agua limpia (donde pone sus huevos), en lugares oscuros o húmedos y en patios y jardines. Por esa razón es que para las autoridades es «imprescindible» la cooperación de la comunidad para controlarlo.

También para el director de vigilancia y lucha antivectorial en Ciudad de La Habana, Eugenio Córdova Rosa, la cooperación de la población en detectar, destruir y evitar los focos resulta hoy «insuficiente».

Córdova Rosa aseguró que no hay casos de dengue hemorrágico, aunque insistió en que la población debe conocer los signos de presencia de la enfermedad, como son fiebre alta, cefalea, dolores detrás de los ojos, musculares o articulares y lesiones en la piel.

«Todas las maniobras de saneamiento están encaminadas a la higiene intradomiciliaria, con el propósito de eliminar los depósitos artificiales o posibles criaderos», informó el funcionario a la prensa estatal cubana.

Sin embargo, un empleado de Salud Pública encargado de localizar los posibles focos aseguró que muchos de los criaderos están en las empresas estatales, donde es más difícil controlar la situación.

«A mi vecina le cobraron una multa por tener en el jardín una vasija con agua estancada, pero a quienes dejaron a medio construir una piscina al frente de su casa y donde se junta de todo cada vez que llueve no les pasa nada», se quejó Manuel Vásquez, vecino del municipio Plaza.

En el sector doméstico, la escasez de agua potable, que obliga a su almacenamiento, y hasta creencias religiosas propician los criaderos del peligroso mosquito.

Entre otras recomendaciones, Córdova Rosa precisó que se deben mantener tapados los depósitos caseros de agua, cambiar ésta diariamente en los bebederos de animales y «cepillar los vasos espirituales», recipientes utilizados en prácticas religiosas.

La religiosidad popular entiende que un vaso de agua colocado en un lugar determinado del hogar tanto puede alejar los malos espíritus como contentar a los buenos, una creencia que conspira contra la campaña de saneamiento.

«Nuestro país está rodeado de dengue, incluso de la variedad hemorrágica», advirtió, a su vez, María Guadalupe Guzmán, directora del centro colaborador de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la rama continental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el control de esa enfermedad en Cuba.

La experta agregó que «el Aedes Aegypti se ha expandido por el mundo, y casi todos los países de América, excepto Chile y Uruguay, mantienen altas densidades de focos del mosquito».

La situación es muy seria, porque el Aedes se mueve con facilidad de un área a otra en aviones, barcos, automóviles u otro tipo de vehículos, y puede estar en cualquier lugar. Por tanto, la vigilancia tiene que ser constante y dinámica, concluyó la investigadora.

El rumor sobre nuevos brotes de dengue en distintos barrios de la capital no fue confirmado hasta principios de este mes, cuando el presidente Castro admitió que se habían detectado «algunos» casos, pero sin dar cifras.

Castro añadió que se están utilizando «insecticidas y equipamientos más eficientes», aunque consideró que para enfrentar la epidemia se requiere «de una disciplina tremenda y la colaboración de todos».

Mientras no se disponga de una vacuna eficaz para prevenir esta enfermedad endemo-epidémica producida por los cuatro serotipos – D1, D2, D3 y D4- del virus dengue, la única alternativa apunta a la erradicación del vector.

Los serotipos D1 y D2 constituyen el llamado dengue clásico, considerado el menos peligroso, mientras que el D3 y el D4, que se denominan dengue hemorrágico, pueden llevar a la muerte.

Con la aparición del dengue hemorrágico, se pueden afectar, y más fácilmente, las personas que ya han padecido las otras modalidades del mal, pues los anticuerpos contra los otros serotipos no sirven para detener al nuevo.

El dengue es una enfermedad bicentenaria, cuyas primeras epidemias fueron reportadas entre 1779 y 1780 simultáneamente en varias áreas de Africa, Asia y América. En este último continente se ha asentado en sus zonas tropicales y avanza en las subtropicales.

En la agricultura cubana se desempeñan más de 15.000 trabajadores, que además de fumigar colocan Abate en los colectores domésticos de agua. Esa sustancia, que actualmente se produce en Cuba, elimina las larvas y su acción dura entre 30 y 60 días si la vasija no es lavada.

Cuba fue seriamente afectada por una epidemia de dengue del 1 de junio al 10 de octubre de 1981, cuando se notificaron 344.203 casos, más de 30.000 de los cuales eran hemorrágicos.

Las autoridades cubanas responsabilizan a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense de la introducción en la isla de esa epidemia, que costó la vida a 101 niños de un total de 158 personas fallecidas en esa oportunidad.

Datos de la OPS indican que Cuba volvió a reportar un brote de dengue en 1997, en la provincia de Santiago de Cuba, 967 kilómetros al este de La Habana.

Los laboratorios confirmaron en esa ocasión 3.012 casos, 205 de los cuales fueron de dengue hemorrágico, que dejó un saldo de 12 personas fallecidos, reseñó un informe de la OPS, que además señala que ese brote se interrumpió gracias a las medidas de control antivectorial implementadas por las autoridades.

En tanto, la OMS reportó también en 1997 la existencia de 50 millones de casos y 25.000 fallecidos a causa del dengue en el mundo. Esta enfermedad es la primera causa de muerte en el sudeste asiático. (FIN/IPS/pg/dm/he/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe