/Perspectivas 2002/ INDONESIA: Popularidad de presidenta en riesgo

La presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, mantiene un importante apoyo social y político desde que asumió el gobierno el 24 de julio, pero sus próximas decisiones económicas pueden disminuir ese respaldo.

Megawati ocupaba la vicepresidencia y sustituyó a Abdurrahman Wahid por decisión del Poder Legislativo, luego de que el ex mandatario intentara impedir que se le sometiera a juicio político por corrupción.

Melly Sumarni, funcionaria gubernamental de 33 años de edad residente en Palembang, en la occidental provincia de Sumatra Meridional, está satisfecha por la disminución de la violencia y espera que la situación económica mejore en 2002, al igual que muchos en el país, de más de 200 millones de habitantes.

«Han cesado los disturbios y la violencia en gran escala, pero no estamos mejor que antes en términos económicos», dijo a IPS.

Algunos especialistas en economía piensan que la popularidad de la presidenta y la relativa paz social no se mantendrán con la política económica recomendada al gobierno por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y países donantes.

El Banco y el FMI pidieron al gobierno, entre otras cosas, la eliminación de subsidios a los precios de combustible, electricidad y alimentos, para disminuir el gasto público, y eso implica importantes dificultades para gran parte de la población.

El Fondo también recomendó privatizaciones para obtener fondos destinados al pago de la creciente deuda externa, una reestructura del sistema bancario y más reducción de las barreras a las importaciones, incluyendo a los aranceles a los alimentos provenientes de otros países.

Las privatizaciones son resistidas por los gobiernos locales.

En la actualidad, el desempleo afecta a por lo menos 36 millones de personas, y esa cifra aumentará a comienzos de 2002, porque Estados Unidos limitó su importación de productos indonesios tras los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

Además, la escasez de inversión extranjera implicará que el crecimiento del producto bruto interno disminuya a 3,5 por ciento el año próximo, tras llegar a cinco por ciento en 2001, pronosticó el legislador Antony Zainal Abidin.

Esas dificultades determinan que el país necesite con urgencia préstamos del Banco Mundial y el FMI, que no serán otorgados sin aceptación de las recomendaciones de esos organismos financieros internacionales.

Las autoridades ya firmaron una Carta de Intención con el FMI, en la cual se comprometieron a seguir la orientación de ese organismo para reactivar la economía.

El ministro de Economía, Kwik Kian Gie, sostuvo que es inevitable aceptar esas recomendaciones, pero admitió que las mismas significan «aumentar la carga que soporta el pueblo».

«El gobierno afronta un gran dilema. Seguir los consejos del Banco y el Fondo es abandonar al pueblo, pero la aplicación de medidas populares disgustaría a los donantes, y privaría al país de los fondos que necesita para reactivar la economía», explicó.

En la actualidad, el déficit fiscal priva de recursos a los programas gubernamentales, y muchos piensan que pronto será imposible pagar los salarios de los empleados públicos.

«Todos los sectores de la economía colapsan y no hay inversiones estimulantes», dijo a IPS Mused Burhanuddin, de 36 años de edad y empleado de una firma privada en Yakarta.

«Hemos estado en crisis durante cuatro años y no hemos logrado avances. Nos hemos acostumbrado a las dificultades, pero sería horrible que las cosas siguieran así», añadió.

«El gobierno y el FMI no parecen darse cuenta de que la pobreza en el país es un problema estructural», comentó H.S. Dillon, del no gubernamental Centro de Estudios de Política Agrícola.

«El problema son las estructuras injustas de propiedad de la tierra, producción, formación de recursos humanos y acceso a crédito. Deberíamos cambiar esas estructuras para resolver el problema de la pobreza», aseguró.

«Sin embargo, lo que se les ocurre es privatizar, eliminar subsidios y liberalizar el comercio. Es seguro que eso empeorará la situación», pronosticó.

Especialistas han advertido que eliminar subsidios, en especial a los combustibles y la electricidad, reducirá más el poder de compra de la gente, aumentará la inestabilidad social y política y llevará la inflación a por lo menos 10 por ciento.

En la actualidad, los mercados locales son inundados por alimentos importados baratos, y eso afecta en forma muy negativa a los productores del país.

«La semana pasada coseché la pimienta roja que cultivo, pero no puedo venderla porque la importada es mejor y más barata», dijo a IPS el agricultor Farid Maulana, de la región de Java Occidental, donde muchos ya han vendido sus tierras a fábricas textiles.

«No sé qué plantar, porque nada que cultive podría competir con las importaciones. En enero voy a abandonar la agricultura y convertirme en obrero de la construcción», agregó con amargura.

La Carta de Intención viola la Constitución del país, que manda fomentar una economía con base popular, alegó el economista Revrisond Basir.

«El presupuesto estatal para 2002 apuesta a la economía de mercado, sin restricciones para proteger al pueblo como las que se aplican incluso en países liberales como Estados Unidos. El Fondo ha obligado al gobierno a aplicar esa orientación», comentó.

Sin embargo, Basir mantiene su confianza en Megawati.

Las autoridades «intentan con seriedad combatir la corrupción», y «la situación puede mejorar en el futuro cercano, si los procedimientos gubernamentales son más limpios el año próximo», sostuvo.

Muchos destacan la importancia de que hayan disminuido los conflictos, en parte porque el partido de la presidenta cuenta con mayoría parlamentaria.

«Habrá luz al final del túnel, si se alcanza la estabilidad social y política», aseguró Abidin. (FIN/IPS/tra- eng/ky/ccb/js/mp/ip if/01

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