Altos funcionarios de Egipto pidieron a israelíes y palestinos que demuestren firme compromiso con la paz para detener el actual ciclo de violencias en el cual están involucrados.
El presidente Hosni Mubarak envió a Israel este jueves al ministro de Relaciones Exteriores, Ahmed Maher, a quien encargó realizar urgentes gestiones para lograr la paz, mientras se desarrollan los peores incidentes de violencia desde septiembre de 2000, cuando comenzó la actual intifada (insurrección) palestina contra los israelíes.
En los últimos días, una campaña de atentados suicidas con bombas en Jerusalén y en la noroccidental ciudad israelí de Haifa, lanzada por organizaciones palestinas, causó la muerte de 25 israelíes y heridas a más de otros 200.
Israel tomó represalias mediante ataques con helicópteros de combate que bombardearon oficinas de fuerzas de seguridad palestinas en Cisjordania y Gaza durante dos días. Esos ataques causaron la muerte de por lo menos cinco palestinos y heridas a docenas de otros.
A comienzos de esta semana, Maher ofreció sus condolencias a Israel por los atentados suicidas, pero condenó las represalias del gobierno israelí, con el argumento de que constituía una amenaza de poner fin a toda esperanza de paz en la región.
«Egipto espera que Israel abandone sus políticas y prácticas de provocación, que no ayudan a lograr el objetivo de garantizar la seguridad de ambos pueblos y la estabilidad regional», añadió.
«La ocupación de territorios árabes que mantiene Israel y sus políticas hostiles han causado el actual agravamiento de la crisis», sostuvo tras los atentados sucidas el secretario general de la Liga Arabe, Amr Moussa.
Muchos egipcios comparten ese enfoque de la situación y piensan que los palestinos apelan a los ataques suicidas por desesperación.
Esos atentados son llamados «autosacrificios» o «martirios» por medios de comunicación locales, que insisten en que la resistencia palestina contra la ocupación israelí no debe ser confundida con actos de terrorismo.
«Terrorismo es la política israelí de asesinar en forma deliberada a niños palestinos que defienden su tierra. Israel debería preguntarse a qué se debe que los palestinos estén tan desesperados que sacrifican sus propias vidas», comentó el conductor de camiones Hassan Ibrahim, de 32 años de edad.
«Los atentados en Jerusalén y Haifa no se habrían producido si los palestinos vieran un destello de esperanza al final del oscuro túnel del proceso de paz», escribió Morsi Attallah en un editorial del diario Al-Ahram al-Messa'i, el mayor y más respetado de los medios de prensa del Estado.
Los ataques sucidas en Jerusalén fueron lanzados por la organización fundamentalista islámica Hamas, con la intención de vengar el asesinato de uno de sus principales dirigentes por parte de fuerzas de seguridad israelíes.
Los responsables de ese asesinato habían alegado, a su vez, que la víctima planeó una serie de atentados con bombas que causaron la muerte de israelíes.
Las represalias entre palestinos e israelíes se han reiterado durante varias generaciones, y funcionarios egipcios opinaron que la única forma de poner fin a ese ciclo letal es que ambas partes se contengan y vuelvan a la mesa de negociaciones.
El gobierno egipcio considera contraproducentes los ataques de Israel contra la Autoridad Nacional Palestina (ANP), presidida por Yasser Arafat, y ha destacado que el gobierno israelí pide a Arafat que arreste a militantes de grupos fundamentalistas mientras destruye su capacidad de cumplir esa tarea.
«¿Qué puede hacer Arafat si se le impide controlar las partes separadas del territorio palestino, fuerzas de ocupación atacan a personal e instalaciones de la ANP, y se adoptan todas las medidas posibles para socavar su autoridad?», escribió Ibrahim Nafie, director de Al-Ahram.
Sin embargo, hay indicios de que Mubarak está molesto con Arafat debido al fracaso del líder palestino en el control de los grupos que realizan atentados.
Arafat solía ser invitado con frecuencia por el presidente a visitar Egipto y discutir con él la situación regional, pero sólo ha viajado a El Cairo una vez en los últimos dos meses.
Mubarak ha puesto énfasis en su condena del uso de la fuerza israelí contra palestinos, pero admite que la acción de grupos extremistas pone en peligro el apoyo de Estados Unidos al proceso de paz en Medio Oriente, según admitió esta semana durante conversaciones con el rey jordano Abdullah.
Egipto y Jordania son los dos únicos países árabes que mantienen acuerdos de paz con Israel.
El envío de Maher a Israel indica la seriedad con que el presidente se propone poner fin al ciclo de la violencia, mediante la cooperación de todas las partes involucradas. (FIN/IPS/tra- eng/cmg/sm/mp/ip/01