La Cepal entregó a Chile y Argentina su propuesta sobre metodología para comparar gastos militares, en lo que se considera un paso pionero y trascendental para crear espacios de confianza mutua en América Latina y reducir el gasto en armas.
La Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) presentó el jueves su propuesta a los ministros de Defensa de los dos países, en la inauguración de un seminario intergubernamental sobre el asunto que se prolongó hasta el viernes y al cual asistieron representantes de los demás países de la región.
Esta es la primera vez que dos países latinoamericanos resuelven conjuntamente una metodología para hacer transparentes y comparables sus presupuestos de defensa, sentando un precedente que podría ampliarse al conjunto de América Latina.
La búsqueda de mecanismos para homologar los gastos militares fue una de las resoluciones centrales de la última cumbre del Grupo de Río, mecanismo permanente de consulta y concertación política integrado por 19 países de América Latina y el Caribe, celebrada en Santiago en agosto.
Los mandatarios latinoamericanos consideraron entonces necesario un sistema común de medición de los presupuestos de defensa y de seguridad, antes de debatir la propuesta de congelamiento de los gastos militares en la región, introducida en la cumbre por el presidente del Perú, Alejandro Toledo.
El Grupo de Río, del cual no es parte Cuba, respaldó la labor emprendida por Cepal, agencia regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el 1 de junio de 1999 se ofreció a elaborar la metodología común, haciéndose eco de una iniciativa de los entonces presidentes Carlos Menem, de Argentina, y Eduardo Frei, de Chile.
Argentina y Chile, que en 1978 estuvieron al borde de una guerra evitada por la mediación del papa Juan Pablo II, son tal vez las naciones latinoamericanas que más avanzaron en las últimas décadas en la construcción de medidas de confianza como complemento de la integración bilateral, destacó la Cepal.
El 28 de agosto último, 10 días después de finalizada la cumbre del Grupo de Río, los cancilleres y ministros de Defensa de los dos países se reunieron en Buenos Aires para firmar el acuerdo de creación del sistema común de medición de gastos militares con la asesoría de Cepal.
La agencia de la ONU anunció en esa oportunidad su propósito de ofrecer en el futuro la metodología a todos los gobiernos de América Latina, región en que la desconfianza heredada de históricos conflictos territoriales son un aliento permanente para el armamentismo.
El colombiano José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la Cepal, instó a los expertos gubernamentales de Chile y Argentina a analizar en profundidad la propuesta y a discutir posibles complementos metodológicos que permitan su uso generalizado en la región.
El ministro de Defensa de Chile, Mario Fernández, calificó de «muy satisfactorio» el resultado alcanzado hasta ahora con Argentina.
«Pero aún queda mucho camino por delante, como la articulación, por ejemplo, de una agenda de seguridad en la región», agregó el ministro chileno.
José Horacio Jaunarena, ministro de Defensa de Argentina, señaló que la confianza recíproca establecida entre su país y Chile es uno de los pilares del proceso de homologación de los gastos militares.
Agregó que los tiempos actuales, «donde el terrorismo ha tomado una dimensión sin precedentes», hacen aun más necesaria la respuesta coordinada y homogénea de los estados en materia de seguridad sobre la base de la confianza mutua.
Ocampo destacó que el avance registrado este jueves es el resultado de un conjunto de cambios en la escena internacional, así como de iniciativas concretas encaminadas en los últimos años a través del Grupo de Río, las Cumbres de las Américas y otras instancias continentales.
La confianza mutua se cimenta en el fin de la guerra fría y su hipótesis de conflicto bipolar, en la consolidación democrática en la región, la solución de antiguos conflictos limítrofes y guerras internas, así como en los avances de la integración económica, dijo Ocampo.
A esas bases, levantadas en los años 90, se sumaron últimamente decisiones de los gobiernos, como «la notificación previa de ejercicios militares, el intercambio de información sobre políticas y doctrinas de defensa, la invitación de observadores a ejercicios militares y la realización de ejercicios militares conjuntos», agregó.
La propuesta elaborada por Cepal procura hacer comparables todos los componentes del gasto anual en defensa de los países, sobre la base de tres grupos de definiciones, que van desde los desembolsos directos y más restrictivos, hasta los aspectos «más completos e inclusivos».
Los expertos de la agencia regional de la ONU tomaron como base de su propuesta la comparación de los gastos en defensa de Chile y Argentina en el trienio 1996-1998.
A un nivel básico, en ese periodo los gastos militares tuvieron una equivalencia de 0,8 por ciento del producto interno bruto para Argentina y de 1,8 por ciento en el caso de Chile.
La investigación abarcó otros tópicos de relevancia en estos casos, como la población de los dos países, el valor de su producto interno bruto, el ingreso por habitante y otros índices generales, contrastados con los presupuestos militares.
El gasto en defensa, a su vez, es analizado en tres niveles, diferenciando lo que representa propiamente inversión en armamentos y equipos con los recursos que se destinan al personal activo y en retiro de las instituciones armadas. (FIN/IPS/ggr/mj/ip/01