INFANCIA-VENEZUELA: Década de luces y sombras

La salud y la nutrición de niños y niñas de Venezuela mejoró desde la celebración en 1990 de la Cumbre Mundial por la Infancia, pero los éxitos fueron menores en la atención de los menores que viven en la calle y de los infantes de las capas más pobres, advirtieron activistas.

«De alguna manera se avanzó» en el camino hacia las metas establecidas por la Cumbre, «pero el gran problema es que el mecanismo» para consolidar los logros «es muy débil, muy vulnerable», dijo a IPS la coordinadora del equipo que elaboró el informe «Somos Noticia 2000-2001», Ana Barrios.

«Hay que seguir haciendo esfuerzos para que las metas se cumplan y para que luego se sostengan en el tiempo», precisó Barrios. El informe, realizado por el no gubernamental Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) y presentado este mes, se publicó como un libro de más de 270 páginas.

La situación mundial de la infancia debía analizarse en septiembre en una segunda Cumbre que, al igual que la de 1990, se celebraría en la sede neoyorquina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero que fue suspendida a causa de los atentados contra Estados Unidos ese mismo mes.

Según Barrios, los principales avances registrados en Venezuela se registraron en las áreas de la salud y la nutrición. En educación hubo mejorías que contrarrestaron, sin embargo, un periodo de retrocesos.

Los éxitos fueron menores en la atención a los niños y niñas de la calle, así como a los infantes de hasta cinco años de los sectores sociales más pobres.

Uno de los problemas detectados por Cecodap, dijo Barrios, es la falta de un registro «fidedigno y oportuno» de información sobre la infancia en Venezuela, cuya creación fue uno de los compromisos asumidos en la Cumbre de 1990.

Venezuela alcanzó en 2000 una mortalidad infantil de 17,1 por cada 1.000 nacidos vivos, una de las metas de la Cumbre, pero no logró reducir a 20 por cada 1.000 nacidos vivos la mortalidad de menores de cinco años, que se ubica en 23, indicó la organización.

Por otra parte, la inmunización aumentó a lo largo de la década pasada hasta alcanzar 80 por ciento de la población infantil en edad de vacunarse, una proporción 10 puntos porcentuales menor a la prevista por la Cumbre de Nueva York.

Venezuela recibió este mes el certificado de «país libre de deficiencias de yodo» de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), otra de las metas previstas una década atrás.

En cuanto al derecho a la educación, Cecodap determinó que «la tendencia en la década 1990-2000 ha sido muy irregular, presentando picos y caídas abruptas que impiden hablar de una tendencia consolidada».

Por otro lado, según cifras oficiales, 7.500 niños viven en las calles de este país de 24 millones de habitantes, cifra que se eleva a 12.500 de acuerdo con reportes de organizaciones no gubernamentales.

Cecodap indicó que esta situación demostró el fracaso de un programa para atender el problema lanzado por el presidente Hugo Chávez, además de que «ha crecido el fenómeno de familias enteras viviendo en la calle».

La organización no gubernamental recomendó a las autoridades de las distintas instancias relacionadas con la infancia la aplicación integral de la Ley Orgánica de Protección del Niño y Adolescente (LOPNA), en vigor desde abril de 2000, indicó Barrios.

Entre los avances que implica esa ley, se destaca la paulatina creación de consejos de derechos en 19 estados y en 157 municipios y 200 Defensorías del Niño y del Adolescente a nivel nacional.

«La LOPNA aún está en un proceso de instalación a nivel municipal en todo el país. Hay que instalar una serie de instancias de atención lo cual aún está inconcluso», aseveró Barrios.

Del mismo modo, Cecodap determinó que «el derecho a la vida continúa siendo dramáticamente vulnerado» y «la acción delictiva es la causa más importante de muerte violenta de niños, niñas y adolescentes».

En el primer semestre de 2001 se contabilizaron, solamente en Caracas, 50 casos de homicidios de menores de 18 años. «La mayoría ocurren en menores de 15 años y se producen en el marco de enfrentamientos entre bandas delictivas que operan especialmente en barriadas populares», precisa el informe.

Así mismo, las autoridades policiales han detectado que en 23 por ciento de los hechos delictivos hay participación de niños y adolescentes. (FIN/IPS/ac/mj/hd pr/01

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