El intento de asalto al parlamento de India, en que murieron este jueves cinco atacantes y seis policías, mejora las perspectivas de aprobación de un criticado proyecto antiterrorista, cuya consideración se inició esta semana en la cámara baja legislativa.
Por la noche, la policía informó que había identificado a los atacantes, dos de los cuales fueron captados claramente por las cámaras de televisión. Las autoridades también aseguraron contar con pistas firmes sobre los responsables intelectuales del hecho.
Un grupo de cinco militantes armados con ametralladoras y granadas intentaron ingresar al edificio del parlamento, provocando un tiroteo de más de una hora, en el que 25 personas resultaron heridas.
Uno de los atacantes murió al hacer estallar un dispositivo explosivo atado a su cuerpo, frente a una de las entradas principales del edificio.
Según testigos, los militantes, vestidos con ropa de fajina negra, atravesaron en automóvil las barricadas exteriores de la sede legislativa y abrieron fuego cuando no lograron superar un segundo círculo de seguridad.
La evacuación de unas 150 personas se postergó mientras la policía desactivaba los explosivos cargados dentro del automóvil que los atacantes procuraron introducir por una de las entradas del edificio.
Apenas se iniciaron los disparos, las fuerzas de seguridad rodearon la sede legislativa, donde se debatía el proyecto de ley antiterrorista, duramente criticado por la oposición política y por activistas de derechos humanos.
La discusión parlamentaria también fue agitada. Poco antes de que se iniciara el tiroteo, el presidente de la cámara baja ordenó levantar la sesión, cuando la oposición reclamó la renuncia del ministro de Defensa, George Fernandes, acusado de prácticas corruptas.
El Partido del Congreso y los grupos de izquierda se negaron a votar el proyecto, «draconiano» según la opinión de grupos de derechos humanos.
Aunque el oficialista Partido Bharatiya Janata y su coalición Alianza Nacional Democrática tienen votos para aprobar la ley en la Lok Sabha (cámara baja legislativa), el Partido del Congreso y sus aliados controlan la Rajya Sabha (cámara alta).
Con todo, el gobierno atenuó los aspectos más cuestionados de su anterior intento, conocido como Orden de Prevención del Terrorismo.
«Esperamos que el parlamento reaccione ante este ataque», dijo el ministro del Interior Lal Krishna Advani, quien se encontraba en la sede parlamentaria cuando se inició el tiroteo.
«Se necesitan leyes especiales para enfrentar el terrorismo, sobre todo en (la septentrional provincia de) Cachemira», disputada con Pakistán, donde se mantiene activo un movimiento separatista musulmán, dijo Advani en una conferencia de prensa en la noche del jueves.
De acuerdo con Advani, el atentado no fue inesperado, ya que personalmente alertó al parlamento del peligro.
La sede legislativa y otros edificios importantes serán blanco de ataques armados, según confesó un integrante de la red Al Qaeda — organización del saudita Osama bin Laden, a quien Estados Unidos acusa de los atentados del 11 de septiembre en su territorio— detenido este mes en la occidental ciudad portuaria de Mombai.
«Los liquidaremos dondequiera que se encuentren y quienesquiera que sean», sostuvo Advani, quien estimó que los atacantes eran terroristas islámicos suicidas como los que supuestamente cometieron los atentados de Nueva York y Washington.
«Tenemos ciertas pistas sobre una gran conspiración que permitiría vincular los atentados del World Trade Center y el Pentágono con el del parlamento indio», sostuvo.
El intento de asalto fue similar al perpetrado el 1 de octubre contra la asamblea legislativa de Srinigar, en Cachemira, en el que murieron 50 personas. «El objetivo en ambos casos fue nuestra sociedad democrática», afirmó Advani.
El movimiento separatista Jaish-e-Mohammed (Ejército de Mahoma), con bases en Pakistán, se atribuyó en principio el atentado de Srinigar, pero lo desmintió luego de la condena unánime de la comunidad internacional.
La guerra de India contra el terrorismo en Cachemira está en su última etapa y a partir de ahora será llevada a cabo en forma decisiva, dijo más temprano en un discurso televisado el primer ministro Atal Birahi Vajpayee.
«Este ataque no fue sólo contra el parlamento, sino contra la nación entera. Nos ocuparemos de que los terroristas no tengan éxito en su empeño. Hemos combatido al terrorismo durante las últimas dos décadas y el país todo está unido en esta crisis», agregó Vajpayee.
El primer ministro, de religión hindú, canceló un banquete, o iftar, que iba a celebrar este jueves junto a líderes de la minoritaria fe musulmana, como culminación del mes sagrado islámico del Ramadán.(FIN/IPS/tra-eng/rdr/js/dc/ip/01