Fiat, la principal compañía automovilística de Italia, dará un fuerte golpe a la economía de Argentina al cerrar su fábrica en ese país.
La mayor reestructuración de las operaciones de Fiat (Fábrica Italiana de Automóviles de Turín) significará el despido de unos 6.000 trabajadores en todo el mundo, entre ellos los 900 de la fábrica de la provincia argentina de Córdoba, tras el cierre de 18 cadenas de montaje, solo dos de ellas en Italia.
El plan se llevará a cabo entre 2002 y 2004 y ningún trabajador italiano será despedido, anunció la empresa. De las fábricas a cerrarse, sólo se conocen las de Argentina y Polonia, agregó.
La media también afectará en Argentina y en otros países a un número no determinado de trabajadores de empresas que comercializan los automóviles de Fiat y de fábricas de piezas y otros insumos utilizadas por la compañía.
La Bolsa de Valores de Milán, los sindicatos y la coalición opositora de centroizquierda cuestionaron este martes el anuncio efectuado el lunes por la noche por Fiat, uno de los principales grupos empresariales italianos.
Las acciones de Fiat perdieron este martes 9,34 por ciento de su valor, para cotizarse a 15 dólares. «La respuesta del mercado no podía ser sino ésta: se pide mucho y a cambio no se recibe nada», dijo un empleado de la Bolsa de Valores de Milán.
Los sindicatos de Fiat pidieron una reunión con sus empleadores para conocer las consecuencias de la reestructuración, considerada la más grave de los últimos 20 años.
El ministro de Actividades Productivas, Antonio Marzano, dijo que se trata de medidas necesarias y que involucrarán casi exclusivamente establecimientos en el extranjero.
La decisión de Fiat contradice anuncios anteriores de su presidente y principal accionista, Giovanni Agnelli. «Nunca nos retiraremos de Argentina», había dicho en abril a un grupo de periodistas al término de una reunión en Roma con el presidente argentino Fernando De La Rúa.
Sin embargo, la crisis internacional, en particular de Argentina, cambiaron la opinión de Agnelli, cuya familia posee más de 30 por ciento de las acciones de este grupo industrial cuya actividad principal es la fabricación de automóviles.
Fiat también participa en el mercado de camiones y tractores, en el ferroviario, de aviación y de transporte en general, así como en el sector de seguros.
La operación completa incluye, además de los cierres y despidos, un aumento de capital de 1.000 millones de dólares, la emisión de 65,82 millones de acciones a seis dólares cada una y la cesión de sectores no estratégicos.
Argentina lleva ya 38 meses de recesión y sufre una intensa crisis financiera que la llevó al borde de la suspensión de pagos.
La deuda externa de más de 130.000 millones de dólares equivale a la mitad del producto de un año, la depresión económica es profunda, el desempleo asciende a 18 por ciento, el déficit fiscal crece a medida que cae la recaudación, así como la desconfianza de los invesores por la falta de perspectivas.
Numerosas compañías automovilísticas trasladaron en los últimos dos años sus fábricas de Argentina y Brasil para aprovechar las ventajas del sistema monetario ante la sobrevaluación del peso argentino, así como las exenciones impositivas dispuestas por los estados brasileños.
El responsable de Fiat Auto, sector de fabricación de automóviles de Fiat, Roberto Testore, de 49 años, fue reemplazado por otro alto empleado, Giancarlo Boschetti, de 62.
La reorganización de Fiat Auto se hará efectiva a inicios del 2002, cuando se la divida en cuatro reparticiones: Fiat Lancia, Alfa Romeo, Desarrollo Internacional y Servicios.
Las medidas, explicó la compañía, tienen el propósito de hacer frente a la crisis económica internacional que se recrudeció el 11 de septiembre, cuando se produjeron los atentados terroristas en Estados Unidos.
En el tercer trimestre de 2001, Fiat Auto había sufrido pérdidas por 100 millones de dólares. Se prevé que 2002 será un año peor que el actual. Sus deudas alcanzan a 3.000 millones de dólares.
Los responsables de Fiat aseguraron, además, haber sufrido la agresiva competencia de los grupos comerciales rivales y el brusco deterioro económico en América Latina, donde el grupo tiene grandes intereses en Argentina y Brasil.
Fiat había suspendido en Argentina la compra de insumos hasta mayo de 2002 y su personal estaba suspendido. Había previsto el traslado de sus operaciones a la fábrica de General Motors en la centrooriental provincia de Santa Fé y un programa de jubilaciones incentivadas para paliar su crisis.
En 2000, a causa de la crisis, se registró una importante contracción del mercado local y a fines de año la producción total de Fiat fue de 34.099 unidades, 26 por ciento de las cuales se destinaron a la exportación. En 1996, la compañía fabricó 130.000 vehículos.
Entre 1992 y 1998, se vendían en Argentina 25.000 automóviles mensuales, cifra que se redujo a 15.000 este año. La industria prevé la venta de 200.000 unidades para 2002, y afronta una dura reestructura que incluye despidos, renuncias incentivadas y tercerización de actividades productivas.
La venta total de automóviles en Argentina sufrió una caída de 38,6 por ciento en los primeros cinco meses de 2001 respecto del mismo periodo del año anterior. En julio, Fiat vendió unas 800 unidades, 70 por ciento menos que en julio de 2000.
Para 2001, a pesar de la persistente contracción del mercado, Fiat prevé una producción de 43.000 unidades, de las cuales 87 por ciento se habrán destinado a la exportación.
La facturación total de la Fiat en Argentina alcanzó en el 2000 a 813 millones de dólares, donde a fines de ese año contaba con 2.532 trabajadores.
Fiat tiene una presencia aun más importante en Brasil, cuyas fábricas no serán afectadas por la reestructuración de la compañía. La facturación en Brasil en 2000 ascendió a 4.400 millones de dólares y sus exportaciones a 877 millones de dólares.
A fines de este año, los trabajadores de Fiat en Brasil suman 27.117, y la producción en 2000 fue de 317.049 automóviles.
Fiat nació en 1899 en Turín y fue una de las compañías pioneras de la industria automovilística europea. En adelante, extendería su producción fuera de los confines italianos, en particular a Argentina, Brasil, China, India, Polonia y Rusia. (FIN/IPS/jp/mj/if/01