Los incidentes racistas aumentaron notablemente en Alemania, España, Francia, Gran Bretaña y Suecia durante 2000, y se agudizaron en Europa tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, advirtió el Observatorio Europeo de Racismo y Xenofobia.
Por otra parte, el mercado laboral constituye el principal ámbito de discriminación racial, étnica y religiosa, de acuerdo al Informe Anual 2000, publicado el martes por el organismo.
El Observatorio registró un claro aumento de violencia física y verbal contra la población musulmana en Bélgica, Dinamarca, Gran Bretaña, Holanda y Suecia, luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, atribuidos por Estados Unidos a militantes islámicos.
Los actos de violencia verbal directa y los insultos y amenazas telefónicas, por correo electrónico o a través de la red informática Internet, tuvieron un marcado aumento en los 15 países de la Unión Europea (UE), no sólo contra musulmanes o árabes, sino también hacia otros grupos étnicos o religiosos.
Según la información recolectada, Internet juega un papel crucial en la propagación de material racista y la consolidación de redes xenófobas.
La cantidad de sitios racistas de Internet se duplicó desde 1999 a 2000 en Alemania, mientras el ámbito de la música dio cada vez más cabida a la expresión de grupos de extrema derecha, de acuerdo al informe.
«Es muy importante controlar el racismo en los medios de comunicación y en la música, por su capacidad para influenciar emocionalmente a la población», estimó Beate Winkler, directora del Observatorio.
La institución, creada en 1997 por la UE, basa sus informes en los reportes gubernamentales, las denuncias aparecidas en la prensa y las registradas por las organizaciones no gubernamentales.
El Informe Anual 2000 subrayó los disturbios cometidos a comienzos del año pasado en El Ejido, España, por cientos de personas que atacaron a inmigrantes marroquíes, uno de los actos más graves de violencia racial del periodo.
No obstante, la cantidad de denuncias puede conducir a establecer un panorama equivocado, pues aquellos países que cuentan con los sistemas más eficaces de registro de información son los que presentan mayores porcentajes de denuncias, advirtió Winkler.
«Holanda, que posee uno de los mejores mecanismos de recolección de datos en la UE, registró el año pasado un impresionante aumento de incidentes racistas», sostuvo Winkler.
«Si no se sabe dónde realizar una denuncia, o los propios policías son racistas, las víctimas no informarán los ataques», explicó Bob Purkiss, presidente del Observatorio.
El funcionario se manifestó más proclive a confiar en los datos suministrados por las organizaciones no gubernamentales que por las estadísticas oficiales.
En Finlandia el subregistro de actos racistas oscila entre 80 y 100 por ciento, pero la cuestión no es ajena a ninguno de los estados del bloque, subrayó Purkiss.
Gran Bretaña, en cambio, registró unos 55.000 delitos racistas en 2000, luego de introducir nuevos mecanismos de denuncias. No se trata, en este caso, de un aumento de incidentes, sino de un mejor control y de más confianza de la población para efectuar denuncias, arguyó Purkiss.
«Procuramos convencer a los estados miembros que mejoren sus sistemas estadísticos. Para manejar una situación debemos primero medirla», sostuvo.
Más allá de los actos violentos, el mercado laboral es el principal ámbito de discriminación racial, étnica y religiosa en los países de la UE, de acuerdo al informe.
Exclusión en la contratación, salarios promedialmente más bajos, niveles decrecientes de participación en la mano de obra activa y mayor riesgo de desempleo son las formas más frecuentes de segregación que padecen trabajadores migrantes e integrantes de minorías étnicas y religiosas en Europa.
«Aun cuando se presentan las mismas calificaciones laborales, resulta más difícil para los miembros de minorías étnicas conseguir trabajo», dijo Purkiss.
«La mayoría de la gente sólo advierte el problema del racismo en Europa cuando alguien es golpeado y aparece en la prensa. Pero para muchas personas es un fenómeno que deben enfrentar todos los días», afirmó.
El presidente del Parlamento Europeo y legislador británico Graham Watson, saludó la publicación del documento y manifestó su preocupación porque el consenso del bloque en torno al racismo se quiebre como consecuencia de los atentados terroristas cometidos en Estados Unidos.
Algunos gobiernos europeos aprobaron leyes que sólo ampliarán las brechas étnicas y la discriminación. Gran Bretaña, por ejemplo, autorizó la detención, sin acusación judicial, de extranjeros sospechosos de terrorismo, afirmó Watson.
El parlamentario también criticó la decisión del gobierno de la provincia austríaca de Carintia, encabezado por el racista Joerg Haider, de prohibir las señales callejeras bilingües.
«Sólo hay una lengua peligrosa, y es la del racismo. Cuando éste se introduce en el gobierno, en cualquier ámbito, es muy peligroso», advirtió.
«En Europa sabemos más que en otros lugares que el racismo conduce a la limpieza étnica, que bañó en sangre buena parte de la historia del siglo XX», sostuvo.
«La UE encabeza la legislación antidiscriminatoria internacional. Sus directivas sobre racismo e igualdad en el mercado laboral registran positivos resultados en los estados miembros», reconoció por su parte Winkler. (FIN/IPS/tra- eng/gh/bk/mn/hd pr/01