Los trabajadores petroleros de Colombia iniciaron este jueves una huelga por tiempo indeterminado en protesta por el asesinato del dirigente sindical Aury Sará a manos de paramilitares de derecha.
Sará, presidente de la Unión Sindical Obrera (USO) de la septentrional ciudad de Cartagena, que había sido secuestrado el viernes pasado por las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), fue asesinado el miércoles acusado de integrar el rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El cuerpo del líder sindical y el de su guardaespaldas, Enrique Arellano, también asesinado en las mismas circunstancias, fueron encontrados en un área rural de Cartagena, con evidentes señales de tortura.
Las AUC había confirmado que tenían en su poder a Sará y a Arellano y pidieron como condición para liberarlos que el alto comisionado gubernamental para la Paz, Camilo Gómez, aceptara reunirse con los jefes de esa organización derechista.
El presidente Andrés Pastrana condenó este jueves el asesinato del líder sindical y de su guardaespaldas, y advirtió a las AUC que «el Estado no se dejará intimidar por las fuerzas que con sus acciones cobardes pretenden crear el caos y la violencia en Colombia».
Por su parte, el ministro del interior, Armando Estrada, pidió a los sindicalistas petroleros no dejarse llevar por la ira y la indignación.
«Tenemos que rechazar categóricamente las actuaciones de las Autodefensas (AUC) y no se puede permitir que se siga asesinando a nombre de la contrarrevolución social», indicó.
Pero Gabriel Albis, vicepresidente de la USO (sindicato único de los trabajadores petroleros), dijo a IPS que el asesinato de Sará es una expresión más de los índices de intolerancia a que se ha llegado en esta guerra interna que afronta el país.
Albis añadió que el sindicalismo colombiano es víctima de «un crimen contra la humanidad», que horroriza no sólo a los colombianos sino a la comunidad Internacional.
La Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la organización laboral más importante del país, informó que este año fueron asesinados 147 sindicalistas.
Pero la cantidad de miembros de la sociedad civil que son asesinados en el marco del conflicto armado interno ya llega a 3.000 por año.
«Lo increíble es que, pese a las denuncias de los casos en riesgo presentadas al gobierno, entre los que estaba Sará y para los que se pidieron garantías, se dice que no hay dinero para protegerlos», señaló Albis.
Mientras, el alcalde de la localidad de Riosucio, en el noroccidental departamento de Chocó, indicó este jueves que al menos 25 personas habían muerto en un enfrentamiento entre las AUC y guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que se disputan el control de la zona.
La crítica situación humanitaria en Colombia será denunciada nuevamente el próximo lunes, cuando organizaciones no gubernamentales celebren el Día Internacional de los Derechos Humanos, en un acto a realizarse en Bogotá.
Julio Gómez, presidente de la Confederación General de Trabajadores Democráticos (CGTD), la segunda central después de la CUT, comentó que el riesgo de muerte que afrontan los sindicalistas colombianos viene siendo denunciado desde hace años ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«Es un genocidio contra de la clase trabajadora», sentenció Gómez, quien opinó que el ataque contra los dirigentes va en contra también del libre ejercicio del derecho de opinión y de la defensa de los derechos democráticos de los trabajadores.
El presidente de la CGTD agregó que es «inconcebible que en un país que se dice democrático se estigmatice al sindicalista y se le encasille como guerrillero por defender los derechos de los trabajadores».
Un comunicado divulgado por la USO este jueves informa que la huelga de los trabajadores petroleros continuará «hasta que el gobierno esté en capacidad de garantizar la protección de los sindicalistas, para que éstos puedan ejercer plenamente sus derechos».
La USO, además de la paralización de actividades, organizó una marcha callejera en Cartagena, la ciudad natal de Sará, otras concentraciones y entierros simbólicos en Bogotá y en Barrancabermeja, puerto del río Magdalena medio donde está ubicada la segunda refinería más importante del país.
La huelga de los trabajadores retrasa la producción de unos 450.000 barriles diarios de gasolina, que representan pérdidas diarias por cerca de 300.000 dólares y, según la USO, sólo quedan existencias para cuatro días.
No obstante, la ministra de Minas, Luisa Lafourie, dijo que, pese a la protesta sindical, está garantizado el suministro de combustible en todo el país, ya que los campos de producción están militarizados y se operará con un grupo de contingencia.
Colombia produce cerca de 700.000 barriles diarios de petróleo y sus exportaciones representan la tercera parte de las ventas externas, que el año pasado alcanzaron a 12.929 millones de dólares. (FIN/IPS/yf/dm/lb ip/01