COLOMBIA: ELN comienza tregua, pero FARC siguen en combate

El rebelde ELN comenzó este martes en Colombia una tregua unilateral hasta el 6 de enero, para permitir que la población celebre las fiestas de fines de año, pero las FARC, la principal organización guerrillera, se mantuvieron en combate.

El anuncio del ELN (Ejército de Liberación Nacional), la segunda organización guerrillera del país, fue recibida el algunos sectores con moderado optimismo.

El presidente Andrés Pastrana afirmó que la tregua es un paso inicial en el proceso de acercamiento con el ELN, que debe ir avanzado con acuerdos a estudio. El mandatario no descartó que las Fuerzas Armadas se sumen a la tregua.

Pastrana dijo que el diálogo con el ELN debe avanzar sobre la base del cronograma acordado el último fin de semana en La Habana, que incluye asuntos fundamentales, como el mantenimiento de la población civil al margen del conflicto y el respeto del derecho internacional humanitario y de la infraestructura económica.

El ELN y el gobierno firmaron el 27 de noviembre el Acuerdo de La Habana, en que se comprometieron a iniciar un proceso de paz con el establecimiento del cronograma de trabajo, convenido finalmente este fin de semana.

Pastrana llamó la atención a otras organizaciones armadas irregulares para que imiten «ese gesto», de modo que «los colombianos puedan tener una Navidad en paz y tranquilidad».

Se trató de una alusión directa a las guerrilleras FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), principal organización insurgente del país, para que «tomen claramente la decisión si van a cumplir o no con su palabra» de continuar el proceso de paz iniciado en 1999.

Las FARC congelaron unilateralmente las negociaciones el 17 de octubre por supuesta falta de garantías para participar en el proceso.

La tregua del ELN coincidió este martes, según informó la radioemisora Caracol, con un ataque de las FARC que concluyó con la muerte de 25 campesinos en el municipio de Tarazá, del noroccidental departamento de Antioquia.

Los campesinos se encontraban en una hacienda donde se procesa cocaína cuando atacaron guerrilleros de las FARC, que se disputan el control del negocio del narcotráfico con paramilitares de derecha.

Este mismo martes murió Andrés Felipe Pérez, de 12 años, hijo de un policía secuestrado por las FARC el 17 de marzo de 2000. El niño, enfermo de cáncer desde los seis meses, pidió la liberación de su padre para verlo antes de morir, pero las FARC exigían a cambio la del guerrillero Ignacio González, enfermo de diabetes.

Otras informaciones no confirmadas por las autoridades indican que guerrilleros y paramilitares se enfrentaron el pasado domingo en la zona con un saldo de al menos 40 muertos.

EL ELN suspendió sus acciones militares a las cero hora local de este martes (05:00 GMT) y hasta el 6 de enero, «sin contraprestaciones», pero con la advertencia de que la tregua se romperá «si las fuerzas militares o los paramilitares (de derecha) realizan operaciones» en alguno de sus frentes.

Para el ex contralor Jaime Bernal, miembro de la comisión de civiles que medió para la reanudación del diálogo con el ELN, los rebeldes reconocen a través del Acuerdo de La Habana y de la tregua «que tiene que demostrarle al país su propósito de paz y recobrar la confianza de la ciudadanía».

En opinión de Bernal, el Acuerdo de La Habana es importante porque compromete a las partes a buscar compromisos para el acatamiento del respeto a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, que procura limitar los efectos de las guerras civiles.

La tregua del ELN implica la suspensión de los atentados con explosivos contra torres de energía eléctrica, puentes y oleoductos, así como el cese de los secuestros, de los cortes de carreteras, de los ataques contra poblaciones y de las operaciones ofensivas de tipo militar.

Las pérdidas causadas por las acciones del ELN desde enero han sido calculadas por organismos de seguridad en cerca de 13 millones de dólares.

Entre los ataques se cuentan 170 atentados con explosivos contra oleoductos que causaron el derrame de 400.000 barriles de petróleo y la destrucción de 250 torres de transmisión de electricidad.

Alejo Vargas, miembro de la comisión de civiles que facilitó el acercamiento del ELN con el gobierno y analista de la Universidad Nacional, dijo a IPS que «si las cosas evolucionan positivamente» la tregua podría ser el inicio de un cese de hostilidades de mayor duración.

Ahora, según Vargas, el desafío es que el ELN y el gobierno procuren convertir esta tregua unilateral en bilateral, de modo que progresivamente se consolide la negociación. Los colombianos «van a tener por lo menos 18 días de tranquilidad», agregó.

No obstante, para el subdirector de la Policía, general Tobías Quintanilla, «al país le es muy difícil creer en una guerrilla que dice una cosa y hace otra».

El jefe militar dijo que los colombianos deben estar alerta ante organizaciones «que atacan a la población civil mientras sus jefes anuncian (…) treguas». (FIN/IPS/yf/mj/ip/01

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