La presión internacional para consagrar los derechos de las mujeres afganas en un gobierno democrático pos- Talibán ayudó a que distintas facciones tribales de Afganistán acordaran en Bonn la creación del Ministerio de la Mujer y designaran a dos mujeres ministras.
Pero esas designaciones son apenas el comienzo, opinó la activista afgana Sima Wali, una de las tres mujeres que participaron de la conferencia de Bonn, auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Wali es también la principal organizadora de la Cumbre de Mujeres Afganas que se realizó paralelamente en la sede del Parlamento Europeo, en Bruselas.
«Los ministerios otorgados a mujeres no eran considerados muy importantes» por las delegaciones masculinas en su abrumadora mayoría, dijo a IPS.
Sima Samar, una médica que dirigió centros de salud para refugiados afganos en Pakistán, fue designada ministra de Asuntos de la Mujer y también será una de los cinco vicepresidentes en el gobierno de transición encabezado por Hamid Karazi.
Otra médica, Suhalia Seddiqi, general retirada del ejército y residente de Kabul, será la ministra de Salud Pública.
Lajdar Brahimi, representante especial de la ONU para Afganistán, declaró que las dos designaciones no satisfacen las expectativas que el foro mundial tenía en cuanto a representación femenina en el gobierno interino.
Wali espera que la comunidad internacional cumpla con su compromiso hacia las mujeres afganas.
«Esperamos que, una vez finalizada la lista, también haya mujeres viceministras en los ministerios 'importantes'», expresó la activista, la única mujer en la delegación del ex rey Zaher Shah en Bonn.
Al final de la Cumbre de Mujeres Afganas, el jueves, las delegadas lanzaron la «Proclamación de Bruselas», en la que detallaron su visión del futuro de Afganistán y sus aspiraciones inmediatas en materia de educación, salud, refugiados, derechos humanos y culturales.
La proclamación exige la inclusión de la mujer en la «Loya Jirga» o parlamento, que será reinaugurado por el ex rey Zaher Shah, y en la comisión redactora de una nueva Constitución, «que debe incluir el principio de no discriminación».
Bajo el régimen del grupo fundamentalista islámico Talibán, que fue derrotado por Estados Unidos y grupos afganos opositores, las niñas tenían prohibida la educación formal, las mujeres no podían trabajar ni salir de su casa sin la compañía de un familiar varón, y debían usar el «burka», un vestido tradicional que las cubría de pies a cabeza.
«La próxima Constitución debe incluir garantías para las mujeres. Debe haber justicia e igualdad para todos», dijo Qadria Yazdan Parast, ex profesora de la Universidad de Balj, en el norte de Afganistán, que huyó del país a fines de los años 90 y vive en Holanda como refugiada.
Lo importante es que la nueva Constitución se base en los principios de la ONU «pero también en el Islam y en los valores tradicionales afganos», dijo Parast, quien ofreció un informe sobre la Cumbre de Mujeres Afganas al Parlamento Europeo.
Pero sobre todo, destacó, «el mundo nunca debe olvidar a las mujeres de Afganistán».
La Proclamación de Bruselas reclama para las mujeres el derecho al voto y al acceso a la educación, la atención de la salud y el empleo.
Así mismo, pide la implementación de un plan de emergencia para reabrir antes de marzo de 2002 escuelas mixtas y aplicar un nuevo programa educativo que respete los derechos femeninos.
En las próximas semanas, una delegación de mujeres afganas participantes de la cumbre se reunirá con el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, y miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Ante la importancia de tales reuniones, Wali expresó a IPS su seguridad de que el papel de la mujer en Afganistán «no será disminuido, porque el tema concita mucha atención y todo el mundo lo está observando», pero advirtió que será necesaria mucha ayuda económica.
Glenys Kinnock, miembro de la Comisión de Desarrollo del Parlamento Europeo, estuvo de acuerdo y anunció que ella y otras mujeres presionarán para otorgar fondos adicionales a Afganistán, principalmente para la salud, la educación y otras áreas detalladas en la Proclamación de Bruselas. (FIN/IPS/tra-en/bk/sm/mlm/hd-ip/01