BIRMANIA-CHINA: Visita de Jiang promueve imagen de Rangún

La visita esta semana a Rangún del presidente de China, Jiang Zemin, puso de relieve el deseo de Beijing de seguir siendo el gobierno extranjero más influyente en Birmania y uno de sus escasos aliados.

La visita oficial, un hito en las relaciones bilaterales, brindó un necesario impulso a la deteriorada imagen internacional del régimen militar de Birmania.

Jiang, quien aparte de firmar acuerdos económicos y sobre petróleo con Rangún realizó una visita turística de Birmania, es el primer presidente chino en visitar ese país desde la llegada al poder de los militares, en 1988. El mandatario partirá hacia Beijing este sábado.

Las relaciones bilaterales concitaron más atención desde la represión en 1988 de un movimiento por la democracia por parte del gobierno militar birmano. Desde entonces, China se transformó en un gran proveedor de armas de Birmania y ambos países estrecharon sus vínculos.

Debido a esas estrechas relaciones en los últimos años, el ingreso de China esta semana en la Organización Mundial del Comercio (OMC) constituye un buen augurio para la alicaída economía birmana.

La historia de las relaciones chino-birmanas tiene varias décadas.

M.C. Tun o U Chit Tun, un reconocido periodista birmano fallecido recientemente, escribió en 1973 en la revista Far Eastern Economic Review que las relaciones chino-birmanas estuvieron marcadas por hitos.

«Birmania fue el primer país fuera del bloque comunista en reconocer a la República Popular China en 1949, el primero en firmar con Beijing un Tratado de Amistad y No Agresión Mutua, el primero en alcanzar un acuerdo de fronteras con China, en 1961, y uno de los primeros en enmendar sus relaciones con Beijing luego de la Revolución Cultural», destacó el periodista.

Desde los años 50, líderes chinos y birmanos se realizaron mutuas visitas de Estado y promovieron una relación fraterna.

Pero la estrechez de los vínculos de los últimos años tiene más que ver con el comercio y las finanzas que con el mantenimiento de lazos fraternos.

Desde 1988, Birmania es considerado un estado paria por muchos gobiernos y ha recibido muy escaso apoyo económico.

«Los generales precisaban un amigo y éste es China», comentó un analista de Rangún. «Fue un matrimonio por conveniencia».

Aunque la visita de Jiang promoverá la imagen de la junta militar, la situación de ésta es diferente a la de hace 13 años.

«Ahora tiene más amigos e intenta reincorporarse a la comunidad internacional», señaló el analista.

Birmania es ahora miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático. En los últimos tres años, las autoridades birmanas han realizado y recibido visitas de otros miembros del bloque regional, así como de otros países extranjeros.

Altos funcionarios de Birmania visitaron numerosos países de Asia, incluso India y Pakistán. El canciller Win Aung también viajó a Cuba, Rusia y Yugoslavia el año pasado, para promover relaciones de amistad.

Pero otro motivo de la visita de Jiang parece ser la activa política exterior que Birmania mantiene hacia India.

A principios de los años 90, India condenó abiertamente al régimen birmano por su represión del movimiento por la democracia y ofreció asilo político a disidentes birmanos.

Sin embargo, en 1996, Nueva Delhi comenzó a preocuparse por la creciente influencia de China en Birmania y desde entonces dejó de censurar a Rangún y trató de acercarse a ese gobierno. Como resultado, las relaciones bilaterales se normalizaron.

India y Birmania comparten más de 1.600 kilómetros de frontera y han intercambiado visitas oficiales en los últimos seis años. Ambos ejércitos prometieron mejorar la cooperación militar a lo largo de la frontera, y el comercio bilateral sumó 295 millones de dólares en 2000.

«Antes, Birmania sólo tenía un amigo. Ahora tiene más y esto pone nerviosos a los chinos», comentó un observador político de Rangún, que pidió reserva.

Ahora, los líderes militares birmanos saben cómo enfrentar entre sí a China e India, los dos países más grandes de la región y los más poblados del mundo, con 2.300 millones de habitantes entre ambos.

Además, las fuentes de armas y suministros de Birmania se han diversificado.

El año pasado, Birmania rechazó un millón de dólares en créditos de Beijing para compras militares, alegando insatisfacción con entregas anteriores y con la calidad de los sistemas chinos. Sin embargo, la fuerza aérea birmana aún recibe entrenamiento en Beijing.

Muchos birmanos están impresionados por la prosperidad de China y su tecnología moderna.

«Espero que nuestros líderes aprendan de la reforma económica de China, para poder enriquecernos», manifestó un empresario establecido en la principal avenida comercial de Rangún.

Maung Aye, el segundo funcionario en importancia del régimen, dijo el año pasado a líderes chinos en Beijing que Birmania deseaba seguir los pasos de China y abrirse al mundo.

«Yo diría que a 90 por ciento de los birmanos no les importa la democracia, sino sobrevivir y no tener que preocuparse por el día siguiente», dijo el empresario de Rangún. (FIN/IPS/tra-en/az/js/mlm/ip/01

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