(Arte y Cultura) MEXICO: Vigoroso impulso a turismo religioso

La capital de México transformará la Basílica de Guadalupe, emblema histórico y cultural del país, en un centro de similar atracción religiosa y turística que los santuarios de Lourdes, en Francia, y de Fátima, en Portugal.

La decisión de la Asamblea Legislativa capitalina de remodelar el atrio del templo, construido entre 1695 y 1709, cristaliza el proyecto presentado hace casi tres años para hacer de ese lugar un polo turístico internacional.

La basílica en honor de la Virgen de Guadalupe, declarada por el Vaticano patrona de América, recibe cada año unos 15 millones de visitantes. La obra, aprobada en diciembre, reconoce ese peso específico del denominado turismo religioso.

La ampliación del atrio de la virgen María, cuyo costo es de 50 millones de dólares y donde se prevé colocar 20 esculturas marianas veneradas en otros sitios de América, comenzará en enero a cargo del Fideicomiso de Guadalupe, integrado por delegados del gobierno capitalino, la Iglesia Católica y de la sociedad civil.

Sin embargo, la concreción del proyecto recae fundamentalmente en la capacidad de convocatoria de la virgen que los mexicanos reconocen como «madre» y cuyo culto forma parte de la identidad nacional.

La Basílica de Guadalupe, uno de los templos católicos más visitados del mundo, atrae entre siete y nueve millones de peregrinos cada 12 de diciembre, fecha en la que, según la tradición, hace 470 años la imagen de «la guadalupana» quedó plasmada en el «ayate» de un indígena llamado Juan Diego.

El ayate, manta o tilma, tejido con fibras de maguey, un cactus típico de la región, era usado por los habitantes autóctonos más humildes para protegerse del frío.

Pero las apariciones de la virgen a Juan Diego, que la Iglesia Católica prevé santificar en 2002, siguen siendo motivo de controversia.

En cambio, existe acuerdo en que el verdadero milagro de «la guadalupana» es haber contribuido, mediante la fuerza de su veneración, a la evangelización masiva del pueblo mexicano, 95 por ciento del cual hoy profesa la religión católica.

El santuario de la patrona de los mexicanos, honrada por 24 papas y que también recibió ese título a nivel continental, fue el centro de la primera visita al país de Juan Pablo II, en enero de 1979, cuando se arrodilló ante la imagen y la llamó «madre de las Américas».

El proyecto para remodelar el atrio de la Basílica de Guadalupe incluye el desarrollo de la plaza mariana y del museo guadalupano, además de la construcción de áreas de servicios comerciales, gastronómicos, un cementerio con 80.000 criptas y una playa de estacionamiento de automóviles.

La obra, prevista para que finalice en diciembre del año próximo, contempla también un plan de seguridad del atrio y de sus alrededores, que involucra a la Secretaría de Gobernación (Interior) del gobierno nacional, a la oficina de Seguridad Pública capitalina y al propio arzobispado mexicano.

El proyecto considera la instalación de un circuito cerrado de videovigilancia, en paralelo con las labores de distintas corporaciones policiales, como forma de prever inconvenientes en una ciudad asolada por la delincuencia.

La transformación de la Basílica para impulsar la proyección internacional del histórico sitio será financiada con aportes privados, mientras que el gobierno de la ciudad de México donará a favor de la Fundación Plaza Mariana un área de alrededor de 32.000 metros cuadrados.

La Basílica de Guadalupe, erigida en las faldas del cerro del Tepeyac, donde la virgen habló en el idioma indígena náhuatl a Juan Diego, está formada por el templo antiguo realizado por el arquitecto Pedro de Arrieta.

El deterioro causado por el tiempo y el hundimiento lento y constante de la ciudad de México obligó al cierre de la antigua Basílica por 24 años, hasta mayo de 2000, cuando fue reabierta al contar con las garantías de seguridad indispensables para su uso.

La llamada nueva Basílica fue construida entre 1974 y 1976 por el arquitecto Pedro Ramírez Vásquez, con capacidad para albergar a 40.500 fieles. La más importante de sus 14 secciones es la llamada capilla papal, debido a que ahí ofició misa Juan Pablo II.

En el muro frontal de esa capilla, colocado a seis metros del suelo, pende el cuadro original de la Virgen de Guadalupe.

En la parte antigua de la Basílica se encuentra la capilla «del Cerrito», donde la virgen María se dirigió a Juan Diego como «el más pequeño de mis hijos».

El indígena, entonces de 57 años, pasó el resto de sus 74 años de vida dedicado a difundir el relato de las apariciones de la virgen entre los mexicanos.

La proyección de la Basílica de Guadalupe como polo de turismo religioso mundial coincidirá con la santificación del ya beato Juan Diego. La Congregación para las Causas de Santos, que preside el Papa, reconoció este mes en Roma que el indígena mexicano salvó de la muerte a un joven.

La aceptación vaticana del milagro en la persona de un joven que intentó suicidarse en 1990, pero logró salvar su vida cuando la madre del moribundo pidió la curación de su hijo al indígena, fue el primer paso hacia la canonización del venerado «Juan Dieguito», como le llaman los mexicanos.

El cardenal Norberto Rivera Carrera sostuvo que el proyecto de convertir el templo guadalupano en un santuario similar al de Lourdes y Fátima tiene motivaciones más allá de los intereses turísticos.

Rivera Carrera entiende que es importante impulsar el carácter simbólico de atraer a los creyentes a la Basílica de Guadalupe, pues forma parte del alma de México. (FIN/IPS/pf/dm/cr/01

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