El gobierno de Italia, después de 20 años de discusiones, aprobó la construcción de diques móviles para salvar a Venecia del embate de las aguas altas, un sistema que lleva el nombre de Moisés, el personaje bíblico a cuyo paso se abrió el mar Rojo.
El proyecto Moisés, que comenzará a construirse en enero y tardará ocho años, requiere una inversión de 2.500 millones de dólares.
Las barreras móviles, capaz de aislar la laguna durante las mareas excepcionalmente altas, serán complementadas con la reducción de las bocas de entrada del mar y la elevación del fondo de la laguna, sobre el cual se apoyan los palacios venecianos.
Venecia, que se construyó sobre 118 islas muy cercanas entre sí en medio de una laguna de unos 50 kilómetros de largo y 15 de ancho, con una superficie de 551 kilómetros cuadrados, es una joya deslumbrante entre las grandes ciudades italianas.
Fue fundada en el siglo VI por comunidades de pescadores y mercaderes que se refugiaron en las islas de la laguna para escapar de sus enemigos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura declaró en 1987 patrimonio mundial de la humanidad a esta nororiental ciudad italiana, capital de la región del Véneto.
Los gondoleros llevan sus elegantes embarcaciones a lo largo de 150 estrechos canales y bajo puentes antiguos, mientras los cantantes ofrecen serenatas a los turistas que pasean por las calles empedradas, admirando la arquitectura del siglo XV.
La profundidad media de la laguna es muy escasa y no suele sobrepasar uno o dos metros. Separada del mar Adriático por una franja arenosa, se accede a Venecia por tres pasos, los puertos de Lido, Malamocco y Chioggia.
Sus iglesias llenas de arte y sus calles pintorescas la han convertido desde tiempos antiguos en uno de los lugares más admirados, por lo cual es visitada cada año por unas 10 millones de personas.
La inundación con consecuencias más devastadoras para la ciudad ocurrió el 4 de noviembre de 1966, dañando monumentos, pinturas y otras valiosas obras de arte.
La «acqua alta», como se dice en italiano estas mareas altas, erosiona los edificios, como la magnífica basílica de San Marcos, construida hace 900 años y que ahora está ligeramente inclinada a la izquierda, debido a sus cimientos inestables.
El sistema que pretende preservar del embate de las aguas a este patrimonio de la humanidad consiste en 79 diques, posados en el fondo de la laguna, de un espesor de cinco metros, 20 metros de ancho y 30 de largo, que se alzarán cuando las mareas superen los 110 centímetros, evitando así que el agua entre en la laguna.
El cierre durará entre tres y cuatro horas para, además, impedir «problemas ambientales», explicó el presidente de la región del Véneto, Giancarlo Galán, de la gobernante coalición encabezada por Silvio Berlusconi. Se calcula que el sistema se accionará unas 10 veces al año.
El gobierno de Berlusconi tomó la decisión de poner en marcha el proyecto el 18 de este mes, pese a que un grupo de especialistas universitarios recomendaron no hacerlo por los riesgos ambientales que acarrea.
El grupo realizó un profundo estudio sobre la laguna de Venecia, llegando a conclusiones coincidentes con las de expertos del propio Ministerio de Ambiente.
Los científicos dijeron que hubiera bastado simplemente achicar las tres bocas de los puertos Lido, Malamocco y Chioggia, por donde entra el mar, para obtener los mismos resultados a un costo mucho menor y con escasas consecuencias para el ambiente.
El presidente de la Liga Ambiente, Ermete Realacci, señaló que el gobierno de Berlusconi debió reducir los fondos para los parques, la energía limpia, la investigación científica y la enseñanza en beneficio de este tipo de iniciativas que perjudican el ambiente.
Los Verdes cuestionaron el proyecto Moisés, pues dudan de su eficacia, ya que sus cálculos indican que sólo reducirá las mareas cuatro centímetros.
El dirigente Verde Sandro Turroni comentó que la iniciativa de Berlusconi es sólo para favorecer a Gianni Agnelli, presidente de la empresa de automóviles Fiat, uno de cuyos consorcios se adjudicó los trabajos para llevar a cabo el proyecto Moisés. (FIN/IPS/jp/dm/cr/01