El presidente de Argentina, Fernando de la Rua, decreto este miércoles el estado de sitio por 30 días, ante la ola de saqueos a supermercados y otros comercios que se desato de madrugada en diversos puntos del país con un saldo provisorio de cuatro muertos.
El estado de sitio, un recurso que la constitución prevé para el caso de «una conmoción interior o un ataque exterior que ponga en peligro el ejercicio constitucional», entró en vigor de inmediato, aunque debe ser confirmado por el Poder Legislativo.
Familias enteras se lanzaron a las calles en barrios pobres de la capital, en localidades aledañas y al menos en otras cinco provincias, con el objetivo de cargar sus bolsos con alimentos y otras mercaderías que pudieron conseguir. Unos 200 comercios fueron asaltados.
Los participantes en los saqueos apuntaron principalmente a los comercios de venta de alimentos, aunque también fueron saqueados negocios dedicados a la venta de electrodomésticos y ropa.
La policía, que al parecer recibió la orden de evitar la represión, se mantuvo en actitud pasiva en varios episodios. No fueron aclaradas en un primer momento las circunstancias en que murieron las cuatro víctimas de este miércoles.
La grave situación económica -que se manifiesta en una recesión de 40 meses y una tasa de desempleo de 18,4 por ciento de la población activa, se agudizó en las últimas semanas, debido a la amenaza del cese de pagos de una deuda externa superior a 130.000 millones de dólares (45 por ciento del producto interno bruto).
La desconfianza de inversores y ahorristas, que temieron una devaluación o el congelamiento de depósitos en los bancos, provocó hace tres semanas una corrida bancaria que el ministerio de Economía enfrentó con la restricción de los retiros de dinero en efectivo.
Esta decisión afectó severamente al comercio y fue un golpe para un amplio sector de la sociedad que obtiene sus ingresos de la economía informal. Pequeños comerciantes, empleados no registrados y vendedores ambulantes se perjudicaron por la falta de efectivo.
En vísperas de la ola de saqueos, un grupo de jefes de hogar dedicado a la recolección y venta de cartón denunció que sus ingresos familiares -estimados en tres dólares diarios en promedio- se redujeron a cinco dólares a la semana por la falta de efectivo de quienes les compran el material.-
Argentina vivió una ola de saqueos en 1989, en un momento de hiperinflación, A lo largo de casi un año hubo mas de 700 asaltos a comercios, 17 muertos y más de 300 heridos.
El estado de sitio ya había sido impuesto por dos predecesores de De la Rúa: Raul Alfonsin (1983-1989), también para enfrentar el saqueo de comercios, y Carlos Menem (1989-1999), pero en este último caso como consecuencia de un alzamiento de militares rebeldes. (FIN/IPS/mv/ff/ip/01)