Las áreas de Afganistán controladas por jefes militares empeñados en actividades criminales no recibirán ayuda para la reconstrucción y el desarrollo, advirtieron los principales donantes.
«Nuestro mensaje es claro: los esfuerzos de reconstrucción de la comunidad internacional sólo se destinarán a aquellas partes de Afganistán donde las autoridades locales provean seguridad y estabilidad», aclaró Poul Nielson, comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la Unión Europea (UE).
Nielson habló el jueves en la inauguración de una conferencia de donantes de dos días encabezada por la UE, Japón, Arabia Saudita y Estados Unidos.
La conferencia discutió la coordinación de la gran cantidad de recursos necesarios para respaldar al gobierno interino de Afganistán, que asume este sábado, y reconstruir a ese país devastado por más de dos décadas de guerra y por la sequía.
Los bombardeos lanzados por Estados Unidos el 7 de octubre en el marco de su guerra contra el terrorismo convirtieron en ruinas la ya escasa y deteriorada infraestructura afgana.
«Afganistán es y seguirá siendo por algún tiempo una zona de guerra. Los caminos entre Kabul (la capital) y las principales ciudades provinciales todavía no se consideran seguros», previno Nielson.
«Esta inseguridad se debe al efecto combinado de la rivalidad interétnica, el bandolerismo, bombas y minas sin explotar, pero también y más preocupante, a la actitud de los señores de la guerra, que continúan bloqueando o saqueando los convoyes de ayuda humanitaria», agregó.
Esos comandantes militares tienen en general un «feudo» donde sus hombres roban, saquean, secuestran, violan y obligan a los viajeros a pagarles «impuestos».
Millones de afganos dependen de la ayuda internacional para su supervivencia. Por esa razón, los donantes deben permanecer alertas y seguir promoviendo el proceso de paz con comprensión y firmeza en medidas iguales, dijo Nielson.
«Con respecto a los señores de la guerra, creo que la comunidad internacional y el régimen afgano deben asociarlos con los 'dividendos de la paz', para asegurarse su plena cooperación», dijo.
«Todo lo que planeemos y decidamos debe ser en sociedad real con el gobierno emergente. La construcción del gobierno es tan importante como la construcción de puentes. Los donantes deben tener disciplina», exhortó el comisario europeo.
Por su parte, Andrew Natsios, administrador de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, advirtió también a los señores de la guerra que la reconstrucción sólo tendrá lugar a cambio de la estabilidad y la seguridad.
«Nuestro mensaje político a los distintos grupos étnicos y líderes afganos es que no podremos ayudarles si comienza una nueva guerra civil», declaró.
Delegados de casi 100 países, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales (ONG) estudian en la conferencia los fondos disponibles y tratan de identificar las necesidades más urgentes, pero no realizarán compromisos financieros en gran escala.
Esos compromisos se realizarán en una conferencia a celebrarse en Tokio el 21 y 22 de enero.
Nielson previno que sólo se debe trabajar con socios «comprobados» entre los cientos de ONG que comenzarán a actuar en Afganistán.
«A medida que retorne la paz, numerosas organizaciones humanitarias llegarán a Afganistán, pero no todas tendrán el mismo grado de profesionalismo y competencia que las ya activas», advirtió.
El comisario europeo de Asuntos Exteriores, Chris Patten, dijo que el saqueo de convoyes humanitarios por los señores de la guerra es una de las amenazas más preocupantes para los donantes.
«La operación militar contra el terrorismo está cerca de cumplir su objetivo de erradicar a la red Al Qaeda» del saudí Osama bin Laden, acusada de planificar y perpetrar los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, observó Patten.
«Pero debemos ganar la paz, y esa será una tarea dantesca», porque se trata de «un estado sin instituciones, con su infraestructura en ruinas y sus mejores cerebros exiliados», dijo a la conferencia.
El jueves se aprobaron dos pequeñas donaciones, una de 2,25 millones de dólares de la Unión Europea y otra un millón de dólares de Estados Unidos, para la autoridad interina que asume este sábado.
Mientras, una comisión especial identificará las áreas que precisan ayuda con más urgencia, en especial para ayudar a los afganos a enfrentar la continua sequía y prepararse para el invierno.
La Comisión Europea estimó que se precisarán más de 2.000 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años para reconstruir las ciudades, los sistemas de transporte, el sector agrícola y las instituciones públicas, y para remover de cinco a 10 millones de minas que yacen bajo la tierra y matan o mutilan a 10 personas por día. (FIN/IPS/tra-en/bk/mn/mlm/ip-dv/01