AFGANISTAN: Pakistán e Irán reconcilian intereses

La retirada del grupo Talibán de Kabul y casi todo el territorio afgano empujó a Pakistán e Irán a descongelar sus relaciones y reconciliar sus intereses estratégicos y económicos en Afganistán.

Ambos países lograron un acercamiento sobre la cuestión afgana tras el repliegue de Talibán en noviembre y decidieron ayudar al establecimiento de un gobierno interino de base amplia bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), acordado en Bonn esta semana.

El anuncio fue realizado por el canciller iraní Kamal Jarrazi en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo pakistaní Abdul Sattar, al final de una visita de dos días a Islamabad.

«Hemos reducido nuestras diferencias porque Pakistán ha cambiado su política y aceptado ejercer un papel colectivo en la reconstrucción de Pakistán», declaró Jarrazi.

Por su parte, Sattar dijo que los vínculos anteriores entre Pakistán y Talibán fueron «exagerados» y recordó que la milicia fundamentalista rechazó los consejos de Pakistán de no destruir las estatuas budistas de Bamiyan y de «tomar un camino sensato en cuanto a las resoluciones de la ONU».

«Ahora ya no tenemos la sombra de Talibán» y «aprovecharemos plenamente la situación para desarrollar las relaciones bilaterales», dijo.

Sartaj Aziz, ex canciller de Pakistán, estuvo de acuerdo en que la expulsión de Talibán del gobierno afgano eliminó un factor muy irritante entre Irán y Pakistán.

Sin embargo, dijo a IPS, persisten diferencias sobre el despliegue de las fuerzas multinacionales en Afganistán, porque Irán insiste en que deben pertenecer a la ONU (Organización de las Naciones Unidas), mientras que Pakistán aceptaría una fuerza ajena al foro mundial.

«En cuanto a la configuración futura de Afganistán, ambos países no tienen mucho que hacer», observó Aziz.

«Pakistán ha dicho reiteradamente que son los afganos quienes deben decidir su propio futuro. Por lo tanto, ahora el clima es conducente a aumentar la cooperación económica y comercial», señaló el ex canciller.

Las principales diferencias entre Pakistán e Irán se centran ahora en sus respectivos intereses en Afganistán, afirmó Pervez Iqbal Cheema, presidente del Instituto de Investigaciones Políticas de Islamabad.

Pero en las últimas reuniones bilaterales, esas diferencias fueron superadas en un grado considerable.

«Las discrepancias alcanzaron su punto máximo en 1998», cuando Talibán tomó la ciudad de Mazar I Sharif, en el norte de Afganistán, y mató a varios diplomáticos iraníes, explicó Cheema.

Irán culpó indirectamente a Afganistán por los asesinatos, arguyendo que tenía una influencia considerable sobre los Talibán.

«Pero el hecho es que la influencia de Pakistán en Afganistán fue exagerada por la propaganda de India, que desea presentar a Pakistán como un estado fundamentalista», arguyó el analista.

De los seis países limítrofes con Afganistán, Pakistán comparte la frontera más larga, de 2.450 kilómetros, seguido por Tajikistán, con 1.206 kilómetros, e Irán con 936.

Además, la población patán (pashtun) de Pakistán tiene una fuerte afinidad con la mayoría patán de Afganistán.

Las diferencias entre Pakistán e Irán se remontan a 1988, cuando la Unión Soviética se retiró de Afganistán e Irán intentó por primera vez introducir un grupo político chiíta, Hizbe Wahdat, en el gobierno afgano.

La secta musulmana chiíta es la dominante en Irán (94 por ciento) y entre los hazaras, una minoría étnica afgana que Talibán discriminó y marginó.

Por esa razón, Irán nunca reconoció a Talibán, de mayoría patán y sunita, y en cambio respaldó a la opositora Alianza del Norte.

Otro motivo de desacuerdo bilateral es la ruta para la construcción de oleoductos, gasoductos y vías férreas desde las mediterráneas repúblicas de Asia central hacia puertos de Pakistán o Irán a través de Afganistán.

Islamabad sostiene que el puerto de Karachi permitiría rutas más cortas, mientras Teherán afirma que el puerto iraní de Bander Abbas es el más apropiado.

Las matanzas sectarias en Pakistán, entre cuyas víctimas figuran ciudadanos y diplomáticos iraníes, también deterioraron los vínculos bilaterales.

Con el fin de descongelar las relaciones entre Pakistán y la Alianza del Norte, Jarrazi arregló una reunión entre el líder de la Alianza, Burhanuddin Rabbani, y el presidente pakistaní, el general Pervez Musharraf.

Jarrazi dijo que el papel de Rabbani sería determinado por los propios afganos, pero sugirió que si visitara Islamabad sería bueno para revitalizar las relaciones.

Sin embargo, la cancillería de Pakistán se mostró cautelosa. Varios líderes representantes de todos los grupos afganos se pusieron en contacto con Islamabad para arreglar una visita, pero el gobierno todavía no adoptó una decisión al respecto, dijo Sattar. (FIN/IPS/tra-en/ni/js/mlm/ip/01

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