VIETNAM: Bombas de EEUU aún mutilan y matan

Seis niños de Vietnam murieron y otros cinco resultaron heridos la semana pasada debido al estallido de explosivos estadounidenses, legado de una guerra que terminó en 1975 pero aún mata o mutila a unas 180 personas por mes.

En la provincia de Khanh Hoa, unos 300 kilómetros de la capital, seis niños murieron y otros dos resultaron heridos mientras intentaban desactivar una granada para venderla como chatarra.

Otra explosión causó heridas a tres niños entre cinco y diez años, que jugaban con un proyectil en un terreno de la meridional provincia de Dong Nai donde hubo una base estadounidense.

«Muchos niños que nacieron después del fin de la guerra no saben que puede haber explosivos sin estallar cerca de sus hogares o sus escuelas», dijo a IPS Nguyen Duc Hoan, de la gubernamental Oficina de Investigación de Consecuencias de la Guerra.

La detonación de esos explosivos, entre ellos bombas de racimo, proyectiles, minas y municiones, mata o mutila en promedio a 180 personas por mes, según un informe de la organización no gubernamental (ONG) británica Adopte un Campo Minado (AAM por sus siglas en inglés), dado a conocer el jueves.

Durante la Guerra de Vietnam, que comenzó en 1960, Washington apoyó a Vietnam del Sur contra el comunista Vietnam del Norte, y las tropas estadounidenses emplearon unos 15 millones de toneladas de bombas, minas y proyectiles.

AAM afirma que aún hay en Vietnam unos 3,5 millones de explosivos estadounidenses no detonados.

Unos 4.000 habitantes de la central provincia de Quang Tri murieron o resultaron mutiladas en los últimos 25 años debido a accidentes con explosivos estadounidenses, segun datos oficiales.

Esa provincia fue atravesada durante la guerra por la llamada Línea McNamara (por el secretario de Defensa estadounidense de la época), a lo largo de la cual las tropas de Washington sembraron minas y bombas de tiempo, con la intención de frenar el avance norvietnamita.

«Grandes áreas de terreno aún son peligrosas», señaló Nguyen Cong Phan, vicepresidente de la Comisión Popular de la ciudad de Cam Lo, una de las más afectadas por la guerra en Quang Tri.

«Sólo desde febrero, se han desenterrado más de 5.000 explosivos en 45 hectáreas de las aldeas de Cam Chinh y Con Trung», explicó.

«Todos nuestros niños están en peligro. Muchos creen que las piezas de artillería son juguetes», dijo a IPS Hoang Van Thong, vicepresidente de la Comisión para la Protección y el Cuidado de la Infancia de Quang Tri.

Ho Dung, de 12 años de edad, cuidaba ganado cuando descubrió un explosivo.

«Encontré un extraño objeto redondo de superficie rugosa. Por curiosidad, le tiré una piedra y estalló. Sentí humedad en los ojos y en un brazo, y perdí el conocimiento», recordó.

Pero los accidentes no se deben sólo a la curiosidad infantil.

Desde 1991, cuando el gobierno adoptó las primeras medidas para avanzar hacia una economía de mercado, el aumento de las transacciones entre particulares se acompaña de significativa demanda de explosivos, que se emplean para la pesca, y de chatarra.

Muchas personas, entre ellas niños, buscan artefactos bélicos sin detonar y tratan de separar el componente explosivo del resto, para vender ambas partes.

Pescadores de zonas costeras emplean cada año de 70 a 80 toneladas de explosivos, según el Ministerio de Pesca.

«Muchos de los accidentes se deben a esas actividades», afirmó Hoan.

La ONG humanitaria estadounidense Arboles de la Paz, dedicada a la remoción de minas, instaló en Cam Lo un centro de educación sobre los riesgos de los explosivos no detonados, que ha sido visitado en los primeros nueve meses de este año por unos 3.000 niños.

Esa organización, fundada en 1995 por la familia de un joven piloto de helicóptero que murió en la guerra, recibió una donación de 1,5 millones de dólares de la estadounidense Fundación Freeman, para supervisar un ambicioso proyecto de remoción de minas y bombas en Cam Lo.

El gobierno de Estados Unidos anunció el año pasado que incluiría a Vietnam su programa humanitario de remoción de minas, y que brindaría al país equipo para esa tarea por valor de 1,7 millones de dólares.

El costo de producir una mina terrestre es tres dólares, y removerla puede costar hasta 3.000 dólares, según una conferencia internacional sobre minas realizada en Camboya el año pasado.

AAM y la ONG británica Grupo Asesor sobre Minas lanzaron el jueves una campaña conjunta para la remoción de minas en Vietnam, e instaron a individuos y compañías a apoyar la tarea con dinero, equipo o tecnología, en territorios que pueden elegir en el sitio de Internet http://www.landmines.org.uk.

«La remoción de minas es más que una tarea humanitaria. También constituye una contribución activa al desarrollo de la economía local», dijo a IPS la directora de AAM, Alexandra Lagelee. (FIN/IPS/tra-eng/tdtl/ral/mp/dv/O1

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