Los insurgentes que luchan por la autodeterminación del sur de Sudán acusaron al gobierno de violar el cese del fuego logrado la semana pasada por Estados Unidos al asesinar a un juez que los apoyaba.
«Inmediatamente después de la partida del enviado especial (de Estados Unidos, John Danforth), el gobierno volvió a los asesinatos desenfrenados. Los pobladores de las montañas de Nubia está atemorizada», advirtió dijo el portavoz del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), George Garang.
El juez Augustino El Nur Shimel, quien residía en las montañas de Nubia, una zona del centro del país controlada por el SPLA, fue muerto por cuatro soldados que llegaron a la aldea de Kumo por la noche, donde fueron hospedados por habitantes que los tomaron por desertores, de acuerdo con la versión de Garang.
Los pobladores del área se ocultarán en las montañas y no concurrirán a la distribución de alimentos, dijo el portavoz. «Si el gobierno viola de inmediato sus compromisos, pierde toda credibilidad», agregó.
Los soldados entraron a la casa del juez a las cuatro de la mañana, le dispararon y desaparecieron, según Garang.
Pero el gobierno negó toda responsabilidad en el asesinato. «Estamos totalmente comprometidos con este período de tranquilidad. Lo dejamos suficientemente claro ante el senador Danforth durante su visita a Jartum», aseguró Mohamed Dirdiri, representante diplomático de Sudán en Nigeria.
«El SPLA sólo intenta desestabilizar la situación (en el sur) y decir a la comunidad internacional que el gobierno no respetará el cese del fuego. Definitivamente, vamos a hacer lo mejor para cumplir lo acordado», agregó.
Danforth, enviado especial de Estados Unidos a Sudán, logró la semana pasada un pacto de cese del fuego de cuatro semanas entre el gobierno para permitir la entrega de ayuda humanitaria en las montañas de Nubia, 500 kilómetros al sudodeste de Jartúm.
Los combates por Nubia han sido intensos en la guerra que desde 1983 enfrenta al gobierno islámico que controla el norte del país contra fuerzas guerrilleras cristianas y representativas de los cultos animistas del sur.
Organizaciones de ayuda humanitaria advirtieron que sin el cese del fuego no podrán entregar alimentos a la población de las montañas.
El Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que la combinación de la sequía y la guerra redujo casi 60 por ciento la producción destinada a la alimentación en Nubia.
Al menos 158.000 civiles fueron desplazados por los últimos enfrentamientos armados, según la ONU.
El Programa Mundial de Alimentos saludó el acuerdo de cese del fuego de cuatro semanas como «un avance decisivo» y «un gran logro» para todas las partes.
El enviado especial de Estados Unidos otorgó a las fuerzas en guerra dos meses para demostrar su intención de poner fin a la guerra civil.
«Si no lo hacen», advirtió Danforth, «simplemente informaré al presidente George W. Bush que hicimos lo mejor que pudimos y que Estados Unidos ya no tiene ningún papel que jugar».
El senador mantuvo conversaciones con el presidente Omar el Bashir en Jartum y con John Garang, líder del SPLA, en la vecina Kenia.
Danforth presentó a ambos propuestas de acción para evaluar sus intenciones de poner fin a la guerra civil. Las propuestas constituyen un punto de partida para un proceso de paz demorado, dijo el senador estadounidense.
El plan de Danforth consiste en la prolongación por tiempo indeterminado de la tregua y la creación de zonas seguras para que la población pueda recibir asistencia humanitaria.
Además, el senador pretende lograr el fin de los ataques con bombas a civiles y de la captura de esclavos.
«¿Qué está logrando esta guerra? ¿A quién ayuda? ¿Qué interés político se satisface cuando la población está hacinada en campos de desplazados», cuestionó el senador.
Según analistas, es poco realista esperar un avance rápido hacia la paz en Sudán, donde varias generaciones no conocen más que la guerra y es alta la desconfianza entre los bandos en guerra. (FIN/IPS/tra-en/ks/mn/lp-ff/ip/01