La expectativa de vida de las personas que viven con VIH/sida en Cuba aumentó este año, con el inicio de la fabricación local de medicamentos genéricos para satisfacer la demanda nacional de productos antirretrovirales.
El número de muertes a causa del VIH/sida disminuyó más de 30 por ciento entre enero y octubre en comparación con el mismo periodo del año pasado, dijo a IPS el doctor Jorge Pérez, director del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, especializado en el tratamiento de la enfermedad.
Entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2000 murieron en Cuba 126 personas enfermos de sida. En esos mismos 10 meses de este año, los fallecimientos descendieron a 86, según cifras oficiales.
Pérez aseguró también que en los últimos meses se ha registró una disminución del ingreso de pacientes de sida a centros de salud por enfermedades oportunistas, que contraen los afectados por el sida a causa de la depresión del sistema inmunológico.
Al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, situado en las afueras de La Habana, solían acudir por esa razón unos 90 pacientes mensualmente desde todas las provincias cubanas. «Hoy no ingresan más de una docena», comentó Pérez, en vísperas del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, este sábado.
Todos los portadores del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) que han pasado de la fase asintomática a distintos niveles de desarrollo del sida reciben tratamiento antirretoviral desde mayo, aseguró el especialista.
La industria farmacéutica cubana cubre las necesidades de cuatro inhibidores de la enzima reverso transcriptasa (Azt, D4t, Ddi y 3TC) y de un inhibidor de la proteasa (Indinavid) mediante la producción de medicamentos genéricos, como se denomina a los que contienen su principio activo sin el amparo de las marcas que los encarecen.
La enzima reverso transcriptasa ayuda al VIH a ingresar en la célula que va a infectar, mientras que la proteasa participa en la instalación del virus dentro de la célula infectada.
Los cócteles de medicinas inhibidoras de las dos enzimas son hasta ahora la fórmula más efectiva para mejorar la calidad de vida de los portadores de VIH y enfermos de sida, frenar el efecto del virus sobre el sistema inmunológico y, en consecuencia, reducir la mortalidad.
Las combinaciones de fármacos y los esquemas de tratamiento deben establecerse con mucha flexibilidad, pues dependen de la respuesta específica del virus en cada uno de los pacientes.
María Julia Fernández, una cubana que lleva 15 años viviendo con VIH y se mantiene asintomática, reconoció el esfuerzo del Estado cubano para garantizar el acceso a estos medicamentos, pero, al mismo tiempo alertó sobre la necesidad de ampliar su variedad.
«Debemos tener más posibilidades de medicamentación para poder afrontar el problema de la resistencia del virus a las drogas que se están aplicando», dijo Fernández.
La producción local podría seguir diversificándose, según las autoridades sanitarias, pero siempre limitada a la demanda nacional.
Esta ha sido la vía asumida por Cuba y por países como Brasil para garantizar el acceso de sus pacientes a medicamentos que han llegado a cotizarse a entre 10.000 y 15.000 dólares anuales por paciente.
Con la excepción de algunos fármacos como el AZT, que ya se fabricaban en la isla, hasta mayo el Estado cubano debía acudir al mercado internacional para la adquisición de los medicamentos que después distribuía gratuitamente.
A pesar de la prioridad otorgada por las autoridades al programa cubano de lucha contra el sida, vigente desde 1986, las importaciones se veían limitadas por la escasez de recursos en moneda extranjera y no cubrían el total de las necesidades.
«Hay pacientes a los que se les pudo garantizar el tratamiento con triple terapia antirretroviral desde 1996 que aún están vivos», dijo Pérez.
Fuentes del Ministerio de Salud Pública revelaron esta semana que hasta finales de noviembre se habían detectado en Cuba 3,775 personas seropositivas al VIH, de los cuales 1.460 había enfermado y 941 muerto, de ellos 57 por causas ajenas al Sida.
Rigorberto Torres, epidemiólogo del Programa de Infecciones de Transmisión Sexual, VIH y Sida del Ministerio de Salud Pública, indicó que 77,9 por ciento de las 2.777 personas que viven con VIH son hombres.
Con más de 11,2 millón de habitantes, en Cuba se registra 0,03 por ciento de infección por VIH, el índice más bajo entre los países de América Latina y el Caribe, según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
Cuba logró detener el avance de la epidemia mediante la aplicación de un programa integral de salud que incluyó la destrucción de las reservas de plasma existentes en 1986 y el control a partir de entonces de todas las donaciones de sangre.
Las medidas incluyeron el aislamiento en sanatorios de los seropositivos hasta inicios de los años 90 y la realización de pruebas a las parejas sexuales de los portadores detectadas y a todas las mujeres embarazadas.
Un informe publicado esta semana por Onusida y la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que tres millones de personas murieron este año de sida y poco más de cinco millones fueron infectadas por el VIH.
La enfermedad ha matado a más de 20 millones de personas en el mundo y la mayoría de los restantes 40 millones de portadores de VIH morirán a causa de la enfermedad si carecen de acceso a los medicamentos disponibles, según el informe. (FIN/IPS/da/mj/he/01
