La propuesta del papa Juan Pablo II de unir en un día de ayuno por la paz a los católicos y musulmanes del mundo recogió en Italia la adhesión de grupos religiosos y hasta de comunistas, pero aún no tuvo repercusión internacional.
La oficina de prensa del Vaticano admitió a IPS que no recibió todavía ninguna reacción internacional a la convocatoria del Papa a ayunar el próximo 14 de diciembre en favor de la paz mundial.
Tampoco recogió ecos la Radio Vaticana, pese a que, según precisaron sus representantes a IPS, tiene «corresponsales en todo el mundo».
Sin embargo, el Vaticano expresó satisfacción por la buena acogida en Italia al llamamiento de Juan Pablo II, tanto de organizaciones religiosas como de laicas, y se abstuvo de comentar el silencio fuera de fronteras.
Musulmanes y judíos italianos, al igual que los partidos Refundación Comunista y Los Verdes, acogieron el llamado lanzado el domingo pasado por el jefe de la Iglesia Católica de realizar una jornada de ayuno el 14 de diciembre.
En esa fecha termina este año el mes del Ramadán, durante el cual los seguidores del Islam se abstienen de consumir alimentos desde el amanecer hasta la puesta del sol.
Esas organizaciones religiosas y políticas también adhirieron a la jornada de oración por la paz, propuesta por el Papa para el 24 de enero en la central ciudad italiana de Asís.
«Siempre hemos apreciado las aperturas del Papa hacia el Islam, es decir, el Islam auténtico y no sus deformaciones», dijo representante en Italia de la Liga Musulmana Mundial, Mario Scialoja.
«Todo aquello que sirve para evitar que esta guerra sea presentada como una guerra de religión, es positivo y estamos muy contentos que ese día estén junto a nosotros, en el último día de ayuno, los cristianos y los judíos», manifestó.
Scialoja añadió entiende que la convocatoria «es un gesto que permitirá a muchos que no conocen bien nuestra religión conocer el carácter de purificación y de penitencia que acompaña este mes sagrado».
El Ramadán, noveno mes del año lunar islámico, mes santo del ayuno, es uno de los cinco pilares del Islam, que el Corán ordena a todos los musulmanes adultos.
El ayuno de Ramadán fue instituido para que los creyentes «tal vez seáis piadosos», y se designó el noveno mes en particular porque fue en su transcurso cuando Mahoma recibió la primera de las revelaciones del Corán.
Amos Luzzatto, presidente de la unión de las comunidades judías en Italia, calificó de «sincero» el llamamiento del Papa a una jornada de oración por la paz.
«Se trata de una invitación frente a la cual no es posible pensar en responder negativamente», apuntó.
Luzzatto dijo estar de «acuerdo con los gestos simbólicos cuando es necesario, como ahora frente a la guerra»
Sin embargo, señaló que «para eliminar en la raíz todo tipo de contraposición religiosa es fundamental un largo trabajo de educación y formación, porque para poner en discusión ciertos prejuicios del mundo occidental no bastan ciertamente algunas pocas horas».
En el mundo católico, la iniciativa del Papa fue acogida con particular satisfacción por la Comunidad de Sant Egidio, que siempre se ha batido en favor de la paz en Afganistán y en otras zonas de conflicto.
Por su parte, el secretario de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, adhirió al llamado y comentó que «nosotros, que creyentes no somos, nos sentimos de todos modos involucrados en esta esperanza de paz y en el encuentro de mujeres y hombres de distintas fe por los destinos de la humanidad».
A su vez, la portavoz de Los Verdes, Gracia Francescato, aseguró que ese partido «está desde siempre empeñado en la defensa de la paz y en evitar cualquier enfrentamiento religioso».
Además, Paolo Cento, también dirigente de Los Verdes, invitó a los que se oponen a la globalización económica, los denominados «No Global», a unirse a las jornadas de oración del Papa.
También el presidente de la organización Ligambiente, Ermete Realacci, dijo que «todo el mundo laico, sin divisiones, debe unirse en el ayuno de los católicos».
El diputado de los Democráticos de Izquierda, Giulio Giulietti, invitó a acompañar con «gestos y acciones de solidaridad la iniciativa del Papa, en el respeto de las ideas de creyentes y no creyentes».
En cambio, los radicales se manifestaron en contra de todos aquellos «pacifistas» que se ponen alrededor del Papa, después de haber condenado la intervención militar que está llevando consigo la legalidad y la libertad a Afganistán.
La derecha ha mantenido silencio, a excepción del rechazo manifestado por el sacerdote Gianni Baget Bozzo, asesor del jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi.
Baget Bozzo dijo que la iniciativa del Papa «no tiene base ni fundamento, ni en la teología ni en la tradición cristiana», y añadió que es «increíble que se invite a rezar juntos a personas que se dirigen a un Dios distinto y con intenciones diversas». (FIN/IPS/jp/dm/ip/01