La OPEP insiste en comprometer a otros productores de petróleo en su política de recorte de la oferta, en un momento de caída de los precios y en un escenario de mayor contracción económica internacional.
Venezuela, que tiene un papel activo en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), a través de su ministro de Energía, Alvaro Silva Calderón, espera «un compromiso» para mermar la producción de parte de exportadores de crudo ajenos al grupo, como Rusia, Noruega, México, Omán y Angola.
La reunión ministerial de la OPEP decidió el miércoles en Viena recortar su producción en 1,5 millones de barriles diarios, pero esa resolución se cumplirá sólo si los productores independientes aceptan también retirar del mercado otros 500.000 barriles.
La propuesta de reducción pretende evitar una caída mayor de las cotizaciones.
La decisión del miércoles es la cuarta adoptada este año y, en caso de concretarse, completaría un recorte total de cinco millones de barriles diarios.
«Hemos llegado al límite» en materia de reducir las cuotas de exportación, señaló el secretario general de la OPEP, el ex ministro venezolano de Energía Alí Rodríguez.
El grupo está integrado por Arabia Saudita, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irán, Iraq, Kuwait, Nigeria, Qatar, Libia y Venezuela.
Arabia Saudita, principal productor de la OPEP, ya declaró de manera tajante que no reducirá la oferta si los países exportadores independientes no hacen lo mismo.
Las miradas están colocadas en Rusia, que, sin embargo, señaló su disposición de recortar sólo 30.000 barriles de su producción de siete millones de barriles diarios.
Analistas del mercado petrolero indicaron que esa declaración irritó a los productores del Golfo, que estarían dispuestos a no recortar su cuota aunque los precios desciendan hasta los 10 dólares por barril, como estaban en 1998.
La intención es presionar a los países que más se resisten a seguir la línea estratégica de la OPEP, como son Rusia y Noruega.
El precio promedio de la cesta de siete crudos de la OPEP se ubicó este año en 23,90 dólares por cada barril de 159 litros, pero las cotizaciones cayeron 30 por ciento tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
Los ataques contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono (sede del Departamento de Defensa), en Washington, trajeron consigo un nuevo elemento perturbador y de incertidumbre en el escenario internacional.
Silva Calderón confirmó este viernes que viajará próximamente a Moscú, en un esfuerzo por lograr un recorte mayor de su oferta petrolera, al igual que sus pares de la OPEP con otros países productores independientes.
Por su parte, Rodríguez insistió que se afronta «una situación de emergencia», por lo cual se requiere «un sacrificio compartido por todos», para evitar un desplome completo del nivel de precios.
«Si no hacemos un sacrificio voluntario y racional en este momento, lo tendremos que hacer mañana de manera involuntaria y en una situación mucho peor», sentenció el secretario general de la organización.
En tanto, el ministro de Petróleo de Kuwait, Adel al-Suabaih, dijo que el precio del crudo puede caer hasta los 10 dólares, similar, como en 1998.
Al-Suabaih opinó que eso sería un duro golpe para las economías de la OPEP «y aún más duro para aquellos países con costos más altos de producción», en referencia tácita a Rusia y Noruega.
Para Rodríguez, la desaceleración económica mundial se ha agudizado tras los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Algunos analistas plantearon que, ante esta coyuntura, la OPEP debería modificar su pretensión de mantener los precios en una franja de 22 a 28 dólares por barril, y ajustarse al nivel actual – en torno a los 18 dólares- para incentivar el consumo energético en los países del Norte industrializado.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticinó el jueves en Washington un crecimiento económico de 1,1 por ciento para este año y de sólo 0,7 por ciento en 2002 para Estados Unidos, el principal país consumidor de energía.
Este registro es el peor en una década para la economía estadounidense, y los expertos predicen que esta desaceleración será una ola que tocará al resto del mundo.
El FMI calcula que la Unión Europea tendrá un modesto crecimiento de 1,7 este año y de 1,4 en 2002.
«Tenemos que reconocer que enfrentamos un extraordinario grado de incertidumbre después de los atentados del 11 de septiembre», dijo el director gerente del FMI, Horst Koehler,
Este panorama confirma las tendencias de una caída en la demanda de crudo, debido a la desaceleración de las principales economías del mundo.
Esa situación podría llevar a una caída mayor de las cotizaciones de crudo, un escenario que luce probable y que tiene el añadido de la falta de acuerdo entre los productores.
Esta semana, los principales marcadores del mercado tuvieron altibajos pronunciados. Los precios aumentaron al comienzo de las operaciones debido a la expectativa por la reunión de la OPEP y al anuncio de Estados Unidos de que incrementará su reserva estratégica.
Sin embargo, este viernes cayeron entre 1,3 y 1,8 dólares el barril por la falta de acuerdo en el mercado.
La cesta de siete crudos de la OPEP finalizó la semana en 18,12 dólares por barril, el estadounidense West Texas Intermediate lo hizo a 20,32 dólares y el Brent del Mar del Norte a 19,07 dólares. (FIN/IPS/ac/dm/if/01