Las nuevas orientaciones establecidas en la cuarta Conferencia Ministerial de Doha para negociar la liberalizacion de la agricultura teñirán los debates que la Organización Mundial del Comercio (OMC) celebrará en la primera semana de diciembre.
El comité de agricultura de la OMC se reunirá del 3 al 7 del mes próximo para continuar la negociación comenzada en enero de 2000 de las reformas al acuerdo que regula el intercambio de productos del sector.
Hasta ahora, la negociación se guiaba por las orientaciones establecidas en el artículo 20 del acuerdo, que propone el objetivo a largo plazo de la reducción sustancial y progresiva de la ayuda y la protección a la agricultura.
Esas políticas de ayuda y de protección a la producción y a las exportaciones de bienes agropecuarios, que aplican particularmente la mayoría de los países industriales, son el nudo de la cuestión agrícola.
Pero después de la conferencia de Doha, finalizada el miércoles, las condiciones de la negociación en el sector han variado, pues la declaración ministerial incorpora objetivos más ambiciosos que los resumidos en el artículo 20.
Las nuevas metas dictadas en Doha por la conferencia ministerial de la OMC consagran los denominados «tres pilares» de la negociación sobre agricultura.
Los ministros se comprometieron a obtener mejoras sustanciales del acceso a los mercados, la reducción de todas las formas de subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva, y el recorte de la ayuda interna causante de distorsión del comercio.
El Grupo de Cairns, integrado por 18 países partidarios del libre comercio de productos agrícolas, defendió la incorporación de ese compromiso a favor de los tres pilares.
En particular, las subvenciones a las exportaciones han aumentado desde que se aprobó el Acuerdo sobre Agricultura al término de la Ronda Uruguay (1986-1994).
Un informe del Banco Mundial observó que en 1998, las subvenciones a las exportaciones de trigo representaban 25 por ciento del comercio de ese grano, con un aumento de siete por ciento respecto de 1995.
En el mismo periodo, los subsidios al azúcar pasaron de 19 por ciento a 31 por ciento, consignó la institución financiera.
La Unión Europea (UE), que mantiene un régimen costoso de apoyo a la agricultura mediante el empleo de esas tres variantes, intentó modificar el texto que recogia las aspiraciones de Cairns.
En una propuesta de último momento, los europeos consiguieron que la declaración determinara que el compromiso de celebrar una negociación con esos tres objetivos quedara establecido «sin prejuzgar el resultado de las negociaciones».
La UE celebró como un triunfo la inclusión de esa frase en el texto aprobado por la conferencia de Doha.
Pretendiamos que en el texto quedara claro que no habia intención de prejuzgar los resultados, dio Franz Fischler, comisionado de la UE para la Agricultura.
Pero los miembros del Grupo de Cairns sostienen que ese agregado carece de efectos, pues cuando se habla de resultados se condicionan las modalidades de la reforma, no los objetivos.
William Ehlers, negociador de Uruguay, uno de los 17 miembros de Cairns, sostuvo que ese bloque consiguió en Doha «lo que queríamos».
Otro miembro de Cairns, Roberto Lavagna, de Argentina, dijo que en las negociaciones se recurre a veces a «cuestiones cosméticas», que permiten presentar los resultados de modo más favorable para los interesados.
El Grupo de Cairns estima que ese agregado no representa una modificación de fondo, comentó Lavagna.
Los negociadores de Cairns observaron que el tema de las preocupaciones no comerciales fue recogido en la declaración ministerial, pero sin la misma fuerza que consagra los tres pilares defendidos por ese bloque.
Fischler, en cambio, resaltó que el texto «hace clara referencia» a las preocupaciones no comerciales, que aluden a varios aspectos de la actividad de los agricultores, como la protección del paisaje en las áreas rurales y del ambiente, merecedores del apoyo del Estado. (FIN/IPS/pc/ff/if dv/01