INFANCIA-AMERICA LATINA: 17,5 millones de niños trabajadores

Cerca de 17,5 millones de menores de 15 años trabajan en América Latina como consecuencia de múltiples problemas sociales, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en la capital costarricense.

Funcionarios de la OIT y activistas de derechos humanos exhortaron a los gobiernos latinoamericanos a aplicar los convenios firmados para erradicar el trabajo infantil.

El llamado fue efectuado por el II Encuentro Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos y Sociedad Civil, que comenzó este jueves y concluirá el viernes en San José, y que tiene como finalidad discutir propuestas para luchar contra el trabajo de niñas y niños.

«No hay disculpa, el trabajo de los niños es una violación de derechos humanos», dijo a IPS la española Carmen Moreno, coordinadora para América Central y el Caribe del Programa para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT.

«La normativa por sí misma no hace nada. Es necesario tomar medidas concretas para revertir este problema», advirtió Moreno.

Entre los trabajos más comunes para los niños latinoamericanos figuran tareas de extremo peligro físico, como la minería, la fabricación de pirotecnia, el hurgamiento de vertederos de basura y la pesca, así como la agricultura, explicó Rigoberto Astorga, también funcionario de la OIT.

La OIT calculó que en toda América Latina trabajan 17,5 millones de niños y niñas. Pero la organización cuenta con datos más detallados para el segmento de entre 10 y 14 años.

Según la agencia internacional, cerca de 14,9 por ciento de los 51,1 millones de latinoamericanos de ese segmento de edad trabajan, es decir, 7,6 millones de niños. Esta cifra representa 15 por ciento de la población económicamente activa de la región.

Moreno sostuvo que estos números reflejan una clara violación de los derechos de las niñas y los niños a la educación, a la salud y al pleno desarrollo.

«Sólo podremos frenar este fenómeno cuando hagamos un cambio de patrones culturales, mejoremos las condiciones económicas de nuestros países y universalicemos la educación», añadió.

Los países latinoamericanos con mayor número de niños trabajadores entre los 10 y los 14 años son Brasil, con 3,5 millones, México, 1,2 millones, y Perú, 800.000, en este caso incluyendo a los de seis a 14 años.

Ecuador figura a la cabeza de los países con mayor proporción de trabajadores entre su población de 10 a 14 años, con 30,23 por ciento, seguido por Guatemala, 23,84 por ciento, y por Brasil, 20,47 por ciento.

«Tenemos que romper el círculo vicioso que lleva a los niños a tener que trabajar», dijo Rigoberto Astorga, funcionario de la OIT.

Entre empleos de mayor riesgo, el experto detalló la fabricación de fuegos artificiales en El Salvador y Guatemala, la pesca en manglares de Costa Rica y la fabricación de ladrillos en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.

La OIT también está preocupada por miles de niños de Bolivia, Brasil, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Perú que trabajan en la recolección de basura y que en ocasiones viven en los mismos basureros.

La jornada laboral de los menores a veces supera la de los adultos, y tres de cada cuatro niños trabajadores abandonan los estudios, según estudios mencionados por Astorga.

«Hemos calculado que los niños trabajadores pierden dos años de vida escolar promedio, y que eso representaría 20 por ciento menos de salario en la edad adulta», dijo el experto.

Dos convenios de la OIT hoy en vigor tienen la finalidad de erradicar el trabajo infantil. El primero, el convenio 138 aprobado en 1973, compromete a los estados firmantes a establecer una edad por debajo de la cual el trabajo estará prohibido.

El segundo es el convenio 182, aprobado en 1999, que define las peores formas de trabajo infantil que deberán ser prohibidas por los gobiernos.

Tanto el convenio 138 como el 182 han sido ratificados o están en proceso de ratificación por la mayoría de los países latinoamericanos.

«El problema no ha sido la aprobación de estos convenios. El gran reto que queda por delante es que los países adapten las exigencias de estos convenios a sus legislaciones nacionales», dijo Astorga.

El trabajo infantil no es un fenómeno nuevo, pero no se le ha dado la importancia que merece pues se minimiza la trascendencia de los derechos económicos, sociales y culturales, según expertos.

Esa tolerancia o indiferencia es atribuido a la creencia de que el trabajo infantil es un fenómeno intrínsecamente asociado a la pobreza y que, por lo tanto, persistirá hasta que no se acabe con ésta.

Moreno y Astorga sostuvieron que la pobreza es un factor, pero no el único dentro de una gama que incluye la falta de acceso a la educación, la falta de oportunidades y la falta de conciencia. Por eso, el problema debe abordarse desde la perspectiva de la protección de la infancia y del derecho a la educación.

Se calcula que actualmente en el mundo hay 250 millones de niños de entre cinco y 14 años que trabajan, de los cuales 120 millones a jornada completo. (FIN/IPS/nms/mj/lb hd/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe