El conflicto militar en Afganistán amenaza la vida de millones de niños y niñas, que son víctimas de enfermedades, desnutrición y violaciones a los derechos humanos, advirtió un alto funcionario de las Naciones Unidas.
Olara Otunnu, representante especial de las Naciones Unidas para la Infancia y los Conflictos Armados, señaló que la continua exposición de los niños a la guerra reduce las probabilidades de una paz duradera, porque su vida está definida por la muerte, la violencia, las privaciones, la falta de educación y la desesperación.
Afganistán ha estado en guerra por más de 20 años. Ahora, es blanco de los bombardeos comenzados el 7 de octubre por Estados Unidos en represalia porque el gobierno Talibán se negó a entregar al saudí Osama bin Laden, principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre en Washington y Nueva York.
Además, Talibán, el grupo extremista islámico que todavía controla la mayor parte del territorio afgano, lucha contra la opositora Alianza del Norte, que este martes ocupó Kabul.
Las fuerzas de Talibán abandonaron la capital sin oponer resistencia y se replegaron a su base de Kandahar, en el sur, desde donde planean lanzar una guerra de guerrillas, según trascendió. La perspectiva es entonces de una lucha prolongada.
«Para que haya paz duradera en Afganistán, es importante ofrecer esperanza y rehabilitación a esos niños y jóvenes, de modo de convertirlos en una fuerza constructiva para la rehabilitación de su país», instó Otunnu.
Uno de cada cuatro niños afganos muere antes de cumplir los cinco años por enfermedades que podrían prevenirse, y la mitad de los sobrevivientes sufren desnutrición, agregó.
Sólo en la capital, Kabul, 40 por ciento de los niños han perdido al menos a uno de sus padres. En todo el país, unas 700.000 mujeres son viudas de guerra, y de las 100.000 víctimas estimadas de minas de tierra, más de dos tercios son niños.
La infancia en Afganistán corre graves riesgos, advirtió la Comisión para las Mujeres y los Niños Refugiados, una organización no gubernamental de Nueva York.
«La situación de los niños y adolescentes afganos es terrible», afirmó Mary Díaz, directora ejecutiva de la Comisión.
«Millones de jóvenes padecen traumas físicos y emocionales como resultado directo de los 20 años de guerra. La continuación de la violencia amenaza su bienestar», añadió.
Los niños afganos están entre los más pobres del mundo, según un estudio de la Comisión titulado «Lista de observación sobre niños y conflictos armados: Afganistán».
De los 7,5 millones de afganos que dependerán de la ayuda internacional para sobrevivir este invierno, 1,5 millones son niños menores de cinco años.
El informe acusa a Talibán y a la Alianza del Norte de reclutar a menores de 18 años como soldados.
«Los Talibán toman reclutas de las escuelas religiosas adonde asisten refugiados afganos en Pakistán y del propio Afganistán», mientras la Alianza del Norte también recluta menores, según la Comisión.
Otunnu urgió a todas las partes beligerantes a respetar estrictamente las normas internacionales humanitarias y de derechos humanos, y dijo estar «muy perturbado» por los informes sobre la participación masiva de niños y adolescentes en los combates.
«Debe ejercerse todo tipo de presiones para detener esa práctica», urgió.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sostuvo que Afganistán es uno de los países en peor situación «en términos de desarrollo humano», dado que la expectativa de vida no supera los 40 años y apenas 64 por ciento de la población es alfabeta.
«Los indicadores sociales y económicos son comparables o incluso inferiores a los de Africa subsahariana», afirmó Sakiko Fukuda-Parr, directora de la Oficina de Información sobre Desarrollo Humano del PNUD.
De una lista de 187 países, sólo siete tienen una expectativa de vida menor que la de Afganistán. (FIN/IPS/tra-en/td/aa/mlm/dv-hd/01