El candidato que triunfe en las elecciones del próximo domingo en Honduras se hará acreedor de un país agobiado por la pobreza, las catástrofes naturales y una abultada deuda externa.
Unos 3,4 millones de hondureños escogerán al sucesor del presidente Carlos Roberto Flores, quien tras cuatro años de gobierno deja un país con graves problemas sociales y una economía estancada.
Los retos que esperan al próximo gobierno son enormes, pues debe tomar el timón de uno de los países más pobres de América Latina y el Caribe, comparado sólo con Nicaragua y Haití, coinciden los expertos consultados por IPS.
El gobierno que asumirá el 20 de enero tendrá un camino cuesta arriba y su prioridad deberá ser abatir la pobreza y lidiar con la enorme deuda externa, explicó el economista Raf Flores, de la Asociación de Organizaciones No Gubernamentales (Asonog), la principal red de grupos de la sociedad civil de Honduras.
Cinco partidos participarán en los comicios del próximo domingo para elegir el presidente, el vicepresidente, a 128 diputados del Congreso legislativo unicameral y a 20 representantes del Parlamento Centroamericano.
Los dos aspirantes con mayores posibilidades, según las encuestas, son el actual presidente del Congreso, el maestro Rafael Pineda Ponce, del gobernante Partido Liberal, y el acaudalado empresario Ricardo Maduro, del centroderechista Partido Nacional.
También compiten por la presidencia, aunque sin mayores posibilidades, Orlando Iriarte, de la Democracia Cristiana, Olban Valladares, de Innovación y Unidad, y Matías Funes, de Unificación Democrática.
La última encuesta de la empresa CID-Gallup ubica al frente de las preferencias a Maduro, con la adhesión de 45 por ciento de los consultados, frente a 35 por ciento para Pineda Ponce.
Flores comentó que la mayoría de la población hondureña siente que la situación económica seguirá siendo difícil más allá del candidato que gane el próximo domingo.
Las estadísticas oficiales indican que 65 por ciento de los seis millones de hondureños viven en la pobreza, mientras que 44 por ciento de los hogares sufren pobreza extrema.
Pero los técnicos de Asonog señalan que las cifras gubernamentales son conservadoras, ya que sus datos indican que la pobreza afecta a 82 por ciento de la población del país.
Un estudio publicado en septiembre por el gobierno admite que el ingreso mensual promedio es de 77,6 dólares por persona y que 16 por ciento de los hogares vive hacinado y 44 por ciento no tiene acceso a servicios de saneamiento.
El analista German Leitzelar señaló a IPS que el próximo presidente deberá hacer un esfuerzo por tomar decisiones con el consenso de la sociedad civil, pues el país afronta «un proceso degenerativo de pobreza».
Leitzelar añadió que el futuro mandatario deberá dialogar con todos los sectores políticos para construir una propuesta de desarrollo concertada, pues, de lo contrario, aumentarán los conflictos sociales.
Los hondureños no han podido superar aún los desastres causados por fenómenos naturales, que en los últimos años han provocado numerosas muertes, azotado la economía y alentado la emigración hacia Estados Unidos.
El huracán Michelle volvió a golpear el país a comienzos de este mes, con nuevas inundaciones, muerte y destrucción, desastre que hizo recordar el paso del Mitch, en noviembre de 1998, cuando dejó un saldo de 5.600 personas muertas, 1,5 millones de damnificados y una economía devastada.
«No hemos superado los efectos del huracán Mitch y, si el próximo presidente no sabe manejar al país, lo que podríamos vivir es un huracán de conflictos sociales», apuntó Leitzelar.
Otro de los grandes retos que tendrá que afrontar el ganador de los comicios de este domingo será lidiar con una deuda externa de 5.558 millones de dólares, unos 300 millones de dólares más que el producto interno bruto.
El Banco Mundial, uno de los acreedores de Honduras, calcula que por cada dólar que recibe el país éste debe desembolsar seis dólares sólo para pagar los intereses anuales de la deuda.
El no gubernamental Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) considera que este asunto es hoy el principal freno para el desarrollo del país.
Cálculos de Fosdeh, elaborados antes del paso del huracán Mitch, indicaban que Honduras debía casi 3.823 millones de dólares, pero después de ese desastre natural la deuda aumentó más de 1.700 millones de dólares.
Ese centro, que pregona el perdón de la deuda por entender que ya se ha pagado, asegura que Honduras abonó 4.150 millones de dólares entre 1981 y 1999 en concepto de intereses más una pequeña porción de capital, cifra que equivalía al total de la deuda en 1999.
«El próximo presidente de Honduras recibirá un país pobre y con sectores sociales que le demandarán más», dijo la socióloga Julieta Castellanos a IPS.
Castellanos, profesora de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras, entiende que en los próximos cuatro años el gobierno debería reformar sus instituciones, para mejorar la eficiencia de un Estado hasta ahora manejado de manera exclusiva por el partido de turno que ocupa el gobierno.
«Se le debe dar más autonomía a las instituciones para que mantengan políticas sostenidas, más allá de cada cambio de gobierno», puntualizó. (FIN/IPS/nms/dm/ip/01