La clasificación de Ecuador para el mundial de fútbol de 2002 en Corea del Sur y Japón tras empatar con Uruguay reivindica, entre otros aspectos, a la población de origen africano, golpeada históricamente por el racismo y la pobreza.
«La participación de los jugadores afroecuatorianos en la selección colocó a ese sector de la población como protagonista importante de la vida nacional», señaló el sociólogo Pavel Muñoz, de la Universidad Politécnica Salesiana de Quito.
Muñoz explicó que el fútbol se ha transformado en la única posibilidad de escalar socialmente de los negros en Ecuador, ya que en su mayoría carecen de medios para estudiar.
«El fútbol pasó a ser una expresión de lo afro, y las victorias obtenidas por la selección, que son asumidas como victorias de todo el país, son también una expresión de triunfo de los relegados del país», apuntó.
La población de origen africana, que constituye sólo seis por ciento de los 12 millones de ecuatorianos, está dispersa en distintas agrupaciones que no logran representarla, a diferencia de los indígenas que tienen una poderosa organización y capacidad de presionar con éxito en defensa de sus derechos,
Sin embargo, 80 por ciento de los jugadores convocados por el director técnico colombiano Hernán Darío «Bolillo» Gómez para integrar la selección ecuatoriana son negros, al igual que el centrodelantero Agustín «Tin» Delgado, uno de los goleadores del campeonato clasificatorio que finalizará la semana próxima.
Tanto Delgado como Iván Hurtado, defensa y capitán alterno de la selección y que juega en México, han creado fundaciones educativas para ayudar a niños y jóvenes pobres de sus respectivos lugares de origen.
La fundación de Hurtado en la provincia de Esmeraldas, en la costa del océano Pacífico, brinda educación, asistencia médica y alimentación a decenas de niños y niñas.
Esa atención será ampliada en las próximas semanas gracias a un convenio firmado este jueves entre la fundación y la Corporación Andina de Fomento, que financiará el proyecto «Párame Bola», encargado de «promover el desarrollo integral de niños pobres de Esmeraldas».
«Yo tuve la oportunidad de lograr muchas cosas en la vida gracias al fútbol y al apoyo de mi familia, que se sacrificó para que estudie un poquito más que los otros, pero la mayoría de los niños esmeraldeños no logran terminar la escuela. La fundación es una forma de ayudar a esos niños», indicó Hurtado.
El también afroecuatoriano Alberto Spencer, un legendario centrodelantero del club uruguayo Peñarol, con el cual obtuvo varios campeonatos internacionales, es considerado hasta el momento el más grande futbolista que tuvo este país y el primero en trascender en el mundo.
Spencer fue, con Peñarol, tres veces campeón de la Copa Libertadores de América, máximo goleador en la historia de ese torneo, el más importante del continente, y conquistó dos veces la Copa Intercontinental de Clubes. En la actualidad es cónsul de Ecuador en Uruguay
Cuatro de los seis jugadores ecuatorianos que hoy integran clubes del exterior son de raza negra, pero en las próximas semanas podrían ser más de 10, gracias al pasaje a la Copa del Mundo obtenido el miércoles.
Para José Laso, director del Area de Comunicación Social de la Universidad Andina Simón Bolívar, de Quito, uno de los efectos que ha provocado la selección de fútbol en la sociedad y la cultura ecuatoriana fue sacar a los pueblos negros de su ostracismo, del silencio en el que viven.
«Se lo deben al desempeño espectacular de los jugadores negros de la selección. A 'Tin' Delgado, Hurtado, Kléber Chalá y Ulises de la Cruz, entre otros», aseguró Laso.
El experto añadió que existe un «dispositivo racista», mediante el cual «los negros pueden ser responsables del fracaso de la selección nacional, y condenados al silencio, o ser los nuevos héroes nacionales y adquirir una visibilidad notable».
«Como clasificamos al mundial son héroes, pero recordemos que el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Luis Chiriboga, dijo alguna vez que sería necesario blanquear la selección para alcanzar triunfos internacionales», arguyó Laso.
Por eso, «habría que preguntarse ¿hasta cuándo durará la 'luna de miel' con los negros?» y la respuesta pesimista sería: «mientras dure el desempeño exitoso de la selección y del 'Tin' Delgado, de De la Cruz, de Hurtado y de Chalá».
«El escepticismo puede fundamentarse en la experiencia del movimiento indígena, con 10 años de luchas que han servido para abrirse un espacio en el sistema político y de representación, pero poco para desmontar las mentalidades que clasifican a los indios como seres inferiores», argumentó.
Laso cree que podría también plantearse una perspectiva más optimista y «esperar que los goles de 'Tin' hayan provocado una herida a esa conciencia racista de la sociedad ecuatoriana».
«Para seguirla debilitando es necesario continuar con un proceso que insista en la idea de una sociedad multicultural, urgida de diálogos y encuentros entre las culturas, como lo estamos viendo a través de la selección nacional» de fútbol, puntualizó.
En tanto, Muñoz criticó el papel de los periodistas deportivos que, según dijo, hasta el momento se habían encargado de difundir una visión racista del futbolista de raza negra.
«Con raras excepciones, repitieron a través de su discurso los prejuicios sociales y raciales, retratando muchas veces despectivamente a los jugadores como 'esos negritos' sin personalidad», aseguró.
Tanto Laso como Muñoz creen que el «Bolillo» Gómez fue el gran responsable «de sacar a luz a la población afroecuatoriana, esa otra nación hasta ahora oculta en el fútbol y en la vida».
Hasta ahora, los dirigentes de fútbol nacionalizaban a los mejores futbolistas extranjeros que jugaban en el país para que pudieran ser convocados a la selección.
Ese fue el caso de los argentinos Ariel Grazziani y Carlos Alberto Juárez, quienes participaron en algunos partidos del torneo clasificatorio actual, tras obtener la nacionalidad de manera directa por decreto presidencial.
La actuación de los dos argentinos en la selección fue muy baja y no volvieron a ser convocados por Gómez, a pesar de las presiones de la prensa deportiva y de dirigentes de Guayaquil, la segunda ciudad en importancia del país.
Los amigos del seleccionador dijeron a la prensa que Gómez prefirió fortalecer el grupo con futbolistas nacionales, pues «seguramente iban a dar mucho mas por defender a su país».
Alex Aguinaga, que juega en el club Necaxa, de México, comentó que el proceso iniciado por Gómez dio confianza a los futbolistas.
Para Gómez, la manera de jugar al fútbol de un equipo o de la selección también refleja formas de sensibilidad colectiva propias del país, y así como hay equipos que históricamente dan prioridad al aspecto técnico, hay otros que ponen énfasis en lo táctico.
Gómez puso como ejemplo a Brasil, cuya selección expresa en su juego la alegría de la sociedad y, cuando eso se quiso modificar para conseguir un fútbol más eficaz, pasó inadvertido como en los mundiales de Alemania, en 1974, y el de Italia, en 1990.
Gómez estuvo a punto de dejar la selección en mayo de 2000, luego de ser herido de bala en la pierna derecha y de sufrir fractura del tabique nasal al ser atacado por simpatizantes del ex presidente de Ecuador, Abdalá Bucaram, por negarse a convocar a la selección Sub 20 a su hijo, también llamado Abdalá.
El técnico renunció por falta de apoyo del presidente de la FEF, Luis Chiriboga, vinculado políticamente a Bucaram, y por falta de garantías para permanecer en Ecuador.
Sin embargo, retornó días después, tras las marchas de apoyo realizadas por distintos sectores y el pedido de los jugadores de la selección para que se mantuviera en el cargo.
El miércoles, luego del partido, miles de ecuatorianos marcharon por las calles de Quito, Guayaquil y de otras ciudades del país coreando «Bolillo presidente», como una muestra del afecto hacia el entrenador colombiano.
Además de Ecuador, Argentina y Paraguay ya está clasificados para la Copa del Mundo de Corea del Sur y Japón. Por su parte, Brasil, Uruguay y Colombia compiten por el cuarto lugar sudamericano y por un quinto puesto que se deberá disputar con Australia, primero en la clasificación por la zona Oceanía. (FIN/IPS/kl/dm/cr pr/01