La compañía estadounidense Enron, una de las mayores del mundo en el sector de electricidad y gas natural, se halla desde este miércoles al borde de la quiebra, debido a la decisión de una empresa competidora, Dynegy Inc., de renunciar a su compra.
Dynegy, que se proponía inicialmente la adquisición de la totalidad de las acciones de Enron por 9.000 millones de dólares, incluso se negó a aceptar una rebaja del precio a la mitad.
Representantes de Enron no hicieron comentarios, pero según analistas, la ruptura del acuerdo inicial puso a la compañía en riesgo de protagonizar una de las peores quiebras en la historia de las corporaciones de Estados Unidos.
Enron figuró hasta hace poco tiempo entre las 10 empresas de mayor rendimiento en el mercado de acciones. El precio de sus papeles llegó a 90,56 dólares por unidad en agosto de 2000, pero en la mañana de este miércoles cayó a 1,1 dólar, antes de que la Bolsa de Valores de Nueva York la retirara de las cotizaciones.
Creada en 1985, Enron declaró ganancias de 101.000 millones de dólares el año pasado. Pero el mes pasado, informes relativos a transacciones no declaradas obligaron a la empresa a anunciar una reducción de 600 millones de dólares en sus ganancias de los últimos cuatro años.
El golpe sufrido por Enron será sentido por los 21.000 empleados que la multinacional mantiene en 40 países en que suministra energía eléctrica y opera en el mercado de gas natural y como agente de servicios financieros.
Enron dispone de grandes gasoductos y centrales de energía en Asia, Europa y América Latina, y controla la totalidad de la industria de gas natural de Jamaica.
Muchas de esas obras de infraestructura han sido criticadas por su impacto ambiental y desde el punto de vista financiero y político. Pero Enron pareció meterse en los peores problemas con el proyecto Dabhol, en India.
«Al margen de su gasoducto en Estados Unidos y sus operaciones comerciales, nada ha funcionado realmente (para Enron)», dijo a IPS un experto del sector energético. Agregó que el proyecto de India es «un gran problema» del que la compañía «intenta deshacerse hace tiempo».
Enron es uno de los accionistas principales de Dabhol, que participó en la instalación de una planta generadora de 2.200 megavatios hora en la costa occidental del estado de Maharashtra, en India.
Enron intentó deshacerse de su paquete accionario de 65 por ciento en el proyecto desde que la Junta de Electricidad del estado de Maharashtra se negó a pagar sus cuentas y acusó a Dabhol de manipular sus tarifas.
La negociación de un acuerdo ha sido difícil, porque involucra a Enron, Dabhol, la empresa estatal y varias instituciones financieras gubernamentales e internacionales que entregaron unos 1.800 millones de dólares para financiar el proyecto, de 3.000 millones de dólares en total.
Considerada la mayor inversión extranjera directa en India y la mayor planta generadora de energía del país, Dabhol fue duramente criticada por activistas defensores de los derechos humanos y del ambiente.
La organización Human Rigths Watch (HRW) detalló en un informe de 1999 un «patrón de serias violaciones de los derechos humanos provocadas por el proyecto» de Dabhol.
«Dabhol Power Corporation, subsidiaria local de Enron, se benefició directamente de una política oficial de represión de opositores, el acoso de manifestantes defensores del ambiente y prácticas policiales que varían de lo arbitrario a lo brutal», aseguró HRW.
Además, Dabhol Power Corporation «pagó a las abusivas fuerzas de seguridad del estado por la protección que brindó a la compañía», agregó la organización.
Economistas indios e internacionales criticaron la «vía rápida» utilizada para desarrollar el proyecto, que fue un capítulo de la política de privatización de empresas públicas y de la apertura del sector energético de India a la inversión extranjera.
En este contexto, Dabhol fue aceptada sin las evaluaciones pertinentes y el proceso seguido careció de transparencia, planteando sospechas de corrupción sobre la fijación de tarifas, señalaron los economistas.
Enron también despertó sospechas por su gestión contable en Estados Unidos. La semana pasada, la compañía dio cuenta a la Comisión de Valores de una red de socios financieros, diseñada al parecer para mantener varias deudas fuera de sus balances.
No obstante, Enron se benefició de más de 250 millones de dólares en exoneraciones impositivas y asistencia pública bajo el paquete de estímulo económico dispuesto por el gobierno de Estados Undios, incluso mientras investigadores federales comenzaban a examinar sus libros y al auditor independiente de la compañía.
Forzada a corregir sus ganancias en los informes al público y enfrentada a un costoso servicio de su deuda, mientras el valor de sus acciones continuaba cayendo, Enron perdió interés para Dynegy.
Según el acuerdo de adquisición del 9 de este mes, Dynegy debía invertir 9.000 millones de dólares para absorber a su principal rival, pagando 10,4 dólares por acción. El martes por la noche, los negociadores de Enron ofrecieron vender la compañía por la mitad de ese valor.
Dynegy anunció que se retiraba de las negociaciones luego de que las calificadoras de riesgo Standard & Poor's y Moody's dieron la nota de máximo riesgo a la deuda de Enron.
«Aunque es lamentable ver en dificultades a un jugador líder de la industria, esto no refleja una falla en el negocio del sector energético», aseguró el presidente y director ejecutivo de Dynegy, Chuck Watson. (FIN/IPS/tra-en/if/aa/lp-dc/01