ECONOMIA-ASIA: Nuevas estrategias para competir con China

Los países de Asia que hace décadas impulsaron su desarrollo en base a las exportaciones, deben ahora implementar nuevas estrategias para competir con China.

Las estrategias de supervivencia incluyen inversiones masivas en nueva tecnología, concentradas en la investigación, el desarrollo y el diseño, así como la promoción del capitalismo empresarial, el capital riesgo y la infraestructura jurídica necesaria.

Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong «deben generar valor en las industrias basadas en el conocimiento» para sostener su crecimiento y enfrentar la competencia de China, dijo Poh-Kam Wong, profesor de Comercio de la Universidad Nacional de Singapur.

Al mismo tiempo, esas cuatro economías de industrialización reciente «deben abrirse más a la inversión extranjera directa para atraer industrias y servicios de conocimiento intensivo», opinó Wong en un seminario realizado en Washington esta semana con el patrocinio de la Fundación Sasakawa para la Paz.

También serían importantes ciertos cambios en el ambiente político que permitirían a esos cuatro «tigres» asiáticos completar su cambio del modelo de desarrollo guiado por el gobierno al capitalismo «de invernáculo», encarnado por empresas estadounidenses como Apple Computers y Cisco Systems, agregó.

Las compañías estadounidenses surgidas de Silicon Valley, en el estado de California, y otros centros de alta tecnología se beneficiaron de distintos factores.

Esos factores incluyen normas liberales de cotización en bolsa para las ofertas públicas iniciales en el mercado de valores, la habilitación de inversiones de fondos de pensiones como capital riesgo, y leyes de quiebra indulgentes que faciliten un nuevo comienzo para las compañías que fracasan.

Además, las empresas de alta tecnología crecieron con la ayuda del capital riesgo, abogados y especialistas en formación de fondos de inversión, contadores y bancos de inversión que suscriben ofertas públicas iniciales.

«Gran parte de esas industrias de servicios no existe en Asia oriental», observó Wong.

Otro ingrediente clave en el crecimiento estadounidense fue la relación entre las empresas incipientes y las universidades, señaló Scott Shane, profesor de ciencias empresariales de la Universidad de Maryland.

«El origen de muchas grandes empresas puede encontrarse en las universidades», dijo Shane, y puso como ejemplo a Lycos, el popular portal de Internet, creado por estudiantes de la Universidad de Carnegie-Mellon.

Shane concordó con Wong en la esencialidad del capital riesgo para el desarrollo de tecnologías nuevas y competitivas. «Ambos extremos del espectro, el capital riesgo y los vínculos con universidades, faltan en esos países» asiáticos, dijo.

El producto interno bruto (PIB) de Corea del Sur, Taiwan, Singapur y Hong Kong aumentó de 17,3 por ciento del PIB de Estados Unidos en 1965 a 77,2 por ciento en 1999, según Wong.

Gran parte de ese crecimiento se basó en la industria electrónica, responsable de casi 30 por ciento de la base manufacturera de Corea del Sur y más de 50 por ciento de la de Singapur.

Cada uno de los cuatro países siguió modelos diferentes, siempre con un papel clave del gobierno.

En Corea del Sur, grandes conglomerados de empresas conocidos como «chaebol» invirtieron agresivamente en tecnología y productos electrónicos, automóviles y otras exportaciones bajo sus propias marcas.

En Taiwan, las pequeñas y medianas empresas abrían camino, mientras el gobierno promovía la investigación, el desarrollo y la formación de consorcios. La mayoría de los bienes se producían con la marca de empresas multinacionales.

Singapur dependía principalmente de las inversiones de multinacionales en empresas de alta tecnología, como la fabricación de discos duros de computadora, y se benefició de las transferencias tecnológicas de grandes corporaciones a sus subsidiarias.

Mientras, el éxito de Hong Kong se debió a su acceso a mano de obra barata de China continental.

Pero en los últimos años, China, con su mano de obra barata y su enorme mercado interno, comenzó a absorber gran parte de las inversiones que antes iban a esos cuatro países de industrialización reciente.

El año pasado, casi 80 por ciento de toda la inversión extranjera directa en Asia oriental se destinó a China, en un proceso que podría acelerarse con la admisión este domingo de ese país en la Organización Mundial del Comercio.

Ese fenómeno afectó especialmente a los 10 países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), cuya inversión extranjera cayó de unos 33.000 millones de dólares en 1997 a 14.000 millones en 2000.

«China está limpiando a ASEAN de inversiones», afirmó Ernest Bower, presidente del Consejo Empresarial de Estados Unidos y ASEAN. El consejo representa a las principales multinacionales estadounidenses que tienen negocios en el sudeste asiático.

La última cumbre de ASEAN, este mes, lanzó una iniciativa destinada a aprovechar las gigantescas dimensiones económicas de China como una ventaja y no como una amenaza, forjando vínculos de libre comercio entre las dos partes.

Pero gran parte de las inversiones en China proceden del propio continente asiático, en particular de Taiwan, Hong Kong y Singapur.

Muchas empresas taiwanesas están trasladando sus operaciones de mano de obra intensiva al continente, debido a la decisión del gobierno esta semana de eliminar el tope de 50 millones de dólares para los proyectos individuales de inversión en China y simplificar el proceso para las inversiones inferiores a 20 millones de dólares.

Esto generó temor en Taiwan y otros tigres asiáticos a un vaciamiento de su base manufacturera. «El gran desafío es manejar la relación con China continental», dijo Wong.

Shane afirmó que el cambio hacia industrias de conocimiento intensivo y alto valor agregado sólo será posible si los gobiernos dejan libres a los empresarios para que asuman los riesgos de la creación de nuevas compañías.

Pero Clyde Prestowitz, presidente del Instituto de Estrategia Económica, de Washington, señaló que los gobiernos han jugado un papel esencial en el nacimiento de nuevas industrias, tanto en Asia como Estados Unidos.

«Es difícil señalar una sola tecnología exitosa que haya sido desarrollada sin masivo apoyo gubernamental», dijo. (FIN/IPS/tra-en/ts/js/mlm/if-dv/01

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