DESARROLLO: Antiterrorismo domina reunión de FMI y Banco Mundial

La reconstrucción de Afganistán y medidas contra la financiación del terrorismo, además del alivio de la deuda y la ayuda a los países pobres más afectados por la crisis mundial, dominaron la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, realizada en la capital de Canadá.

Participaron del encuentro del fin de semana ministros de Finanzas, presidentes de bancos centrales y funcionarios de las dos instituciones financieras multilaterales.

El mensaje recurrente fue que los países industrializados y en desarrollo deben trabajar juntos.

«El mundo es diferente desde el 11 de septiembre», dijo el presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, en referencia a los ataques terroristas en Washington y Nueva York. «Es un mundo integrado», agregó al final de la reunión, el domingo.

La reunión estaba prevista originalmente para el 29 y el 30 de septiembre en Washington, pero fue postergada y cambiada de sede luego de los atentados.

Unas 2.000 personas protestaron contra la globalización y exigieron el alivio de la deuda externa y protección ambiental. Las autoridades afirmaron que realizaron 50 detenciones durante las confrontaciones, que por momento se tornaron violentas.

Las conversaciones tuvieron lugar separadamente en el Grupo de los Veinte (G-20, formado por la Unión Europa y 19 países que representan 88 por ciento de la producción económica mundial y 60 por ciento de los pobres del mundo), la Comisión de Desarrollo del Banco Mundial y la Comisión Monetaria y Financiera Internacional, del FMI.

Los ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales del G-20 acordaron medidas para detener la financiación del terrorismo, entre ellas el congelamiento de los activos de terroristas y sus aliados y el cierre de su acceso al sistema financiero internacional.

Así mismo, acordaron publicar listas de los activos congelados, ratificar la Convención de las Naciones Unidas para la Supresión de la Financiación del Terrorismo y otra contra el Crimen Transnacional Organizado, compartir información y ayudar a los países que no pueden implementar sistemas de investigación antiterrorista.

El ministro de Finanzas de Canadá, Paul Martin, quien presidió la reunión del G-20, las definió como un éxito absoluto y destacó la participación de Arabia Saudita, que lucha por contener el apoyo doméstico a la red terrorista de Osama bin Laden, el principal sospechoso de los atentados del 11 de septiembre.

Por su parte, los funcionarios del FMI exhortaron a los países ricos a ayudar a los pobres a hacer frente a la desaceleración económica mundial y adoptar medidas contra la financiación del terrorismo.

El Fondo respaldará esas medidas mediante sus propios procedimientos contra el lavado de dinero y la supervisión financiera.

Mientras, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, exhortó a los delegados a ocuparse de «las causas profundas del terrorismo», como la pobreza, que conduce a la desesperación, dijo.

Aunque la ONU no formó parte oficial de la reunión, Annan y otros altos funcionarios del foro mundial estuvieron presentes e instaron a los gobiernos a aumentar la ayuda a los países pobres y trabajar por un acuerdo multipartidario para la formación de un nuevo gobierno en Afganistán.

Wolfensohn, del Banco Mundial, publicitó una próxima conferencia para discutir la situación de Afganistán y la participación de la comunidad internacional en su reconstrucción.

La conferencia, prevista del 27 al 29 de este mes en Pakistán, será organizada por el Banco Mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo.

El ministro de Finanzas de Gran Bretaña, Gordon Brown, advirtió que la desaceleración económica mundial afectará a los países pobres más que a los ricos por la caída de los precios de los productos básicos y exhortó a los países industrializados a aumentar -y en algunos casos a duplicar- su presupuesto de ayuda para el desarrollo.

Pero el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, replicó que en los últimos 50 años se invirtió demasiado dinero en ayuda para el desarrollo, con escasos beneficios.

«Debemos mejorar las condiciones de vida mediante la creación de un verdadero desarrollo económico, y no mediante más ayuda económica», dijo.

El Banco y el FMI predijeron un mayor enlentecimiento de la economía mundial y reiteraron su compromiso de profundizar el alivio de la deuda para los países pobres fuertemente endeudados que hayan seguido las prescripciones económicas de ambas instituciones financieras.

Sin embargo, no realizaron ningún nuevo compromiso específico para atender los problemas causados por el estancamiento económico mundial. (FIN/IPS/tra-en/mb/aa/mlm/if-dv/01

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