DESARME: EEUU se aísla en debate de armas biológicas

La estrategia de Estados Unidos de negociar acuerdos bilaterales para afrontar el peligro de ataque con armas biológicas marca diferencias con otros países, que prefieren la vía de las disposiciones multilaterales.

Las diferencias, notorias en otros foros sobre proliferación de armamentos, como la Conferencia de Desarme, se manifestaron en la reunión de revisión de la Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas, que sesionará en Ginebra hasta el 7 de diciembre.

El representante de Hungría y presidente de la reunión, Tibor Toth, en un resumen de la primera semana de tratativas, observó el desacuerdo de numerosos países respecto de la posición de Estados Unidos.

A diferencia de Washington, esas naciones prefieren continuar las negociaciones multilaterales para establecer un instrumento que fortalezca la Convención, precisó Toth.

Estados Unidos presentó a la conferencia una serie de propuestas alternativas, que muestran la «permanente alergia» de ese país a los acuerdos legalmente vinculantes y negociados en forma multilateral, dijo Jenni Rissanen, investigadora en desarme del Acronym Institute, de Londres.

La Convención sobre Armas Biológicas y Toxínicas, pese a sus casi 30 años de vigencia, aún carece de un sistema obligatorio de verificación para prevenir la producción y el almacenamiento de armas biológicas y toxínicas.

Un intento por cubrir esa carencia, mediante la aprobación de un protocolo con poderes de inspección sobre lugares sospechosos, fue frustrado en julio después de siete años de negociaciones, debido a la oposición frontal de Estados Unidos.

Los atentados terroristas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington y la posterior aparición de los casos de ántrax, que ya han costado la vida a cinco personas en Estados Unidos, no lograron cambiar la posición de las autoridades de ese país.

Los negociadores de desarme esperaban que, después de esos hechos, la delegación del gobierno estadounidense de George W. Bush llegaría a Ginebra con una actitud de mayor flexibilidad, comentó un diplomático de América Latina que pidió reserva de su nombre.

Sin embargo, el subsecretario de Estado para Control de Armamentos y Seguridad Internacional de Estados Unidos, John Bolton, sostuvo que el borrador del protocolo «está muerto según nuestro criterio».

«Está muerto y no será resucitado», advirtió en una rueda de prensa realizada este jueves por la mañana en Ginebra, donde encabeza la delegación de su país a la conferencia de revisión de la Convención sobre Armas Biológicas.

Bolton explicó que Estados Unidos no va a adherir a acuerdos que permiten a estados delincuentes o a otros la fabricación y el emplazamiento de armas biológicas.

El funcionario estadounidense acusó a Iraq, Irán, Corea del Norte, Libia y Siria de ejecutar programas clandestinos de armas biológicas.

También se cree que Sudán tiene interés creciente en las armas biológicas, pero ese país no forma parte de la Convención sobre Armas Biológicas, agregó.

En esa lista se podrían incluir otros estados, pero Washington prefiere ponerse en contacto con ellos en forma privada, dijo Bolton.

Rissanen comentó que esa reserva de los nombres de los estados, una práctica desusada en medios diplomáticos, tomó de sorpresa a numerosos negociadores en Ginebra.

En reemplazo del protocolo rechazado, Estados Unidos presentó a la conferencia de revisión una serie de propuestas alternativas para fortalecer la Convención.

Las iniciativas incluyen disposiciones para vigorizar la aplicación nacional de la Convención mediante la promulgación de una legislación penal nacional que respalde los acuerdos de extradición en casos de delitos de armas biológicas.

Otro punto de la propuesta anuncia que Estados Unidos procura establecer un mecanismo de investigación internacional de brotes de enfermedades sospechosas y de incidentes denunciados de armas biológicas.

Bolton también propuso que los países adopten y apliquen estrictos procedimientos de bioseguridad, basados en directivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de instituciones nacionales equivalentes.

El borrador de protocolo cuestionado por el gobierno de Bush contempla muchas de las propuestas presentadas por Bolton a la conferencia de revisión, apuntó Toth.

La posición de Estados Unidos fue criticada por varias delegaciones, incluidas Francia y China, y también por representantes de instituciones científicas, estadounidenses y europeas, y por organizaciones no gubernamentales.

El ministro de Relaciones exteriores de Francia, Francois Rivasseau, declaró que su país no comparte las posiciones asumidas por Estados Unidos en la conferencia de la Convención contra las Armas Biológicas.

El representante de China ante la conferencia, Sha Zukang, aludió a la oposición entre unilateralismo y multilateralismo.

Cuando la seguridad se convierte en una encrucijada y en una cuestión mundial, aumentan la interdependencia entre varios países y sus puntos en común, advirtió Sha.

A su vez, las organizaciones de la sociedad civil llamaron la atención sobre la gravedad de las enfermedades convertidas en armas.

Jean Pascal Zanders, del Instrituto Internacional de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo (SIPRI), mencionó que los ataques con esporas de ántrax en cartas demostraron la vulnerabilidad de las sociedades ante las acciones terroristas con agentes biológicos.

El ritmo siempre creciente de avances en biotecnología, genómicos, proteómicos y otros campos relacionados, crea preocupaciones de que esas tecnologías puedan emplearse con fines hostiles, advirtió Zanders.

Barbara Hatch Rosemberg, de la Federación de Científicos Americanos (de Estados Unidos), criticó la posición de Bolton en la conferencia.

Si los funcionarios estadounidenses creen que Iraq, Corea del Norte, Irán, Libia y otros países tienen programas de armas biológicas, debe resultar obvio que los mecanismos voluntarios propuestos por Bolton no van a resultar, opinó Rosenberg.

La científica añadió que sólo un acuerdo legal internacional puede incrementar la información disponible sobre las actividades biológicas en el mundo y llevar a la comunidad internacional a responder en caso de sospechas sobre violaciones a la convención.

La conferencia se dedicará las dos próximas semanas a discutir en sesiones privadas una declaración final. Toth declinó pronosticar un resultado para esas deliberaciones. (FIN/IPS/pc/dm/ip/01

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