El retorno al poder de la Alianza del Norte en Afganistán no garantiza los derechos de las mujeres ni reformas democráticas, advirtieron activistas afganas en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La situación de las mujeres no mejorará si la Alianza del Norte, cuyas fuerzas han obligado al movimiento Talibán a replegarse al sur, logra controlar el gobierno, aseguró Tahmeena Faryal, de la Asociación Revolucionaria de Mujeres para Afganistán (RAWA).
«Ellos fueron los primeros en imponer restricciones a las mujeres, incluso el uso obligatorio del velo», dijo Faryal. Muchas fueron forzadas a casarse con los combatientes de grupos unidos ahora en la Alianza del Norte y otras optaron por suicidarse, agregó.
Entre 1992 y 1996, cuando las principales facciones de la Alianza controlaban el país, se sucedieron graves violaciones a los derechos de las mujeres en un marco de absoluto abandono de los derechos humanos básicos, sostuvo Jessica Neuwirth, de la organización internacional Igualdad Ahora.
«El respaldo a fuerzas antidemocráticas como el Talibán y la Alianza del Norte, que tienen una historia de violación de derechos humanos, sólo conducirá a la continuación de la violencia», afirmó Neuwirth.
Hasta los años 80, las mujeres afganas constituyeron 70 por ciento del cuerpo docente, 50 por ciento del personal empleado por el estado y los municipios y 40 por ciento del personal médico, según datos del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
En 1977, las mujeres ocupaban 15 por ciento de los escaños del parlamento.
Quince años después, los mujaidines (guerreros islámicos), entre los que se contaban Abdul Rashid Dostum, comandante de una facción uzbeka de la Alianza, y el asesinado Ahmad Shah Massoud, derrocaron al gobierno prosoviético de Mohammed Najibullah y fundaron un estado islámico.
Las principales facciones de este nuevo régimen «obstaculizaron el ejercicio de los derechos de asociación, de libre expresión y de trabajo de las mujeres», arguyendo que no se trataba de «derechos islámicos», de acuerdo con un informe publicado en 1995 por Amnistía Internacional.
En 1994, el Supremo Tribunal del estado islámico impuso la «ordenanza sobre el velo de las mujeres», que exigía el uso de un manto que cubriera todo el cuerpo, subrayó Amnistía.
«Grupos armados mataban a mujeres indefensas en sus hogares, o las golpeaban y violaban. Decenas de mujeres jóvenes fueron secuestradas, violadas, tomadas como esposas de los jefes militares o vendidas como prostitutas. Algunas se suicidaron para eludir esa suerte», sostiene el informe basado en relatos de testigos.
Si bien la situación de la población femenina se «deterioró» bajo el gobierno de la Alianza, se volvió «intolerable» después de 1996, cuando el Talibán tomó el control de Kabul, afirmó Marcia Brewster, presidenta del Grupo sobre Igualdad de Derechos para las Mujeres en la ONU.
Desde la perspectiva de los derechos de la población femenina, cualquier régimen sería preferible al Talibán, pero resulta inaceptable elegir entre la derrocada milicia y la triunfante Alianza, puntualizaron las activistas.
La instalación «de un gobierno de amplia base fundado en valores democráticos» es el único camino para asegurar los derechos de las mujeres, y en ese proceso la ONU debería jugar un papel fundamental, dijo Faryal.
Mucho depende del resultado de la conferencia sobre el futuro de Afganistán, que se iniciará el lunes en la ciudad alemana de Bonn, con el auspicio de la ONU.
Las conversaciones, en las que participarán representantes de diversas etnias y facciones, se organizaron apresuradamente ante el sorpresivo avance de la Alianza en territorio afgano.
La conferencia procurará crear un consejo representativo de los grupos étnicos nacionales para gobernar el país en forma provisoria.
Gobiernos occidentales y de varias naciones de Asia central se manifestaron contrarios a que la Alianza ejerza sola el control del país. Pero todos reconocen que será un proceso difícil y prolongado lograr un acuerdo de poder equilibrado.
En lo inmediato, la prioridad de muchos participantes será evitar una nueva guerra civil. (FIN/IPS/tra-eng/db/aa/dc/hd ip/01