El riesgo de muerte en el mar acecha a los cubanos que, para alcanzar la costa de Estados Unidos, ponen su destino en manos de organizaciones e individuos dedicados al tráfico de emigrantes.
Treinta personas, entre ellas más de 10 menores de edad, pueden haber perecido el pasado fin de semana en el naufragio de la embarcación que los llevaba al sur de Estados Unidos.
Luego de tres días de búsqueda por aire y mar, el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos anunció la suspensión de la búsqueda. «Hemos agotado todas las esperanzas de hallar sobrevivientes», dijo el portavoz Gene Smith.
El grupo, procedente de distintos localidades, partió en la madrugada del sábado de Cuba en una lancha de ocho pies de eslora y tenía previsto llegar ese mismo día a Estados Unidos, según fuentes de la ciudad de Miami.
«No hay cuerpos, no hay ningún indicio que confirme que están muertos», declaró Carlos Montané, un cubano residente en Miami que, tras siete años de separación, esperaba reunirse nuevamente con su esposa y con su hija de ocho años.
En un gesto sin precedentes, Montané reconoció a las autoridades estadounidenses que el viaje había sido arreglado en Cuba, pero que él se había comprometido a pagar 16.000 dólares por el traslado de su esposa y su hija.
Randy Alonso, moderador de una mesa redonda que se trasmite a diario por la televisión cubana bajo la orientación del gobierno, informó que se recopilan los datos para «dar a conocer al pueblo» los detalles de la tragedia.
La prensa cubana mantiene silencio sobre el naufragio. En cualquier caso, adelantó Alonso, la muerte de estos 30 emigrantes es un «nuevo crimen» causado por la «absurda política de Estados Unidos hacia Cuba y su ley de Ajuste Cubano».
Cuba sostiene que esa ley promulgada en 1966 es el principal estímulo de la emigración ilegal hacia Estados Unidos y, por ende, convierte al gobierno estadounidense en responsable de cualquier tragedia.
La Ley de Ajuste Cubano concede el derecho a residencia a todo cubano que logre pisar el territorio estadounidense, aunque su arribo se realice de forma irregular.
Las autoridades cubanas sostienen, además, que esa disposición contradice acuerdos bilaterales de 1994 y 1995, que comprometen a ambos países a fomentar un flujo migratorio ordenado, legal y seguro.
En virtud de los acuerdos, Estados Unidos debe entregar un mínimo de 20.000 visas anuales para emigrantes cubanos y repatriar a la isla a toda persona que intente alcanzar las costas estadounidenses sin la preceptiva visa.
Cuba, por su parte, se comprometió a no aplicar a los repatriados la figura penal de «salida ilegal del país».
Fuentes del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos informaron que 2.352 indocumentados procedentes de la isla lograron pisar tierra en el último año fiscal estadounidense, finalizado en octubre. Sólo 777 fueron interceptados y devueltos a Cuba.
La cantidad de inmigrantes indocumentados superó la de los años fiscales de 1999 y 2000, cuando lograron llegar y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano 2.254 y 1.820 personas, respectivamente.
Autoridades de ambos países coinciden en que la disminución de las intercepciones en alta mar y el aumento de ingresos es el resultado del crecimiento de las operaciones de tráfico humano.
Hasta el incidente de este fin de semana, la peor tragedia de emigrantes cubanos registrada en el estrecho de Florida se remontaba a diciembre de 1998, cuando el hundimiento de una embarcación causó la muerte a 14 personas.
En noviembre de 1999, el niño Elián González fue el único sobreviviente de otro naufragio, en el que murieron 12 personas, entre ellas su madre.
En agosto de este año, 20 personas salieron ilesas del hundimiento de una nave frente a las costas de Florida. Pero murieron la esposa y dos hijas de Osvaldo Fernández, uno de los contrabandistas implicados en el episodio.
Los accidentes en el mar han estado asociados a algún tipo de operación de tráfico humano, negocio que cobró auge cuando la vigilancia del Servicio de Guardacostas estadounidense hizo casi imposible el arribo de balsas artesanales a Florida. (FIN/IPS/da/ff/pr/01