CUBA-EEUU: Una pausa en el conflicto bilateral

La inminente compra de medicinas y alimentos de Cuba a Estados Unidos puede determinar una pausa en el conflicto bilateral, aunque La Habana insistió en la excepcionalidad del caso.

«Como iniciativa puntual, va a marcar un hito para avanzar hacia un eventual mejoramiento de las relaciones» entre los dos países, dijo a IPS la investigadora chilena Isabel Jaramillo, del cubano Centro de Estudios sobre América (CEA).

Otros expertos entienden que la operación permitirá a Cuba demostrar que, pese a sus dificultades financieras, tiene capacidad para hacer sus compras en un mercado que le está vedado por el embargo impuesto por Washington a comienzos de los años 60.

«Aunque sea de manera puntual, es un resquicio en el bloqueo, que será aprovechado por empresarios estadounidenses interesados en comerciar con Cuba», comentó un especialista en economía que prefirió no revelar su nombre.

El experto precisó que cada vez son más los sectores que en Estados Unidos promueven un cambio en la política hacia la isla de régimen socialista y piden el levantamiento de las sanciones que impiden el intercambio comercial.

El presidente Fidel Castro rompió el fin de semana pasado el hermetismo existente en el país en torno a la transacción, y consideró «positivo» que pueda tener lugar, aunque insistió en que el «bloqueo debe cesar».

«Es posible que por primera vez en 40 años o un poco más» se produzca una operación comercial entre los dos países, confirmó Castro, al clausurar un foro hemisférico contra la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que congregó en La Habana a delegados de 34 países.

El proceso quedó abierto a raíz de una oferta estadounidense de asistencia humanitaria, tras el desastre causado el 4 de este mes en Cuba por el huracán Michelle.

La Habana, además de agradecer el gesto, planteó que lo «útil» para el país sería que, de forma «excepcional», se permitiera la adquisición de una cantidad determinada de alimentos, medicinas y materias primas para producirlas.

La contrapropuesta cubana especificó que la compra permitiría restablecer «cuanto antes» las reservas de recursos para casos de desastres, además de que sería pagada al contado.

«Se trata de una ocasión excepcional», dijo la semana pasada en Nueva York el canciller cubano Felipe Pérez Roque, quien no precisó el monto de la transacción.

Sin embargo, la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Ann Veneman, afirmó en Washington que Cuba comprará unos 30 millones de dólares en «maíz, frijoles, soja, carne de cerdo y pollos», entre otros productos.

Cuba solicitó en un principio que la mercancía fuese trasladada en barcos de bandera cubana, pero al negociar los detalles de la compra se hizo evidente el riesgo de que los buques fuesen sometidos a procedimientos judiciales.

Las embarcaciones, al tocar puerto estadounidense, podrían ser confiscadas por tribunales de ese país, en virtud de las demandas legales presentadas ante la justicia contra el gobierno cubano.

La dificultad quedó superada con la nueva propuesta cubana de que el traslado de la mercadería se realizara en barcos de terceros países o, incluso, estadounidenses. «Eso pareció ser el único obstáculo que quedaba, y están prosiguiendo los demás trámites», explicó Castro.

Los proveedores involucrados en la operación debieron recibir licencia especial del Departamento del Tesoro, que en 1999 autorizó a una firma transnacional anglo-estadounidense a negociar con Cuba la futura comercialización de la única vacuna existente en el mundo contra la meningitis tipo B.

Washington aprobó el año pasado una enmienda que permite la venta de medicinas, alimentos y productos agrícolas a Cuba, pero este país alegó que la serie de condiciones que acompañan ese cuerpo legal hacen imposible cualquier transacción que se quiera realizar a su amparo.

Cuba destina anualmente unos 900 millones de dólares en la importación de alimentos, 120 millones de los cuales son para compra de cereales, cifra que podría disminuir si pudiera realizar sus compras a Estados Unidos.

A su vez, empresarios agrícolas estadounidenses se quejan de haber perdido un mercado natural para sus productos. Sólo en el caso del arroz, el embargo les impidió en estos 40 años ganar unos 3.100 millones de dólares, según voceros de ese sector.

Con «paciencia, esperaremos que los obstáculos que existen se vayan reduciendo y que un día el bloqueo desaparezca, porque ya es prácticamente insostenible», señaló Castro.

El embargo fue decretado oficialmente en abril de 1960, cuando un documento del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos proclamó la necesidad de imponer sanciones que produjeran «el hambre, la desesperación y el derrocamiento del gobierno» de Castro.

Ese bloqueo fue reforzado en 1996 por la ley denominada Helms- Burton, que establece sanciones a terceros países que negocien con bienes expropiados en los años 60 en Cuba a ciudadanos estadounidenses. (FIN/IPS/pg/dm/if ip/01

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