La incorporación de China trajo un oportuno alivio a la Organización Mundial del Comercio (OMC), que realiza en la capital de Qatar una conferencia ministerial crítica para su futuro.
La aprobación del nuevo miembro fue la primera buena noticia en varios años para la OMC, cuya tercera conferencia ministerial, realizada hace dos años en Seattle, Estados Unidos, terminó en el fracaso, y que soporta una ofensiva crítica de la mayoría de los países en desarrollo y del movimiento contra la globalización.
China consagra la universalidad de la institución, a pesar de que todavía están en trámite de incorporación países de las dimensiones de Rusia, Ucrania, Arabia Saudita, Argelia y Vietnam.
La cuarta Conferencia Ministerial adoptó este sábado los documentos de adhesión de China, con lo cual allanó las posibilidades de ingreso inmediato de Taiwan, que en el lenguaje oficial de la OMC será identificado como Territorio Aduanero Distinto de Taiwan.
En su primera intervención como miembro de la OMC, China defendió las posiciones de los países del Sur en desarrollo sin enfrentar, empero, a las naciones del Norte industrial.
El jefe de la delegación china, el ministro de Comercio Shi Guangsheng, dijo que el sistema multilateral sólo podra mantener su vigor y su vitalidad si refleja los intereses de todas las partes, incluyendo a los países en desarrollo.
Shi exhortó a la OMC a empeñarse en la solución de los defectos del sistema multilateral para atender de manera más apropiada los intereses y las demandas del Sur.
Pero también declaró el apoyo de China al lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones multilaterales para aumentar la liberalización del comercio mundial, una aspiración alentada principalmente por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos y objetada por numerosos países en desarrollo.
Así mismo, predijo que la incorporación de su país a la OMC tendrá efectos de largo alcance en la economía china y en la economía mundial.
El paso que ha dado China le deparará probablemente problemas sociales, por lo menos a corto plazo.
La OMC vaticinó que en los primeros años siguientes a la adhesión habrá presiones sobre el mercado de trabajo y surgirán problemas de distribución de los ingresos, como acontece en muchos países en desarrollo que aplicaron ajustes estructurales.
Los trabajadores chinos se enfrentarán a una ola de despidos de gran magnitud, aseguró Bill Jordan, secretario general de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL).
La industria automovilística de China perderá 10 millones de puestos de trabajo, debido a la necesaria reducción de los aranceles, que favorecerá la importación de vehiculos. Otros 10 millones de empleos estarán amenazados, previno la central sindical mundial.
Así mismo, China se convertirá en competidor de países como India, Malasia y Filipinas, vaticinó Jordan.
La magnitud de la población china, superior a 1.100 millones de personas, su fuerza de trabajo regimentada y el nivel de sus salaries, uno de los mas bajos del mundo, favorecerán esa competencia, precisó.
El sindicalista dijo que la incorporación de China al mercado mundial no representa un peligro para los países industriales. Las naciones amenazadas, estimó, son la mayoría abrumadora de países en desarrollo productores de los mismos bienes y servicios que China .
Estudios de instituciones multilaterales confirman que la adhesión de China a la OMC tendrá efectos positivos en las economías del Norte, y en particular en Estados Unidos, la UE y Japón, y que también Corea del Sur logrará beneficios.
Esos países figuran entre los mayores socios comerciales de China. Son las principales fuentes de importaciones de la nación asiatica y también el destinos más importantes de las exportaciones chinas.
Un estudio de la OMC observó que los círculos empresariales extranjeros prevén beneficiarse de las reformas que China aplicará a régimen de inversiones, que incluirán el levatamiento de ciertas restricciones y un sistema fiscal más atractivo.
Para China, las consecuencias económicas de su ingreso en la OMC son todavía imprecisas, porque dependen de la manera en que se efectúen los cambios esperados. Por ejemplo, las medidas para una mayor transparencia y para el imperio del derecho, advirtieron los analistas de la OMC.
El incremento de la actividad económica que se verificará en China por efecto de la reducción de aranceles será modesto ante la tasa de crecimiento que logró ese país en los últimos años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó que la adhesión de China a la OMC tendrá inicialmente un efecto negativo y limitado.
En el segundo año después de la aplicación del tratado de adhesión, la economía de China crecerá 0,1 por ciento. La tasa se elevará a 0,6 en los años tercero y cuarto, y a 0,8 en el quinto.
En el decenio entre 1990 y 1999, el crecimiento de China fue en promedio de 10,7 por ciento por año, como resultado de las reformas introducidas a partir de 1979 en el modelo de economia de mercado socialista.
Las perspectives inmediatas para China, como consecuencia de su adhesión a la OMC, no son todas promisorias, advirtió el FMI.
China podría asistir en los próximos años a un debilitamiento de su cuenta corriente externa, que en la actualidad aún presenta un superávit importante.
El desbalance de la cuenta corriente se deberá al aumento de las importaciones, que será superior al de las exportaciones.
El FMI calculó que los problemas financieros de China se resolverían si los países industriales eliminaran las restricciones a la importación de textiles y confecciones.
En ese caso, el deterioro de la cuenta corriente se financiaría en principio con el aumento de las inversiones extranjeras en el sector textil.
La conferencia ministerial de la OMC empezó el viernes, con participación de delegados de 142 países, y se prolongará hasta el martes. (FIN/IPS/pc/ff/if/01