Los logros que se atribuyó la delegación de India en la cuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) fueron recibidos en el país con críticas y reproches.
El ministro de Comercio, Murasoli Maran, regresó exultante de Doha, la capital de Qatar, donde la conferencia se realizó del 9 al 14 de este mes, pero en casa lo esperaban algunos comentarios amargos.
El objetivo declarado de Maran era bloquear la nueva ronda multilateral de negociaciones comerciales mientras no se resolvieran las cuestiones pendientes de la ronda anterior, en particular la apertura de los mercados del Norte industrial a los productos textiles y agrícolas.
«Los hechos indican que se puso en marcha una nueva ronda, es decir, nuevas negociaciones (de libre comercio) en una situación donde se ha perdido el consenso», afirmó la activista y científica Vandana Shiva al retornar de Qatar.
En las primeras jornadas de la conferencia de la OMC, la delegación de India se mantuvo firme, pero claudicó a último momento ante el peligro de quedar aislada en las negociaciones.
No todas fueron críticas. «Hubiera sido ridículo que India se fuera de la OMC cuando China ingresaba tras haber comprendido los costos de sostener cientos de acuerdos bilaterales», comentó Bibek Debroy, economista del Instituto para Estudios Contemporáneos Rajiv Gandhi.
Quizás como un gesto a India y a la tenaz posición de Maran, la declaración ministerial de Doha no menciona la palabra «ronda», hizo notar Debroy.
La capacidad negociadora de la delegación encabezada por Maran fue elogiada por otros países en desarrollo, que vieron en India la principal voz en defensa de los intereses de las naciones pobres.
La postura de Maran fue clave para la victoria sobre las patentes medicinales, para obtener promesas de reducción de subsidios agrícolas y para la extensión de los plazos que tienen los países de menor desarrollo frente a los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS).
Pero, según los críticos internos, el mayor fracaso de India fue aceptar la potergación del debate de los asuntos no comerciales hasta la quinta conferencia ministerial, que se realizará dentro de dos años.
«India fue incapaz de impedir la introducción de cuestiones ambientales en las negociaciones y dejó pasar sin cuestionamientos la mercantilización de (un recurso vital como) el agua», dijo Shiva.
Maran tampoco cuestionó en forma eficaz la remoción de restricciones cuantitativas (cuotas) a la importación de granos, a la que India se opone, pues amenaza el derecho a la seguridad alimentaria de millones de campesinos y la biodiversidad, dijo Shiva.
La activista reconoció, no obstante, la gestión cumplida por India hasta que las naciones industrializadas pusieron en juego «el chantaje y el engaño» parar alcanzar sus objetivos, según dijo.
El primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, coadyuvó en la «capitulación» de Maran, al ofrecer asistencia occidental al gobernante indio Atal Bihari Vajpayee a cambio de que no bloqueara la agenda de Doha, aseguró Shiva.
Así mismo, el Norte industrial apeló efectivamente a la guerra en Afganistán para forzar a algunos países al silencio, sostuvo.
«Los países musulmanes pobres que asistieron a la conferencia (de la OMC) adhirieron a las posiciones occidentales, temerosos de cuestionar a Estados Unidos y ser acusados de proterroristas», arguyó Shiva.
El gobierno de Vajpayee no logró evitar una ronda multilateral con nuevos asuntos y «fracasó en la revisión de la implementación de los acuerdos anteriores de la OMC», afirmó Sitaram Yechury, integrante del comité central del Partido Comunista de India.
Las subvenciones al sector agrícola y las limitaciones al ingreso de productos textiles a los mercados del Norte industrial, dos asuntos esenciales para India, cuya aplicación debía revisarse, quedaron exactamente como estaban, dijo Yechury.
«Los subsidios agrícolas en los países industriales se mantienen, y la remoción del sistema de cuotas para el ingreso de granos en países como India amenaza la forma de vida de millones de agricultores», sostuvo.
India cedió en algunas áreas para alcanzar logros en otras, como la declaración política que habilita a los países pobres a importar medicinas genéricas (más baratas que aquellas sujetas a patentes comerciales) ante situaciones de emergencia sanitaria, explicó Maran.
Este avance es atribuible al «temor por el sida y el ántrax y a las posturas de los gobiernos de Sudáfrica y Brasil (ante las compañías farmacéuticas), que fueron las que verdaderamente atenuaron las previsiones del acuerdo TRIPS», estimó Debroy.
Shiva se manifestó en favor de una revisión completa de las normas de propiedad intelectual antes de 2005, cuando India debe implementar el acuerdo.
«Mientras tanto, las compañías farmacéuticas indias (fabricantes de genéricos) están haciendo buenos negocios en el exterior», en particular en otros países en desarrollo, indicó Shiva.
La implementación del acuerdo TRIPS afectará a la industria farmacéutica local, desarrollada a partir de las leyes nacionales que no reconocen derechos de patentes medicinales.
India tomó en Doha el lugar que le corresponde como uno de los 27 países que dieron origen en 1947 al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, antecedente directo de la OMC, puntualizó el diario Pioneer.
«Hoy, en un sistema globalizado, la población de 1.000 millones de habitantes de India y su natural fortaleza económica hacen de este país un actor central de la OMC, como quedó de manifiesto en Doha», afirmó el periódico. (FIN/IPS/tra-eng/rdr/js/dc/if dv/01