La cuarta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en la capital qatarí, mostró una vez más la insuficiencia de los recursos económicos y humanos del Sur en desarrollo para negociar con el Norte industrial.
El sistema de acuerdos y resolución de disputas de la OMC requiere alto grado de formación técnica y habilidades para la negociación, y basta un vistazo a la nómina de delegados a la conferencia para percibir la disparidad en ese terreno.
Los nombres de los representantes de cada país industrializado ocuparon muchas páginas, mientras los de los enviados por naciones en desarrollo nunca se extendieron en más de dos páginas.
Las mayores delegaciones incluyeron a más políticos, lo cual facilitó negociar a partir de mandatos nacionales, y a más especialistas en comercio, lo cual resultó esencial para realizar con raìdez y precisión cálculos y análisis durante las negociaciones.
Países en desarrollo con ingresos medios, como Brasil, Egipto, India y Sudáfrica, demostraron que han aumentado sus recursos para la negociación, al enviar delegaciones de más de 20 personas, pero sólo hubo, por ejemplo, tres representantes de Malí en la conferencia.
«Debemos servir mejor a nuestros Estados miembros, mediante un sistema de asistencia técnica con fondos adecuados», sostuvo el director general de la OMC, Mike Moore, en una carta abierta enviada a periodistas antes de que la conferencia comenzara el viernes.
¿Qué necesitan los países en desarrollo, en términos prácticos?
«Carecemos de una oficina de normas técnicas bien equipada», sealó George Lauwo, de Tanzania.
Una institución de ese tipo es necesaria para un país que dependa de la exportación, ya que le corresponde un papel fundamental en la implementación y regulación de acuerdos comerciales que incluyen requisitos sanitarios y de otro tipo.
«Es muy caro para nosotros mantener a un representante en Ginebra», sede de la OMC añadió Lauwo.
Unos 20 estados miembros de la organización son demasiado pobres para costear una representación permanente en esa sudoccidental ciudad suiza, y por lo tanto no pueden participar en muchas de las reuniones y negociaciones que se realizan alli durante todo el año.
Benjamin Katjipuka, delegado de Namibia, dijo a IPS que carencias de capacitación técnica restan a su país posibilidades de incidir con eficacia en las decisiones.
«El sistema (de la OMC) ha adquirido una increíble complejidad normativa. La mayoría de los abogados de Namibia se dedican al derecho penal, porque eso les brinda mayores ingresos, y a menudo carecemos de recursos humanos adecuados para analizar acuerdos y comprender todas sus consecuencias», explicó.
La oposición namibia al lanzamiento en Doha de una nueva ronda internacional de negociaciones comerciales se debió más a carencias técnicas que a posiciones ideológicas, sostuvo.
«No comprendemos por completo lo que estará en juego, y necesitamos saber en qué nos metemos», añadió.
Las dificultades son aun mayores para naciones afectadas en la actualidad o hasta hace poco por conflictos armados internos o internacionales.
«Nuestro país tiene muchos problemas vinculados con la guerra. No trabajamos con normalidad», dijo a IPS un delegado de República Democrática del Congo que no quiso ser identificado.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a países industrializados, sostiene que la asistencia a la capacitación de negociadores comerciales en el mundo en desarrollo tiene varios requisitos.
Por una parte, los gobiernos de los países beneficiarios deben poseer una estrategia comercial coherente, integrada con una estrategia para el desarrollo, así como sistemas eficaces de información comercial y de toma de decisiones, y vínculos fluidos con el sector privado, afirma.
Por otra parte, es necesario el apoyo de países donantes para desarrollar en forma adecuada instituciones cruciales para el comercio, entre ellas aduanas, servicios especializados en la lucha contra prácticas comerciales desleales, y centros de promoción de exportaciones, señala.
«La creciente complejidad de los mercados mundiales, y los nuevos desafíos del sistema de comercio multilateral, determinan que los países en desarrollo afronten numerosos problemas relacionados con la competitividad y el diseño de políticas», explica.
«Sim embargo, es frecuente que esos países carezcan de los recursos institucionales y humanos necesarios para afrontar esos problemas», añade.
Representantes en Doha del mundo industrializado prometieron aumentar en millones de dólares su asistencia a la capacitación de negociadores comerciales en el Sur, en especial durante los momentos cruciales de la ofensiva del Norte para lanzar una nueva ronda de negociaciones.
Sin embargo, un delegado a la reunión de Doha de una organización no gubernamental que no quiso ser identificado destacó que la ministra de Desarrollo Internacional británico, Clare Short, reiteró la promesa de unos 15 millones de dólares que había realizado en dos ocasiones anteriores.
El administrador del Prorama de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Mark Malloch-Brown, señaló que la asistencia al desarrollo relacionada con asuntos comerciales aportada por el mundo indusrializado ha disminuido en los últimos años, desde un escaso punto de partida de dos por ciento del total.
Los aportes en la materia decrecieron 30 por ciento desde mediados de los años 90, explicó.
«El resultado ha sido un terrible desequilibrio entre la fuerte demanda de asistencia para el desarrollo de capacidad comercial, vinculada con los crecientes requisitos del sistema internacional, y una disminución de los recursos disponibles para satisfacer esa demanda», añadió. (FIN/IPS/tra-eng/fk/mn/mp/if dv/01