El gobierno de Colombia cree posible la reanudación del diálogo de paz con las FARC, la principal organización rebelde, y también logró avances en La Habana hacia la negociación con el ELN, la segunda fuerza irregular.
Los contactos que el gobierno realizará esta semana con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el acuerdo firmado el viernes con el ELN (Ejército de Liberación Nacional) indican que el proceso de paz recibe un nuevo aire, sostuvo Juan Uribe, asesor del presidente Andrés Pastrana en el diálogo.
Uribe afirmó que confía en que así como el proceso hacia el diálogo con el ELN fue destrabado con el Acuerdo por Colombia firmado en La Habana, las negociaciones con las FARC «van a dar un salto (…) muy importante».
El Acuerdo por Colombia establece para el 12 de diciembre el comienzo de una ronda de conversaciones entre el gobierno y el ELN, con el cese del fuego y de hostilidades y una eventual tregua entre las prioridades.
El alto comisionado para la Paz del gobierno, Camilo Gómez, dijo que «los colombianos deben mirar con optimismo este acuerdo» con el ELN, «que abre el proceso» de negociaciones «sin condiciones».
El embajador de Colombia en Cuba, Julio Londoño, dijo que el convenio permite celebrar una negociación «en términos que facilitan el análisis, la discusión y el debate de los temas con tranquilidad, agilidad y sin condicionamientos».
El gobierno y el ELN se comprometieron a reanudar formalmente las negociaciones con «una agenda de transición» hasta el fin del periodo de gobierno de Pastrana, el 7 de agosto de 2002. En ese lapso, se realizarán reuniones y foros para recoger propuestas sobre cuestiones específicas.
Las conclusiones de los foros serán elevadas a una convención nacional con representantes de la sociedad civil que se encargará de aprobar la agenda de negociaciones entre el ELN y el gobierno.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Alberto Giraldo, consideró este lunes que el acuerdo es positivo porque el diálogo «es una instancia de convivencia» y un paso adelante en la solución del conflicto.
El ELN, que cuenta con cerca de 7.000 combatientes, ha manifestado su interés en iniciar un proceso de paz con el gobierno desde julio de 1998, con el Acuerdo de la Puerta del Cielo, firmado con representantes de la sociedad civil en Alemania.
Un punto básico de ese acuerdo era la realización de una convención nacional en que se definiría la agenda de la negociación.
No obstante, la convención nacional no se ha podido realizar por la negativa de campesinos presionados por paramilitares a permitir la desmilitarización de una zona del norte pedida por los rebeldes para llevar a cabo la convención nacional.
El ELN anunció el viernes que acepta reunirse con el gobierno «sin condiciones», para iniciar el diálogo. Para algunos analistas, es posible que en esta nueva fase el ELN acepte la realización de la convención nacional fuera del país o en un sitio diferente al propuesto inicialmente.
Luis Valencia, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas de la estatal Universidad Nacional, dijo a IPS que el Acuerdo por Colombia y los nuevos acercamientos del gobierno con las FARC son una «buena noticia».
«Es mejor que las partes en conflicto manifiesten su intención de dialogar» a que sólo exista el enfrentamiento a través de las armas, sostuvo Valencia.
En el caso del ELN, el acuerdo parte del reconocimiento de que el diálogo cuenta con viabilidad política, aunque se hable de «una agenda de transición», agregó.
Según Valencia, también son una señal positiva las reuniones realizadas el fin de semana por dirigentes de las FARC con el delegado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Jean Egeland, representantes de la iglesia y del grupo de países facilitadores del proceso.
Entre los países que impulsan el diálogo entre el gobierno y las FARC, congelado desde el 17 de septiembre, figuran Canadá, Cuba, España, Francia México, Noruega, Suecia, Suiza y Venezuela.
El descongelamiento del proceso de paz se oficializará esta semana, en una reunión entre negociadores del gobierno y representantes de las FARC en una fecha que se mantiene en reserva. La cita se realizará en la región desmilitarizada por el gobierno para facilitar el diálogo.
El líder de las FARC, Manuel Marulanda, había afirmado en una carta a Pastrana su decisión de congelar las negociaciones iniciadas en enero de 1999 por considerar que no contaba con garantías del gobierno para continuar en el proceso.
Entre los obstáculos para la negociación, Marulanda mencionó los controles impuestos por el gobierno para el ingreso de personas a la zona desmilitarizada donde se realizan las negociaciones, el frecuente sobrevuelo de naves militares en ese espacio y la acción de paramilitares de derecha. (FIN/IPS/yf/mj/ip/01