/BOLETIN-AMBIENTE/ CAMBIO CLIMATICO: Japón ratificará Protocolo de Kyoto

El gobierno de Japón anunció su decisión de ratificar el año próximo el Protocolo de Kyoto sobre cambio climático, tras el acuerdo sobre su implementación alcanzado por delegados de 167 países en la meridional ciudad marroquí de Marrakesh.

Ese protocolo, firmado en 1997, establece que los países industrializados deben reducir sus emisiones de dióxido de carbono y otros de los llamados gases invernadero, que retienen calor en la atmósfera, hasta que lleguen en 2012 a un nivel cinco por ciento menor que el de 1990.

«Comenzaremos a trabajar a toda máquina para concluir el protocolo de Kyoto en 2002», dijo el lunes 12 el primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, en un encuentro del grupo Prevención del Recalentamiento del Planeta.

Koizumi no empleó el verbo «ratificar», pero la ministra de Ambiente, Yoriko Kawaguchi, explicó luego en una conferencia de prensa que «concluir» es «el término que se suele usar para expresar compromiso con un tratado o con su implementación».

«Se esperaba un giro en la política del gobierno», comentó a periodistas ese mismo día Noriyuki Hata, portavoz de la organización no gubernamental Kikko Forum, una de las principales que promueven la reducción de la emisión de gases invernadero, a los cuales señalan como responsables del recalentamiento del planeta.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, anunció en marzo que su país, el mayor emisor mundial de dióxido de carbono, no ratificará el protocolo, con el argumento de que eso afectaría sus intereses económicos.

Tal anuncio puso en peligro la entrada en vigencia del tratado, que requiere su ratificación antes de 2020 por 55 países, incluyendo a responsables de 55 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en 1990.

Negociaciones internacionales impulsadas por la Unión Europea (UE) sobre nuevos términos de implementación del protocolo condujeron en julio a un acuerdo alcanzado en Bonn, cuyos detalles se ajustaron el pasado fin de semana en Marrakesh.

Ese acuerdo permitiría la entrada en vigencia del tratado aunque Estados Unidos no lo avale, pero Tokio aún se propone lograr que Washington se pliegue al entendimiento internacional.

Koizumi trató de evitar que el país se alineara contra Estados Unidos, su principal aliado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero la presión de la UE fue muy fuerte, opinaron activistas por el ambiente.

El acuerdo de Marrakesh es «muy importante, porque permite afrontar esta cuestión con un criterio unificado. Continuaremos nuestros esfuerzos para que el gobierno estadounidense adopte una actitud constructiva», dijo Kawaguchi a periodistas.

«Ahora emplearemos toda nuestra capacidad de presión para lograr que la Dieta (parlamento) prepare y establezca en su próxima sesión ordinaria los sistemas necesarios para ratificar y concluir el Protocolo de Kyoto», anunció Hata.

Está previsto que la próxima sesión ordinaria de la Dieta, de 150 días, comience en enero.

La agenda parlamentaria incluye en la actualidad un proyecto que compromete al gobierno a lograr en 2012 una emisión de gases invernadero en el país seis por ciento por debajo de los niveles de 1990.

Importantes hombres de negocios piden que se fije una meta más modesta, pero los activistas reivindican ese objetivo, que consideran accesible si se aplican nuevas leyes adecuadas y un impuesto al uso de combustibles fósiles como el carbón, cuyo uso es atractivo en la actualidad porque está libre de gravámenes.

Investigadores de la Universidad de Kyoto sostuvieron o que un impuesto al carbón desalentaría el uso doméstico de calentadores con ese combustible, y contribuiría a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. También señalaron que es preciso estimular el empleo de gas natural.

Los últimos avances tecnológicos logrados por el país señalan el camino para revertir el recalentamiento del planeta, aseguró Hata, quien puso como ejemplo nuevos productos comerciales para el hogar que reducen el gasto de energía y la contaminación.

Los ambientalistas también piden que se establezca un nuevo impuesto a los automóviles, y esperan que la nueva posición del gobierno estimule al sector privado a aumentar su inversión en el desarrollo de fuentes de energía renovables.

El debate de la Dieta se centrará en la aprobación de leyes que allanen el camino para la reducción de las emisiones, pronosticó Naoki Matsuo, del Instituto de Estrategias contra el Recalentamiento del Planeta, un grupo privado de expertos.

«Las compañías privadas desean que el gobierno establezca incentivos económicos a la reducción de emisiones, y las autoridades están dispuestas a hacerlo», explicó.

Keidanren, la asociación que reúne a los mayores conglomerados económicos privados del país, ha sostenido que el gobierno no debe ratificar el protocolo si Estados Unidos no lo hace, porque eso afectaría en forma negativa la competitividad internacional de los productos japoneses.

Kawaguchi dijo que es conciente de la oposición de empresarios a nuevos impuestos con criterio ambientalista, pero apuntó que «es preciso instar a esas personas a entender la importancia del ambiente mundial». (FIN/IPS/tra-eng/sk/ral/mp/en/01

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