Más de la mitad de los lagos del planeta están sobreeexplotados y contaminados, advirtió la Novena Conferencia Internacional sobre Conservación y Manejo de Lagos, celebrada en Japón.
Cinco millones de lagos y reservorios del planeta, que albergan casi 90 por ciento de toda el agua dulce superficial, sufren una extracción excesiva para el riego y son contaminados por la industria, la agricultura y los sistemas de saneamiento.
Si bien la cantidad de agua potable que se encuentra en los lagos es casi 35 veces más que la de los ríos, gobiernos y conservacionistas los han ignorado, sostuvo Hideaki Oda, secretario general del Foro del Agua del Tercer Mundo, que se llevará a cabo en 2003 en Japón.
«Hasta ahora, los gobiernos se han concentrado en los ríos, las cuencas de las mareas y los océanos, excluyendo a los lagos», afirmó Oda durante la apertura de la conferencia de una semana, que se celebra hasta este lunes en la meridional ciudad de Shiga, cercana al lago Biwa, el más grande de Japón.
Científicos y ambientalistas reclamaron acciones para la conservación de los lagos, esenciales como fuentes de agua potable para el consumo, la agricultura, el comercio, el transporte, el turismo y la producción de energía.
«Los lagos naturales, en especial los más grandes, son de enorme importancia eeconómica, ecológica y cultural, pues de ellos dependen la alimentación y el agua de por lo menos 1.000 millones de personas», afirmó Masahisa Nakamura, director del Instituto Japonés de Investigación del Lago Biwa.
Algunos están desapareciendo. En China, 543 lagos grandes y medianos desaparecieron entre 1850 y 1980, debido al uso excesivo de las aguas para riego. Por la misma razón, el mar Aral, ubicado en la región de Asia central, entre Kazajstán y Uzbekistán, pasó del cuarto al octavo lugar entre los lagos más grandes del mundo.
«La desaparición de un lago afecta a la población que habita a cientos de kilómetros en torno del mismo», afirmó Sven Erik Jorgensen, director del Comité Ambiental Internacional Lacustre (ILEC), organización japonesa que colabora con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
«La población del mundo en desarrollo es mucho más dependiente de los lagos que los habitantes del mundo industrializado», afirmó Jorgensen.
El lago Victoria, y el lago Chad, en Africa central, el Taihu, en China sudoriental, el Songla, en Tailandia meridional, y el Bhopal, en India central, son algunos de los lagos más amenazados.
La extracción de agua de los lagos, de los cursos tributarios y de las fuentes subterráneas que los alimentan se incrementó de 578 kilómetros cúbicos por año en 1900 a 3.800 kilómetros cúbicos por año en 2000.
El consumo de agua potable se multiplicó por seis entre 1900 y 1995, más del doble de la tasa de crecimiento de la población, según el último informe de la Organización de Naciones Unidas, Panorama Mundial del Ambiente.
La eutrofización, un proceso en el cual la abundancia de nutrientes agrícolas en el agua causa un rápido crecimiento de plantas acuáticas que sofocan a otros organismos, afecta a 54 por ciento de los lagos de Asia, 53 por ciento de los de Europa, 28 por ciento de los de América del Norte y 41 por ciento de los de América del Sur, de acuerdo al ILEC.
La lluvia ácida provocada por la liberación en la atmósfera de óxido sulfúrico y nitroso generados por la combustión industrial de carbón, constituye un serio impacto para los lagos, sobre todo en Australia, Canadá, China, Europa, Estados Unidos, Japón y Nueva Zelanda.
«Muchos lagos en Escandinavia y en algunas regiones de América del Norte se han acidificado a tal punto en las últimas décadas que no pueden mantener la diversidad de formas de vida que tenían en el pasado», afirma un comunicado publicado por los expertos reunidos en Shiga.
La recuperación de un lago degradado exige mucho trabajo y recursos económicos. «Por tanto, las recuperaciones exitosas son raras, sobre todo en los grandes lagos», agregó el comunicado.
Unos pocos, como el noroccidental lago Washington, en Estados Unidos, y los lagos europeos Constance y Génova, fueron rescatados mediante la instalación de centrales de tratamiento de aguas residuales concebidas para eliminar el exceso de nutrientes, explicó Nakamura.
«Lamentablemente, este es un remedio fuera del alcance de muchos países en desarrollo», sostuvo Nakamura.
Sin embargo, algunas naciones del Sur en desarrollo recuperaron lagos pequeños y superficiales, sobre todo los cercanos a áreas urbanas, gracias a la instalación de plantas de tratamiento de aguas servidas, como ocurrió en la ciudad china de Xiamen, donde se construyeron varias centrales para purificar las aguas que se vierten a los lagos del área metropolitana.
Esos casos brindan «alguna esperanza de recuperación de los lagos en las naciones en desarrollo», concluyó Nakamura. (FIN/IPS/tra-eng/dk/aa/dc/en/01