La película más taquillera de la historia de Japón despliega la tecnología de la animación con las peripecias de una adolescente que libra a sus padres de un hechizo y se reconcilia con sus tradiciones.
En 14 semanas de exhibición en salas de Japón el filme «Spirited Away» (Por arte de magia) del reconocido cineasta Hayao Miyazaki recaudó más de 220 millones de dólares.
El distribuidor japonés, Toho Cinema, informó que la película superó en ganancias a «Titanic», que dejó en las arcas de la compañía 219,5 millones de dólares.
El secreto del filme son sus efectos de animación y la historia de Chihiro, una adolescente que intenta recuperar a sus padres, convertidos en cerdos tras ingerir comida sospechosa en un desconcertante parque de diversiones.
El crítico de cine Haruo Mizuno cree que el filme busca motivar a las nuevas generaciones japonesas para que asuman mayores responsabilidades, razón por la cual la película también es popular entre los adultos.
En el transcurso de la historia, Chihiro es bautizada por una bruja mala con un nuevo nombre abreviado, «Sen». El recurso ironiza la nueva tendencia juvenil a abreviar todas las palabras del japonés como forma de darle la espalda a las tradiciones de los mayores.
En un escenario social de creciente delincuencia juvenil, corrupción política y recesión económica, los japoneses se sienten perdidos, y ven en el filme el retorno de valores que creían irrecuperables, afirma Mizuno.
El poder económico de Japón «no nos ayudó a educar a nuestros hijos con un sentido de compromiso y responsabilidad», opinó Kazuko Iwatuski, una espectadora de 53 años para quien la película «ilustra la confusión en que vivimos».
Mizuno cree que el filme será bien recibido en las audiencias asiáticas dada la desaparición de los valores tradicionales en la región, en medio de un rápida globalización.
La película despliega una vívida serie de magníficos hechiceros y magos comparable al mundo de «Alicia en el país de las maravillas», de Lewis Carroll.
La animación de Miyazaki es famosa por su capacidad de combinar la ternura y el amor en sus personajes, explicó Kesuke Kikuchi, vocero de la película.
Donald Richie, estadounidense experto en cine japonés, afirma que el éxito de la animación en Japón ilustra la fascinación popular por el género y el alto desarrollo de la tecnología en este país.
La popularidad de la animación en Asia convirtió a Japón en exportador a la región, tanto de filmes como de libros de historietas y diversos juegos. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/lp/aq/cr/01