El obsoleto sector industrial estatal de Vietnam contamina zonas urbanas y rurales, prolifera sin orden y amenaza la salud de la población, admitieron las autoridades.
«La contaminación industrial empieza a afectar en gran medida el desarrollo económico y social de Vietnam», reconoció ante la Asamblea Nacional (parlamento) el ministro de Ambiente, Ciencia y Tecnología, Chu Tan Nha.
Las fábricas con procedimientos y equipos anticuados lanzan columnas de humo cargadas de sustancias peligrosas y los residuos hospitalarios amenazan con convertir al país en un gran vertedero, sostuvo Nha.
Las principales fuentes de contaminación proceden de 4.295 instalaciones, que arrojan una combinación de humo, partículas sólidas y gases tóxicos, señala un informe del Ministerio publicado el año pasado.
La mayor parte son fábricas, pero la lista incluye talleres artesanales, hospitales, represas, depósitos de herbicidas y almacenes de sustancias químicas remanentes de la guerra contra la invasión de Estados Unidos (1960-1975).
En los últimos siete años el país generó en forma anual 7,8 millones de toneladas de basura industrial, un volumen similar de desperdicios domésticos, 157.000 toneladas de residuos hospitalarios y más de 1.100 millones de metros cúbicos de aguas residuales.
Las industrias de varias ciudades arrojan a la atmósfera monóxido de carbono, dióxido de sodio, monóxido de nitrógeno y sustancias policloradas en volúmenes superiores a los autorizados.
El problema se agrava por la rápida urbanización. Las zonas residenciales se expanden y rodean fábricas originalmente emplazadas lejos de las áreas pobladas.
De las 100 fábricas estatales de Hanoi, 68 se encuentran dentro de los límites urbanos, en un área de 40 kilómetros cuadrados.
Esta situación generó la tragedia padecida este año por la familia de Tran Van Tuan, residente del distrito capitalino de Hai Ba Trinh.
Tuan, su esposa Tran Thi Ngoc y dos de sus hijas fueron hospitalizados en agosto, afectados por diversos síntomas como dolores de cabeza y musculares, pérdida de cabello, demencia y problemas cardiacos.
Sólo Tuan sobrevivió. Según especialistas del hospital Bach Mai, Ngoc y sus hijas murieron por envenamiento con talio.
Las sales de talio —inodoras, incoloras pero muy tóxicas— se utilizan en la fabricación de insecticidas y raticidas, entre otros usos industriales. Casi 1.000 toneladas anuales de esta sustancia son arrojadas al ambiente por industrias metalúrgicas, centrales de generación eléctrica a carbón y fábricas de cemento.
La calidad del aire de Hanoi también se ve deteriorada así por las partículas sólidas que arrojan más de 300 fábricas grandes y pequeñas y casi 1.200 unidades productivas del sector textil, químico y metalúrgico, admiten las autoridades.
La contaminación afecta igualmente a las áreas remotas del país.
En la comuna Dong Mai, ubicada en la septentrional provincia de Hung Yen, el agua superficial contiene una proporción de plomo entre siete y 15 veces superior a la normal, informó Lu Doc, profesor de la Facultad de Ambiente de la Universidad de Hanoi.
El origen del plomo se halló en la actividad de fundición de baterías de plomo a la que se dedicaban varias familias.
«Hallamos a 42 pobladores con parálisis cerebral, miastenia (trastorno neuromuscular) y ceguera, y la mayoría de los pobladores presentaban algún grado de envenenamiento con plomo», sostuvo Duc.
A partir de 1998, las autoridades ordenaron la reubicación fuera de zonas residenciales de las industrias estatales contaminantes de la capital y de la meridional ciudad de Ho Chi Min. Pero muy pocas lo han hecho.
«La propuesta tomó forma hace algunos años, pero el ritmo es muy lento por la falta de fondos y terrenos donde establecer» las fábricas, sostuvo un funcionario del Comité Popular de Hanoi.
El gobierno municipal de Ho Chi Min creó varios parques industriales de pequeña escala para las compañías que deben trasladarse, la mayoría de los cuales siguen desocupados.
La reubicación total o parcial, la renovación tecnológica y la inversión en sistemas de tratamiento de contaminantes son los caminos que debe adoptar el sector industrial.
Algunos grandes fabricantes están invirtiendo millones de dólares en centrales de tratamiento de residuos. Pero la mayoría de los industriales se niegan arguyendo que las medidas de protección ambiental afectarán el equilibrio de sus negocios.
Un sistema para tratar aguas residuales cuesta tres millones de dólares. Ese gasto elevaría los costos de producción y podría llevar a la quiebra de las empresas más débiles, subrayó un dirigente industrial.
Otra alternativa es la adopción de la norma internacional ISO 14000, sobre tecnologías de protección ambiental y administración de sistemas.
Algunas grandes compañías como PetroVietnam, Petrolinex y Vinatext pretenden adoptar la norma ISO 14000. Pero las pequeñas empresas están muy lejos de esa realidad.
«Las firmas medianas y pequeñas aportan 34 por ciento de los ingresos por exportación. Pero no les preocupa la producción limpia e ignoran las regulaciones ambientales», sostuvo Pham Thi Chiu, funcionaria del Ministerio de Industria.
«Esto constituye un grave problema para el acceso a los mercados internacionales y complica el ingreso de Vietnam a la Organización Mundial del Comercio», agregó Chiu. (FIN/IPS/tra- eng/tdtl/ccb/dc/en dv/01