Mujeres de la localidad de Theri, al norte de India, intentan salvar un bosque abrazándose a los árboles para evitar el avance de las sierras taladoras.
La construcción de la gigantesca represa hidroeléctrica de Theri, en el septentrional estado de Uttranchal, comprende el tendido de una línea de transmisión de 800 kilovatios hora de electricidad a lo largo del bosque de Advani, ubicado en la cadena montañosa del Himalaya.
La compañía Power Grid Corp planifica enviar la energía eléctrica desde Uttranchal a Meerut, en el estado de Uttar Pradesh, en una extensión de unos 200 kilómetros.
El bosque de Advani fue salvado dos décadas atrás por el movimiento Chipko, que convocó a aldeanas indias a la resistencia pacífica.
La palabra Chipko significa «abrazo», el medio que encontraron las mujeres de impedir la tala de un bosque en cuyo ecosistema su cultura se había desarrollado durante siglos.
El éxito del movimiento Chipko para impedir la destrucción del bosque con fines comerciales pasó a la historia de las luchas por la conservación del ambiente en India y el mundo entero.
En 2001, las aldeanas vuelven con sus vestidos coloridos, canciones y consignas, para atar cintas sagradas alrededor de los troncos.
Unos 100.000 árboles desaparecerán si continúa el proyecto de la represa de Theri, resistida por grupos defensores de la naturaleza.
Pese a la fuerte oposición a la central hidroeléctrica a causa de su impacto en el ambiente, las obras están en marcha y el gobierno parece decidido a finalizarlas.
La línea de transmisión de energía que tenderá la empresa Power Grid afecta unos 50 kilómetros de la región montañosa del Himalaya, donde se encuentra el bosque de Advani.
Dhum Singh Negi, activista de la vieja guardia del movimiento Chipko, cuestionó la legalidad del proyecto de talado del bosque.
Los activistas acusan al gobierno de ocultar al público la información sobre el impacto ambiental del proyecto de la represa de Theri.
Varios ex miembros de un comité designado por el gobierno para examinar el programa afirman que la tala extensiva no llegó a ser tratada en sus reuniones.
«El comité nunca tuvo oportunidad de discutirlo», sostuvo Shekhar Singh, quien fue miembro de esa comisión. Lo mismo denuncia otro ex miembro, Ramaswany Iyer.
«La pérdida de tan enorme número de árboles en las faldas del Himalaya es uno de los aspectos más importantes del proyecto de Theri, y ni siquiera fue considerado», dijo Iyer.
El Comité de Información Ambiental que examinó las bases del proyecto de Theri opinó que basta considerar los factores de seguridad para detener las obras.
Sería «irresponsable» seguir adelante, dados los «inaceptables riesgos de la obra, la escasa capacidad de hacer frente a daños sin precedentes y la magnitud del desastre si la represa resulta destruida», dictaminó un informe del comité.
El informe advierte el riesgo de un terremoto en la zona, de magnitud mayor a ocho grados en la escala abierta de Richter, una eventualidad no prevista en el plan de construcción de la represa.
El comité concluyó que la central hidroeléctrica de Theri, tal como está propuesta, «implica riesgos totalmente injustificados».
Aunque el gobierno no ha dado señales de detener el proyecto, en cierto grado respondió a la demanda de salvar los árboles del Himalaya ubicados en el trayecto de las líneas de energía eléctrica.
El 7 de septiembre, el Ministerio de Ambiente y Bosques envió a Power Grid un pedido de información sobre alternativas al tendido de las líneas eléctricas o la posibilidad de utilizar torres para el proyecto. (FIN/IPS/tra-en/bd/ral/js/lp-ff/en/dv/01