La desforestación en Asia persiste a niveles alarmantes pese a las enérgicas medidas para detenerla, entre ellas la prohibición de la tala de bosques, advirtió la FAO este martes.
Los sistemas para el manejo de bosques a largo plazo, incluso la creación de reservas naturales, no han logrado disminuir el ritmo de explotación, agregó la agencia en un nuevo informe, titulado «Bosques fuera de los límites: Impacto y eficacia de la prohibición de la tala en bosques naturales de Asia-Pacífico».
«La tala y el tráfico de madera ilegales parecen estar en aumento como consecuencia de la liberalización comercial y la globalización», reveló la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
Por ejemplo, señaló, entre 1990 y 1995 hubo una reducción de casi 16,3 millones de hectáreas de bosques naturales en la región, equivalentes a unos 3,3 millones de hectáreas por año.
La mayor pérdida se registró en Indonesia, con 5,4 millones de hectáreas, seguida por Malasia, con dos millones, Birmania, con 1,9 millones, y Tailandia, con 1,6 millones de hectáreas perdidas.
La situación de los bosques en Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas le valieron al sudeste asiático la calificación de la región del planeta con mayor índice de desforestación, dice el informe.
Junto con Birmania, esos cuatro países perdieron en promedio más de 100.000 hectáreas de bosques anualmente entre 1990 y 2000, agrega.
«La región está perdiendo bosques a un ritmo cinco veces superior al de la pérdida anual de 0,2 por ciento registrada entre 1990 y 2000», dijo R.B. Singh, representante de FAO en Asia- Pacífico, en el lanzamiento del informe.
Actualmente, la cobertura mundial de bosques se estima en 3.900 millones de hectáreas, de las cuales Asia-Pacífico tiene 699 millones, incluso las 212 millones del sudeste asiático.
El fracaso en el control de la tala ilegal se debe a la manera en que algunos gobiernos han implementado ese tipo de políticas en los últimos 10 años, afirmó Patrick Durst, coautor del informe.
«La mayoría de las prohibiciones de tala se impusieron muchas veces en reacción a desastres naturales, como inundaciones», pero «para que las prohibiciones tengan éxito, deben cumplirse ciertas condiciones», advirtió Durst.
En Tailandia, por ejemplo, el gobierno prohibió la tala en enero de 1989, en respuesta a la devastación causada por lluvias torrenciales en el sur y este del país dos meses antes.
La desforestación fue culpada por las consecuencias de las lluvias, que produjeron inundaciones y deslizamientos de tierra que mataron a más de 300 personas y dejaron a miles sin hogar.
Sin embargo, 12 años después de la prohibición, «la tala ilegal y la usurpación de tierras altas siguen obstaculizando la conservación de los bosques» en Tailandia, lamentó Sureeratna Lakanavichian, analista política de la Universidad de Chiang Mai.
«Muchas medidas para restringir la utilización de bosques de tierras altas y controlar la rotación de cultivos han sido ineficaces debido principalmente a la presión del crecimiento de la población», observó.
Sureeratna agregó que «la prohibición de la explotación forestal comercial no ha detenido el deterioro de los bosques naturales. El norte de Tailandia tiene a la vez la mayor proporción de áreas boscosas del país y el mayor índice de tala ilegal».
Las prohibiciones impuestas en Asia-Pacífico «en condiciones de crisis o como respuesta de emergencia a desastres naturales en general no incluyeron estrategias complementarias para alcanzar los objetivos ambientales deseados», sostiene el informe de la FAO.
Sin embargo, no todos los países siguieron ese camino. «Países como Vietnam, China, India y Nueva Zelanda lograron aumentar sus áreas boscosas», destaca el documento.
En Nueva Zelanda, por ejemplo, los bosques artificiales sustituyeron a los naturales como fuente principal de la industria maderera desde la década de 1950, y la misma tendencia se registra en Vietnam y China.
«Actualmente, China tiene unas 34 millones de hectáreas de plantaciones, incluso plantaciones madereras de casi 12 millones de hectáreas», señala el informe.
Estos esfuerzos convirtieron a la región de Asia-Pacífico en «líder en el diseño de áreas protegidas legalmente, con un total de 89,5 millones de hectáreas», resaltó la FAO. (FIN/IPS/tra-en/mmm/ral/mlm/en/01