La Organización de las Naciones Unidas (ONU) debe asumir «firme» protagonismo en la imposición de la ley y la conformación de un gobierno provisorio en Afganistán, afirmaron organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas.
«Un firme papel de la ONU es vital para que todos los afganos, y no sólo las facciones armadas, puedan tomar parte en la planificación de su futuro», sostuvo en un comunicado de la organización humanitaria Oxfam Internacional, con sede en Gran Bretaña.
«Se requiere una fuerza de seguridad autorizada por la ONU, pero también que (el foro mundial) asegure una administración inmediata hasta que la voluntad de todos los afganos pueda ser atendida», afirmó.
La alemana Fundación Friedrich Ebert sostuvo a su vez que «sólo un amplio mandato de la ONU y un compromiso internacional de largo plazo podrán lograr una solución política estable para Afganistán».
El foro mundial debería asumir en forma temporal las funciones de gobierno y apoyar estructuras administrativas en desarrollo, como lo hizo en Timor Oriental, opinó la autora del informe, Almut Wieland-Karimi.
«La ONU podría colaborar en la redacción de una Constitución, con base en el texto constitucional de 1964, y ayudar a la preparación de elecciones», señaló.
Estaba previsto iniciar este lunes en la localidad alemana de Petersberg, cercana a Bonn, una conferencia de diversas facciones afganas para resolver la creación de un gobierno interino en Afganistán, pero el comienzo fue pospuesto un día para «dar tiempo a los participantes», indicaron funcionarios de la ONU.
Afganistán permanece sin gobierno desde hace 15 días, tras el repliegue del movimiento Talibán y el avance de la Alianza del Norte, que controla Kabul y gran parte del territorio.
Diversas facciones armadas dominan algunas aldeas y caminos, y un número no determinado de comandos especiales de Estados Unidos y Gran Bretaña también se encuentran en el país, que fue bombardeado por Washington y sus aliados durante más de 45 días.
Esta semana, grupos armados detuvieron cargamentos de ayuda alimentaria que se dirigían desde Kabul a la región central de Bamyan, y les exigieron en forma ilegal dinero para dejarlos proseguir, aseguró Oxfam.
La violencia, la intimidación y los obstáculos al flujo de asistencia humanitaria se agravarán si la comunidad internacional no demuestra que puede restaurar la ley y facilitar la transición a un gobierno representativo, opinó.
Oxfam, presente en territorio afgano desde 1989, distribuye alimentos, agua potable, atención sanitaria y psicológica a la población desplazada por la guerra, y también colabora con el desarrollo rural y la defensa de los derechos de las mujeres.
Los participantes en el foro de Bonn y otros grupos afganos deberían organizar tareas de reconstrucción y coordinar la recepción y distribución de ayuda internacional, opinó la ONG.
Wieland-Karimi abogó por la participación de «sectores democráticos» en las negociaciones, dominadas hasta ahora por la Alianza del Norte y el ex rey Zahir Sha, derrocado en 1973.
Es muy importante hacer saber a la población afgana que la solución política no depende en forma exclusiva del rey o de las facciones beligerantes, sino también de su necesaria y oportuna participación, enfatizó en su informe.
«El respaldo correcto a estructuras administrativas locales y fuerzas civiles, así como la creación de programas comunitarios, serían un punto de partida esencial», sostuvo.
«Alemania goza de buena reputación en Afganistán y cuenta con la confianza de todos los sectores sociales», pues no «carga con el desprestigio de un pasado colonial en la región», apuntó.
En los años 70 y 80, Alemania mantuvo estrechas relaciones con Afganistán e impulsó planes de desarrollo en la meridional provincia de Patkia.
Varios programas universitarios habilitaron el intercambio científico, y hasta hoy ONG alemanas respaldan pequeños proyectos de desarrollo en Afganistán.
«Alemania podría adoptar una posición importante, como mediadora entre intereses contrapuestos», sugirió Wieland-Karimi.
La contribución alemana debería orientarse a respaldar el movimiento democrático dentro de Afganistán y en el exterior, entre la población exiliada, en el marco de un proceso de consultas internacionales, explicó.
También sugierió la repatriación de más de 80.000 afganos exiliados en Alemania, en su mayoría con niveles importantes de educación, que podrían ayudar mucho a la reconstrucción de su país, con el respaldo de la gubernamental Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), añadió.
El gobierno alemán ha destinado 80 millones de dólares a tareas de recuperación de Afganistán, y encargó al GTZ el diseño de programas en la materia. (FIN/IPS/tra-eng/wk/raj/dc/mp/ip/01