El dinámico turismo de América Latina sufrió el severo golpe de los atentados en Estados Unidos, y ya se habla de crisis en Argentina, Cuba, Costa Rica y México.
Pero en Brasil no se registran dificultades y, por el contrario, se prevén beneficios, como un aumento de entre 20 y 30 por ciento en el turismo interno.
Algunos operadores y gobiernos diseñan planes para hacer frente al temor originado por los atentados entre los consumidores estadounidenses, a la desaceleración del crecimiento económico mundial y a la crisis de las líneas aéreas.
Aún es difícil medir las consecuencias de los atentados en el turismo, señaló la intergubernamental Organización Mundial de Turismo (OMT), que nuclea 139 países.
«Los resultados de 2001 serán afectados, sin duda, por estos acontecimientos, aunque debe recordarse que en el hemisferio norte los meses de mayor flujo de turismo ya pasaron», sostuvo la OMT en su informe «El impacto de los ataques contra Estados Unidos en el turismo internacional: un análisis inicial».
De todos modos, «no se prevé una grave caída de la demanda de viajes», agregó.
«Uno de los escenarios posibles es la redistribución de la demanda total, con el foco en el turismo regional o doméstico, sin grandes cambios en las motivaciones para los viajes y posibles cambios en el gasto total y el tiempo promedio de estancia» en países extranjeros, según la OMT.
Pero Cuba, donde la visita de 1,5 millones de extranjeros al año representa la primera fuente de ingresos en divisas, ya sintió el golpe. Los operadores se quejan de caídas dramáticas en la ocupación hotelera.
Mientras, en Costa Rica, con más de un millón de visitantes anuales, se calcularon pérdidas de 300 millones sobre un ingreso anual de 1.200 millones de dólares.
Las asociaciones de empresas turísticas de México y Argentina ya se declararon en estado de emergencia.
Hoteles y playas vacías, cancelación de viajes y despido de empleados son parte del panorama luego de los atentados que el 11 de septiembre derrumbaron las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y causaron grandes daños en el Pentágono, sede del Departamento de Defensa estadounidense en Washington.
Los estadounidenses representan 13 por ciento de los turistas internacionales en todo el mundo.
En el caso de México, principal receptor latinoamericano de turistas extrajeros, más de 70 por ciento de los 19 millones de visitantes son estadounidenses. El gobierno de Vicente Fox creó la Comisión Nacional para la Seguridad Turística con el objeto de proteger a los visitantes.
Además, anunció inversiones en infraestructura y promoción por 35 millones de dólares para el último trimestre del año, 35 por ciento más que en igual periodo del 2000, cuando el turismo generó ingresos por 66.000 millones de dólares, 8.300 de los cuales fueron divisas gastadas por extranjeros.
Mientras, el gobierno de Venezuela prepara una campaña para atraer turistas de Estados Unidos y de Canadá, y anunció cuatro millones de dólares de gastos en promoción, que incluirán invitaciones a periodistas estadounidenses.
Los efectos de los atentados contra Estados Unidos en el turismo de Perú fueron inmediatos. La cantidad de visitantes a Lima y Cusco se redujo 50 por ciento la semana pasada, según un informe preliminar de los operadores.
Las empresas peruanas del sector calcularon que la afluencia de turistas se reducirá 25 por ciento este año. Según la OMT, Perú recibe unos 900.000 visitantes anuales, la mayoría procedentes de Estados Unidos.
Luego de los atentados, se registraron numerosas postergaciones de viajes, la mayoría de las cuales se convirtieron después en cancelaciones, dijo Lita Rebassa, ejecutiva de la agencia Solmartour.
Fuentes del Ministerio de Industria y Comercio anunciaron que la tarifa de los servicios turísticos en Cusco se reducirán 40 por ciento por iniciativa de los propios empresarios, como parte de una campaña para atraer visitantes de otros países, en especial de Argentina y Chile.
Alrededor de 1,1 millones de personas de todo el mundo dejarán de viajar atemorizadas por los atentados del mes pasado, 350.000 de las cuales se habrían dirigido a América Latina, dijo Enzo Furnari, presidente de la Confederación de Organizaciones Turísticas de la región.
Pero América Latina puede tener un papel estratégico en el nuevo escenario, siempre que logre mantenerse alejada de la zona del conflicto, dijo Hernán Lombardi, conductor de la Comisión de las Américas en la OMT.
Unos 699 millones de turistas viajaron por el mundo en 2000, según con la OMT, 50 millones más que en 1999. El avión es el vehículo elegido por 43 por ciento. Se registró un aumento de 10 por ciento en los pasajes internacionales aéreos entre 1999 y 2000.
Los principales destinos son Europa, con 59 por ciento del total, y América, con 19 por ciento, de acuerdo con la OMT. El turismo a Guatemala, Cuba y República Dominicana comenzó a crecer en los últimos años, según la organización.
Pero tras los atentados, la situación podría cambiar, al menos por un tiempo, previeron los observadores.
En Cuba, por ejemplo, el gobierno esperaba para este año un ingreso de 2.000 millones de dólares por el turismo, cifra que ahora ya no se podrá alcanzar.
Sin embargo, otros sacarán una tajada, como Brasil, que cada año recibe 5,3 millones de turistas extranjeros. En ese país se prevé un crecimiento espectacular de los cruceros por la costa, pues la mayoría de los programados en aguas de Estados Unidos y el mar Caribe se suspendieron.
El real, la moneda brasileña, sufre una gran depreciación desde enero de 1999, lo cual abarata los gastos de los visitantes extranjeros. Los estadounidenses que viajaron a Brasil fueron 648.026 el año pasado, poco más de 12 por ciento del total de turistas extranjeros. (FIN/IPS/dc/mj/if/01