En la actualidad prácticamente no se desarrolla ningún nuevo medicamento para luchar contra las enfermedades que afectan de manera primordial a los pobres del mundo, afirmó la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF).
Un estudio de MSF estableció que en los últimos cinco años las 11 mayores compañías farmacéuticas mundiales colocaron en el mercado solamente un fármaco contra la tuberculosis.
En conjunto, ese grupo de laboratorios transnacionales obtiene en concepto de ventas anuales una suma cercana a 117.000 millones de dólares.
Además, ocho de esas 11 empresas informaron que en el último año no realizaron investigaciones sobre enfermedades que afectan a los pobres, como el Mal de Chagas, el del sueño y la leismaniasis.
La divulgación del estudio de MSF, titulado «Desequilibrio fatal», coincidió con la apertura en Ginebra de las sesiones del Foro Mundial para la Investigación sobre la Salud, que precisamente intenta corregir esa desproporción en las investigaciones sobre enfermedades.
El Foro, una fundación internacional con sede en esta ciudad suiza, reúne a representantes de gobiernos, universidades, de la industria farmacéutica, de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), centros de investigación y organizaciones no gubernamentales.
El presidente del Foro, Adetokunbo Lucas, de la Escuela de Salud Pública de la universidad estadounidense Harvard, apuntó este martes que cada año los sectores público y privado destinan más de 70.000 millones de dólares a actividades de investigación y desarrollo en salud.
Sin embargo, sólo 10 por ciento de ese monto se dedica a 90 por ciento de los problemas de salud que existen en el mundo, una asignación errada de los recursos, denominada «desequilibrio 10/90», que el Foro se propone subsanar en los próximos 30 años.
El primer ministro de Mozambique, Pascual Mocumbi, admitió que, Lamentablemente, la reducción de esa brecha constituye un cometido de largo alcance.
Mientras, necesitamos utilizar mejor ese 10 por ciento que tenemos, aconsejó el médico mozambiqueño que pronunció el discurso de apertura en el Foro.
El director de la Agencia Suiza de Desarrollo y Cooperación, Walter Fust, calificó de «ignominioso» al desequilibrio 10/90.
Fust explicó que la industria farmacéutica calcula que las utilidades del desarrollo de nuevos medicamentos para enfermedades que afectan principalmente a los países más pobres del mundo son demasiado exiguos para justificar nuevas inversiones.
En el documento «Desequilibrio fatal», el director de la campaña de MSF por el acceso a los medicamentos esenciales, Bernard Pecoul, describió la situación en los países en desarrollo.
Millones de personas mueren cada año en esas regiones porque son obsoletos, tóxicos o ineficaces los únicos fármacos disponibles para tratar muchas enfermedades infecciosas, dijo Pecoul.
Casi 10 por ciento de la morbilidad en el mundo corresponde a las enfermedades tropicales. Sin embargo, prácticamente ninguna nueva medicina se ha desarrollado y la resistencia a los fármacos vuelve inútiles las drogas disponibles, insistió.
El informe de MSF, organización que en 1999 obtuvo el premio Nobel de la Paz, sostuvo que sólo 13 de los 1.393 nuevos medicamentos aprobados entre 1975 y 1999, o sea uno por ciento, estaban destinados a enfermedades tropicales.
Los medicamentos se desarrollan de acuerdo a rentabilidad y no a las necesidades de salud pública, dijo Pecoul.
Médicos Sin Fronteras costea en la actualidad tres proyectos piloto de desarrollo de medicamentos contra el paludismo, la leismaniasis y la enfermedad del sueño.
En la iniciativa de MSF participan como asociados expertos de Brasil, Burkina Faso, Malasia y Tailandia.
El Foro Mundial para la Investigación de la Salud, que cuenta con apoyo de la Organización Mundial de la Salud, finalizará sus sesiones el 12 de este mes. (FIN/IPS/pc/dm/he/01)